Extrañamente,
para mí, estoy usando el título de la Editorial del Diario Los Andes de hoy, 30
de marzo, el día siguiente a la prolongación de la cuarentena obligatoria por
decisión del Presidente Alberto Fernández como título de una entrada de mi
blog.
Lo hago porque,
así como soy muy crítico de Los Andes, es justo destacar esta Editorial que le
da el lugar que muchos medios no le dieron en su momento a la Bendición Urbi et
Orbi del Papa Francisco.
Es cierto que el
coronavirus ha cambiado el mundo (no a todos/as, claro) y que este
reconocimiento a la autoridad del Papa, seguramente, no hubiera sido posible en
otras circunstancias, pero es válido y me sirve para introducir esta nota que
sigue la línea de entradas anteriores sobre Francisco.
Tengo la
intención de desarrollar más el tema de los liderazgos mundiales, pero está
claro que esta crisis tan extrema está resaltando lo bueno y lo malo de la
humanidad.
En este caso, voy
a destacar la situación de algunos líderes políticos del mundo: así como Trump
y su mala imitación, Bolsonaro, han demostrado que son malos líderes por
incapacidad y, sobre todo, por falta de un proyecto político válido para la sociedad
en su conjunto, y sorprendente, o no tanto, por su desaprensión por la suerte
de sus pueblos.
NO ERA QUE NO HACÍA FALTA POLÍTICA, NI POLÍTICOS, SINO
BUENA POLÍTICA, Y LÍDERES VÁLIDOS, Y ORGANIZACIÓN SOCIAL.
El Papa Francisco
es, desde hace bastante, el líder mundial más importante, desde lo espiritual,
y a su rededor, efectiva o lejanamente, nos reunimos todos/as los/las que
queremos que el mundo sea mejor, más justo, sostenible y sustentable.
El Presidente
Alberto Fernández, que llegó a ser candidato de una manera poco convencional,
ha demostrado estar, por mucho, a la altura de las circunstancias, como la
sociedad, incluso más allá de sus preferencias políticas, está valorando.
Se está diciendo
que estamos ante el advenimiento de un nuevo mundo. No estoy tan seguro, y voy
a desarrollar una entrada sobre distintas miradas sobre estas posibles
transformaciones, pero estos gestos o actitudes o decisiones, con valor
simbólico, pero también efectivos y con influencia en nuestra vida, son faros
que nos pueden guiar.
Se dice por
todos lados que al coronavirus los vencemos entre todos, y que no hay salvación
individual: ese es el mensaje que debemos atesorar y encarnar en esta crisis y
“por los siglos de los siglos. Amén”.
El Papa y el
Presidente en sintonía: la unidad o la nada
Por Emilce Cuda
Sin lugar a dudas
fue impactante ver al Papa implorando a Dios ante una plaza vacía para
“que todos sean uno” porque “nada ni nadie se salva solo”.
Tan impactante como escuchar el día anterior al Presidente Alberto Fernández,
ante la pantalla de un mundo sitiado, terminar su discurso diciendo:
“Tenemos que actuar juntos, ya mismo, porque ha quedado visto que nadie se
salva solo”. Parafraseando a Oscar Wilde, podría decirse que la teología
imita a la política, y no al revés. Sin embargo, es una coincidencia que
responde a un saber compartido por ambos. Esto es, que cuando la plaza está
vacía, lo público está desaparecido.
¿Qué hacer?
“Sensibilizarse” para que “todos sean uno”. Eso dijo
Francisco en “Querida Amazonia”. Eso dijo Alberto en el G20, citando
al Papa. Francisco pidió a los empresarios que “no despidan trabajadores
en medio de una pandemia”. El Presidente lo citó y tildó de
“miserables” a los que despiden.
Cuando la vida
está en peligro, las respuestas metafísicas desde la verdad dominante, tanto
como las teorías conspiranoicas de la opinión pública, se llaman a silencio y
solo cuenta la pregunta política por el qué hacer ante una realidad que se
impone como fin moral ineludible, público e inmanente. Ante esa realidad, dijo
el Presidente, “no hay lugar para demagogias ni improvisaciones.
Enfrentamos el dilema de preservar la economía o la salud de nuestra gente,
porque, no seremos eficaces si no aceptamos que el mundo ha cambiado para
siempre”.
En general se
citan textos religiosos en política para dar presuntas respuestas
fundamentalistas. Sin embargo, la clave divina está en la pregunta, no en la respuesta.
En el Nuevo Testamento tres preguntas son claves. La pregunta metafísica de
Pilatos a Jesús: “¿Qué es la verdad?” La pregunta política del joven
rico a Jesús: “¿Qué hacer?” Y la pregunta estética de Jesús a Pedro:
“¿Tú me amas?”
El joven rico pregunta
a Jesús qué hacer para salvar la vida. El Maestro le responde que debe
permanecer en la unidad. El joven vuelve a preguntar qué hacer. Jesús le
sugiere vender todos sus bienes para dárselos a los pobres, y luego unirse a él
(Mt 19, 16-21). El joven rico se va con tristeza, sin tener la capacidad
creativa de hacer un pacto de amor por la unidad.
La pregunta
política por el qué hacer para salvar la vida, supone la opción fundamental por
la unidad. De lo contrario, nadie se salva solo. En términos políticos, es la
decisión de hacer un pacto público amoroso constituyente de una unidad que
posibilite el despliegue de la capacidad creativa de la comunidad para
organizarse como un pueblo.
También esa, la
unidad redentora con la cruz del otro, parece ser la lógica política a la cual
el presidente argentino hace referencia cuando dice ante el G20 que, como nunca
antes, nuestra condición humana nos demanda solidaridad. Y, ante las urgencias
que marcan las muertes, decide que tenemos que dar una respuesta creativa. Al
contrario del joven rico, dice Alberto, no dudamos en proteger integralmente la
vida de los nuestros, y opta por lo político antes que por lo económico. Eso
es, precisamente, la creatividad, es decir, libertad para aceptar la realidad
que reclama justicia y no para imponer una idea egoísta. Desde ese punto de
partida, real, se van tomando las decisiones políticas por un nuevo status que
cuide la vida antes que la renta.
Creatividad es lo
que pide el Papa Francisco. Creatividad en el trabajo, creatividad en la
política. Si hay algo que los seres humanos tienen a imagen de un Dios creador,
es justamente la capacidad de crear. Algo que, cuando logra secularizarse de
los falsos dioses mortales, les permite crear espacios para que la vida pública
pueda representar la unidad. Ahora, cuando el interés económico se sacraliza,
las personas son descartadas. ¿Qué hacer entonces para que esos descartados que
sufren piensen, se organicen y hagan, como dijo el Papa Francisco a los
movimientos sociales populares? Si todos estamos en la misma barca, o nos
unimos y nos salvamos todos o no se salva nadie.
En la pregunta
amorosa de Jesús a Pedro está la clave de la decisión. Jesús no pregunta a
Pedro qué hace. Simplemente decide enamorarlo. Alberto Fernández en su discurso
al G-20, citando al Papa Francisco, dice: tenemos que abrir nuestros ojos y
nuestros corazones para actuar con una nueva sensibilidad. En esa línea, el
representante de un pueblo descartado que piensa, se organiza y hace, acepta
que la crisis exige diseñar y suscribir un gran Pacto de Solidaridad Global, y
propone crear un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria.
(*) Emilce Cuda
es teóloga. Profesora de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Desde hace rato
tengo decidido no hacer referencias al Gobierno que terminó en diciembre.
En primer lugar,
porque me interesa mucho más lo que hagamos los argentinos en este nuevo
periodo político. En segundo, porque el mismo macrismo le sacó lustre al tema
de la “pesada herencia” de tanto usarlo, y ya genera más rechazo que atención.
Sin embargo, este título de Los Andes merece ser compartido y comentado, sobre
todo, porque Cornejo asumió un rol central en la defensa de Macri y sus
políticas. Se cansó de denostar al “populismo”, rinforzando la línea del
Gobierno anterior, cada vez que pudo.
En la campaña
electoral, se vendió a la gestión cornejista como modelo y exitosa, cosa que la
ciudadanía mendocina compró con entusiasmo y le dio una amplia victoria en las
urnas.
Más de una vez he
sostenido que ese aparente éxito no era real, y que era mucho más una creación
comunicacional que otra cosa.
HUBO UNA MATRIX
MENDOCINA, DENTRO DE LA NACIONAL.
Este modo de
plantear la gestión tiñó todo: por ejemplo, la obra pública se desarrolló
sectorizadamente, en los lugares que tenía más valor comunicacional, lo que no
tiene nada que ver con una estrategia política.
Cornejo impidió
que el Paco Pérez (una mala gestión, sin dudas) se endeudara sabiendo que iba a
caer en cesación de pagos, como ocurrió, pero cuando fue gobernador se endeudó
de manera importante (los datos están, pero no es lo que me importa ahora). Esa
deuda la vamos a tener enfrentar todos y todas. También le dejó a Suárez muchos
problemas presupuestarios, que también pagaremos todos/as. Por ejemplo, hay un importante
retraso en los pagos a los proveedores del Estado, y a los efectores de OSEP.
La nota intenta
explicar por qué hemos llegado a esta situación de desempleo, pero no hay
manera de despegar al Gobierno de Cornejo de este problema. Fueron Gobierno
cuatro años con referencia total con Macri, tienen responsabilidad, sin dudas.
Macristas menducos, tan anti peronistas uds., háganse
cargo, y hablen menos; quiero decir, termínenla con las chicanas, fake news,
descalificaciones.
El Gobierno peronista y una gran parte de la sociedad
argentina está tratando de recuperar la Patria del desastre macrista, y de
superar una pandemia mundial sin antecedentes.
Por lo menos, no
molesten y dejen trabajar.
La tasa de
desempleo de Mendoza duplica a la de San Juan y San Luis
En tres años, la
desocupación local creció cuatro puntos porcentuales, mientras que las
provincias vecinas mejoraron sus estadísticas.
A finales de
2016, Mendoza tenía el nivel de desocupación más bajo de Cuyo. Hoy, su tasa de
desempleo duplica a la de San Juan y San Luis, demostrando un deterioro del
mercado laboral mucho más profundo que el de las provincias vecinas.
El dato se
desprende de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (Indec). De acuerdo al estudio, en el cuarto trimestre de
2016, Gran Mendoza tenía un índice de desocupación de 3,3%, Gran San Juan de
5,1% y Gran San Luis de 3,6%. Cuatro años más tarde, el desempleo mendocino
llegó a 7,3%, mientras que la vecina del norte registró una tasa del 3,5% y la
provincia puntana del 2,9%.
Pasando en
limpio, en cuatro años la desocupación de Mendoza aumentó cuatro puntos
porcentuales. En ese mismo período, San Juan y San Luis redujeron el desempleo
1,6 y 0,7 puntos porcentuales respectivamente.
Diferencia económica
Como lo
demuestran las estadísticas, el desempeño del mercado laboral de Mendoza fue
muy diferente al de las provincias vecinas. El resultado llamó la atención de
los economistas, dado que los factores económicos que condicionaron el aumento
de la desocupación local (recesión y pérdida de poder adquisitivo de los
salarios), también incidieron negativamente en la economía interna de San Juan
y San Luis.
La diferencia,
según el economista Carlos Rodríguez, radica en la composición de la matriz
productiva de cada provincia. “Mendoza ha sufrido mucho más por la crisis
económica porque algunas de sus principales actividades económicas se han visto
particularmente afectadas por los problemas económicos a nivel nacional”,
apuntó.
“Mientras tanto,
San Juan logró impulso económico con la minería y San Luis, además de tener una
economía ordenada, generó mucho empleo público con poco déficit
presupuestario”, agregó.
Coincidió con esa
lectura el economista Pablo Salvador. “El comercio, la construcción privada y
el sector exportador, sectores primordiales para Mendoza, cayeron mucho por la
crisis económica nacional. Las provincias vecinas, principalmente San Juan con
la minería, lograron compensar parte de la crisis económica nacional”, comentó.
“Por ese motivo, el Gobierno de Suarez busca fortalecer otros sectores”,
agregó.
Sebastián Laza,
economista y vocero del Gobierno Provincial, se refirió a ese punto. “Mendoza
busca mejorar su matriz productiva, fortaleciendo el sector TIC (Tecnología del
Conocimiento) y las energías renovables”, indicó.
Los números locales
Más allá de la
comparación con las provincias vecinas, el análisis del mercado laboral de
Mendoza permite sacar algunas conclusiones interesantes. Lo primero a tener en
cuenta, es que hubo un crecimiento del 1,8 puntos porcentuales en la tasa de
actividad, pasando de 47,2% en el cuarto trimestre de 2018 a 49% en igual
período de 2019. Eso significa que aumentó la cantidad de personas que están
activas, ya sea trabajando o buscando empleo.
Carlos Rodríguez,
explicó que ese aumento de la tasa de actividad “se debe principalmente a que
en los últimos meses de 2019 salió más gente a buscar trabajo, como
consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios”.
De acuerdo con
las estadísticas, una parte de la población que salió a buscar empleo lo
encontró (subió 0,9 puntos la tasa de empleo), pero otra no (aumentó 1,4 puntos
la desocupación). “Parece una situación paradójica, pero es posible. Significa
que la economía de Mendoza tiene capacidad de generar trabajo, pero no para
todas las personas que ingresan al mercado laboral”, señaló Rodríguez.
Se mostró de
acuerdo Sebastián Laza. El representante del Gobierno de Mendoza coincidió que
la pérdida del poder adquisitivo de los salarios fue el disparador que provocó
que muchos más mendocinos salieran a buscar trabajo. “Esto fue consecuencia de
las políticas macroeconómicas del Gobierno de Macri”, apuntó.
“Lo positivo, es
que aun después de dos años de crisis, Mendoza ha seguido teniendo capacidad
para generar puestos de trabajo. Por otro lado, se debe destacar el gobierno de
Cornejo logró mantener el poder adquisitivo del sector público”, agregó el
economista.
Mejora en el total de Argentina
A nivel nacional,
las estadísticas del Indec demostraron una leve recuperación del mercado
laboral. Es que la tasa de empleo mejoró 0,8 puntos porcentuales, pasando de
42,2% en el cuarto trimestre de 2018 a 43% en el mismo período de 2019, y a su
vez, la tasa de desocupación se contrajo de 9,1% a 8,9%.
Al igual que en
Mendoza, la tasa de actividad de Argentina subió (0,7 puntos porcentuales),
pero entre toda la gente que salió a buscar trabajo, fue más la que lo
encontró, que la que no lo hizo.
Ayer 24 de marzo
encontré en la versión papel del Diario Los Andes esta nota de Gastón Bustelo.
Me pareció útil porque hace una cronología bastante precisa del proceso que se
desarrolló –centrándose en Mendoza- desde ese infausto 24 de marzo de 1976
hasta el retorno a la democracia. También me pareció una posición objetiva,
pero crítica, de ese Golpe genocida y cruel.
Es importante
porque analiza también el proyecto económico que se aplicó–semejante al de
Chile, con mucha menor eficiencia, para bien o para mal- y sus consecuencias.
No sé por qué no
subieron la nota a la versión on line del Diario, pero me tomé el trabajo de
escanearla para poderlo publicar en mi blog, pero eso impidió –junto con las
dificultades para usar Internet por saturación de la red- que lo publicara
ayer; sin embargo, no quise dejar pasar el momento.
Viví muy cerca
este Golpe porque era Director de la Escuela Superior de Trabajo Social,
también dependiente de la Provincia de Mendoza, y que Gastón no menciona, pero
que sufrió también las medidas del Gobierno de facto de Mendoza.
Aclaro que la
Intervención de la UNCuyo fue antes del Golpe, cuando tomó la conducción del
Gobierno de Estela Martínez de Perón el Brujo López Rega y sus secuaces, y
comenzó la represión que se agudizó después del Golpe. Ahí apareció Otto Burgos,
que menciona Bustelo. Esta Escuela –como la de Periodismo- fue transferida a la
UNCuyo y pasaron a ser las Carreras de Trabajo Social y Comunicación.
Mi intención es
poner al alcance de todos los que no vivieron esa época oscura tengan una
síntesis de lo que pasó en Mendoza en los años de plomo, incluso con los
nombres de los responsables de esos hechos terribles, no solo de los militares,
sino también de los civiles colaboracionistas. Por supuesto, faltan todos/as
los/las que lo hicieron desde las sombras y produjeron las listas que usaron
los militares para sus tropelías.
Espero que sea
útil.
ANIVERSARIO | LA
ÚLTIMA DICTADURA
Recuerdos del
espanto, a 44 años del Golpe del ‘76
En la Argentina
desaparecieron 30 mil personas, según organismos de derecho humanos. Torturas, violaciones
y muerte azotaron los años del régimen militar. Centros de detención y control
de las ideas
(Diario Los
Andes, Edición en papel, 24 de marzo de 2020)
El 24 de marzo de
1976 se produjo el último golpe de Estado de la historia argentina, fue hace 44
años y junto con ese hecho arrancó la dictadura militar más sangrienta que concluyó
en 1983, con la economía destrozada, miles de desaparecidos y más de 600
muertos en una guerra por las Malvinas que era imposible ganar.
Miles de personas
fueron torturadas y enviadas a centros clandestinos de detención, en donde se
cometieron las más grandes violaciones a los derechos humanos. Los secuestrados
eran incomunicados, su familia no sabía dónde estaban, se los torturaba y la
mayoría de las mujeres fueron violadas en cautiverio o separadas de sus hijos
si daban a luz en un centro de detención.
Dictadura y economía
El salario perdió
poder adquisitivo, se abrió fuertemente la economía, se fomentó la
especulación. La deuda externa pasó de U$S 6300 millones en 1976 a U$S 46000 en
1983. El año 1981 terminó con un aumento del tipo de cambio nominal de 225,8%. Los
mercados se redujeron un 5,4%. “El que apuesta al dólar, pierde”,
llegó a afirmar Lorenzo Sigaut, el ministro de Economía. El peso finalmente se devaluó
con respecto al dólar un 30%. Mario Rapoport en su libro Historia de la
economía argentina del siglo XX, explica que, en ocho años, el PBI sólo creció
2,3% promedio, lo que significó una drástica pérdida de riqueza por habitante.
Se gestó una importante concentración de la economía, del capital y de los
ingresos, lo que generó fuerte reducción de los salarios y comprimió el mercado
interno. El plan de la dictadura sentó las bases de un nuevo modo de
acumulación rentístico-financiero basado en la reprimarización de la producción,
financiarización de la economía y la apertura indiscriminada del sector
externo. Los sectores de la pequeña y mediana industria, las clases medias y
los trabajadores fueron los más afectados con las políticas económicas de la
dictadura.
Los centros de detención
El emblema de los
centros de detención es la Escuela de Mecánica de la Armada, (ESMA), por donde
pasaron cerca de 5 mil detenidos desaparecidos.
Casi todos los
secuestros realizados mostraron un procedimiento similar. A veces ocurrían en
el lugar de trabajo de la víctima o en la calle a plena luz del día. En la
mayoría de los casos se les ordenaba a las comisarías de la policía
correspondientes, dejar la “zona libre” para poder realizar el operativo. Así
eran detenidas las personas y llevadas a los centros clandestinos de detención.
En Mendoza funcionaron por lo menos 13 centros: Liceo Militar General Espejo,
penitenciaría provincial, palacio policial (D2), la VIII Brigada de Infantería
de Montaña, el Batallón de Infantería de San Rafael, Cuartel de Bomberos de San
Rafael, Comisaría séptima de Godoy Cruz, Unidad Militar Campo de Los Andes. El
chalecito –inmueble ubicado en Las Heras, Comisaría 25 de San José,
departamento logístico de la Policía de Mendoza, Círculo de Suboficiales,
Colonia Papagallos.
El impacto en la educación
La estrategia
nacional para la contrainsurgencia del alto mando militar había hecho de la
educación, como de las fábricas y la religión, un objetivo prioritario de la
dictadura.
Durante el
régimen militar la educación y la cultura se convirtieron en otro frente de la “guerra
sucia”. Esto está reflejado en la Conadep. De las casi 10.000 denuncias
recibidas por este organismo, el 38,7% corresponden al sector educativo. Este
38,7% se reparte de la siguiente manera: 21% eran estudiantes, el 10,7% científicos
y profesionales, el 5,7% profesores y el 1,3% trabajadores del campo cultural.
“Es necesario
–declaraba un documento secreto del Ejército- normalizar o depurar estos
ámbitos, para actuar sobre las bases filosóficas-ideológicas de la subversión.
A solo cuatro meses del golpe, el Ministro de la Educación de la Nación,
Ricardo Bruera, admitió que unos 3.000 académicos, administradores y asistentes
de enseñanza de las escuelas secundarias nacionales habían sido despedidos.
En Mendoza fueron
más de 1.000 los docentes del nivel primario, y medio cesanteados por motivos
ideológicos, una vez restaurado el gobierno democrático fueron todos
reincorporados.
Ya en 1975,
durante la gestión del rector Otto Burgos en la Cuyo, se comenzó a dejar cesantes
a profesores y alumnos.
En la Facultad de
Ciencias Políticas fueron separados de sus cargos, durante este período, 35
profesores. Luego del golpe, asumió el rectorado el interventor militar
comodoro ingeniero Héctor Ruiz, el que continuó con la política de cesantías a
profesores. Ruiz designó decano normalizador de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales al profesor Dennis Cardozo Biritos al cual el interventor
de la UNCuyo le encargó cesantear a más de 100 profesores.
En setiembre del
’78, el interventor Ruiz declaró: “Hay 181 profesores sancionados y en
iguales condiciones hay 15 no docentes. En cuanto a los estudiantes, han sido
expulsados 114 y suspendidos 121 por falta de idoneidad”. En efecto, el
interventor Ruiz expulsó a casi todo el quinto año de la carrera de Sociología
y a varios de Trabajo Social y Ciencias Políticas. También despidió alumnos de
la Escuela de Antropología Escolar y de la Escuela Superior de Periodismo, esta
última fue cerrada y pasó al ámbito privado, también modificó los planes de
estudio de la carrera de Ciencias Políticas. El rector Pedro Santos Martínez,
se ocupó de mantener las listas negras que había confeccionado su antecesor
Ruiz.
Libros prohibidos en Mendoza
En abril de 1976,
un teniente general del Ejército ordenó que se quemaran miles de libros en
Córdoba. Más tarde, en 1978, los oficiales de esa misma provincia prohibieron
la enseñanza de la matemática moderna, argumentando que podría ser una forma
sutil de adoctrinamiento subversivo. También centenares de libros para niños
quedaron en la lista objetable. Los militares prohibieron, por ejemplo, la distribución
y uso en las escuelas de “El principito”, de Antoine Saint-Exupery,
universalmente aclamado.
En la Biblioteca
General San Martín circuló una lista de negra de libros y autores mendocinos
entre los que se encontraban poemas de Armando Tejada Gómez y obras de Juan
Draghi Lucero.
Por su parte el
interventor de la UNCuyo Héctor Ruiz, formó una comisión encargada de
seleccionar los libros “peligrosos” que se encontraban en la biblioteca de la
UNCuyo. Solo se dejó un ejemplar de los libros seleccionados como para
demostrar el gran contenido marxista que contenían. Con esos ejemplares se
formó una biblioteca a la que podía acceder el alumno sólo mediando una
autorización expresa por parte de un profesor. Esta biblioteca permaneció
también durante la gestión del rector Pedro Santos Martínez. El resto de los ejemplares
fueron quemados.
El 6 de
setiembre, el rector Ruiz apareció en Diario Los Andes con 10.000 libros y
“publicaciones extremistas” requisadas a profesores y alumnos.
El escritor y
periodista de diario Los Andes, Antonio Di Benedetto, también fue arrestado y
trasladado junto con el dirigente socialista, Ángel Bustelo, a la cárcel de La
Plata. En vuelo, un oficial los obligó a escupirse, como no lo hicieron, fueron
golpeados brutalmente.
Guerra y fin de la dictadura
En marzo del ’82
la dictadura vivía sus momentos más complicados debido a que la situación
económica del país era muy compleja y el desgaste comenzaba a sentirse fuerte.
Así es como la CGT organizó una marcha en repudio a las medidas económicas del
gobierno militar, la misma fue multitudinaria y se realizó el 30 de marzo de
1982. En esa movilización falleció en Mendoza el trabajador Benedicto Ortiz.
A los tres días
la junta militar decidió ocupar las Islas Malvinas y así fue como Argentina
entró en guerra con Gran Bretaña. Se creó el Fondo Patriótico Nacional con
dinero y demás donaciones realizadas por la ciudadanía altamente movilizada por
el conflicto bélico. Se juntaron 54 millones, pero, hasta hoy, no se sabe qué
pasó con ese dinero. Argentina terminó rindiéndose el 14 de junio de 1982 y la
dictadura entró en su fase final. Al poco tiempo convocaron a elecciones,
después de haber cometido las atrocidades más grandes de la historia
contemporánea argentina.
Cuando el
gobernador electo, Felipe Llaver, asumió la conducción de la provincia, la situación
era alarmante. “Con el total de los recursos de origen provincial
(tributarios y no tributarios) se financió menos del 18% de las erogaciones,
siendo necesario por tal motivo el crecimiento sustancial de los subsidios del
Tesoro Nacional. En 1980 la Provincia contrajo deudas por valor de 89,5
millones de dólares, para el otorgamiento de préstamos a los productores. Esa deuda
no ha sido cancelada y existen importantes montos vencidos, no sólo de capital,
sino también de intereses”.
“Así fue
como al iniciar el ejercicio 1984 nos encontramos con una deuda vencida de 66
millones de dólares y otra a vencer en el curso del período de 22 millones de
dólares, lo que constituye una exigencia para el año de 88 millones de dólares,
carga imposible de soportar en las actuales condiciones financieras y
presupuestarias ya que constituye una suma cercana a la necesaria para pagar
los sueldos de la Administración Pública de todo un año”, señalaba Llaver.
La pandemia global ha mostrado las fragilidades
del sistema económico político tecnocrático, que excluye y condena al 30 % de
la humanidad y daña irreparablemente la naturaleza.
También ha hecho visible para todos la
imprescindible participación de la espiritualidad en todos los actos humanos,
particularmente en los económicos, sociales y políticos.
Asimismo, ha mostrado la importancia del
Estado cuando se convierte en expresión y herramienta de la voluntad popular.
Las organizaciones y movimientos populares,
como la UTEP o Cuidadores de la Casa Común, en tanto organizaciones nacidas en
la sublevación contra el sistema global y fundadas en la solidaridad y la
reciprocidad, son instrumentos excepcionales para expresar ordenadamente esa
voluntad popular.
También lo son los gremios de los
trabajadores de la economía de mercado y de los trabajadores públicos.
Juntos deben ser capaces de dialogar y
acordar acerca del futuro con todas las organizaciones sociales y económicas.
El ejemplo de ese camino es la Mesa de Diálogo por el Trabajo y la Vida Digna,
mediante el documento Una Patria Fundada en la Solidaridad y el Trabajo.
La activa presencia del pueblo organizado
garantizará que el Estado y los partidos políticos no se aparten de la voluntad
popular.
Tanto las organizaciones populares,
sociales y económicas como el Estado, deben proponerse recuperar el proceso de
unidad de la Patria Grande, mediante la UNASUR y la CELAC.
Sólo mediante una organización política continental
será posible participar con capacidad de decisión en la formación de un nuevo
sistema mundial luego de la pandemia.
Los objetivos son claros: transformar la
globalización en un mundo poliédrico, que se proponga que todos y cada uno de
los habitantes del planeta tenga techo, tierra, trabajo y tecnología.
Puntos de partida para pensar la Economía de Francisco
Humberto
Podetti
“Mientras nuestro sistema económico y social produzca una sola víctima
y haya una sola persona descartada, no habrá una fiesta de fraternidad
universal”. Francisco, Convocatoria a Asís, 11-5-2009
San Juan Pablo II advirtió al mundo en 1995
que el progreso científico y tecnológico había hecho surgir “una verdadera
cultura de muerte…promovida por corrientes culturales, económicas y
políticas portadoras de una idea de la sociedad basada en la eficiencia” …
que permitía hablar “de una guerra de los poderosos contra los débiles”
(Evangelium vitae, 4a, 12).
La cultura de muerte y
la guerra contra los débiles se expresan en nuestro tiempo en la economía
global tecnocrática, que mata, excluye, deshumaniza y depreda la naturaleza, al
punto que para la supervivencia de la vida sobre la tierra es necesario reemplazarla por una nueva economía. Una
economía diferente, que haga vivir y no mate, incluya y no excluya, humanice y
no deshumanice, cuide la creación y no la deprede, como nos pide Francisco.
La economía de muerte y destrucción fue
pensada, desarrollada y ejecutada en inglés. La crítica y proposición de
reemplazo más profunda y completa que ha recibido, fue pensada en castellano y
con las categorías del pensamiento latinoamericano (principalmente, el pueblo
como sujeto de la historia y el papel substancial de las periferias en el
diseño de un futuro universal). Es una paradoja que la lengua oficial del
encuentro de Asís sea el inglés, cuando es la tercera lengua más hablada del
mundo, y la superan en cantidad de hablantes el chino, que es la primera y el
castellano que es la segunda y en pocos años será la primera. Pero
simultáneamente será un símbolo poderoso que el pacto entre Francisco y los
jóvenes del mundo para abandonar la economía del paradigma tecnocrático y
construir una economía con alma, sea escrito en inglés.
El reemplazo de la economía del paradigma
tecnocrático será un largo proceso, en el que deberá prevalecer el encuentro y
el diálogo entre todos los habitantes del planeta. Un ejemplo de ese camino es
el documento Una Patria Fundada en la
Solidaridad y el Trabajo elaborado por la Mesa de Diálogo por el Trabajo y
la Vida Digna que integran las más importantes organizaciones empresarias,
sindicales y de los movimientos populares argentinos.
Simultáneamente con el diálogo y el encuentro
deberán emplearse todos los medios de persuasión que sean necesarios. La
creciente eliminación del trabajo ha reducido el papel de la huelga como
instrumento de los trabajadores para que sean respetados sus derechos, por lo
que en todo el mundo se han extendido como medios eficaces de protesta y
propuesta de los pueblos la movilización
y la asamblea de multitudes. También han comenzado a desarrollarse nuevas
organizaciones populares y sociales, estructuradas sobre la base de la
solidaridad y la reciprocidad y el cuidado de las personas y la naturaleza, que
expresan una fuerte y persistente voluntad de transformar la economía, la
sociedad y la política.
Nunca tanto como en este siglo los pueblos del
mundo se han sublevado juntos contra la opresión y la exclusión. Nunca han
coincidido tanto en su visión crítica y en el sentido de la transformación que
es necesaria. Nunca han migrado tan intensamente buscando una vida digna que el
sistema global les niega en sus patrias. Nunca como antes han comenzado a
construir una nueva economía y a desarrollar una nueva sociedad en el subsuelo
del mundo en el que viven, sufren y sueñan, en beneficio de toda la humanidad y
del planeta. Y, por fin, nunca como antes, los pueblos tienen un liderazgo
espiritual tan universal como el de Francisco.
Mediante el encuentro, el diálogo, la
movilización, la asamblea popular y la organización popular y social, es
necesario informar y estimular a los parlamentos y los gobiernos de todos los
estados, a los actores del mercado, a los partidos políticos, a las
universidades, para que cooperen en la transformación de la economía interna y
para que actúen en el mundo para la transformación de la economía
internacional.
La economía que mata y destruye es fruto de la
decisión consciente de las personas, corporaciones y estados que conducen el
sistema tecnocrático global, como nos dijo Francisco desde Lampedusa.
Basta recordar que el 90 % del comercio –tanto internacional como interno- se realiza
entre partes absolutamente desiguales, en transacciones cuyas condiciones
son impuestas por la parte que tiene el poder. Por este procedimiento se
expropian y se destruyen ilegítimamente el trabajo y los bienes de los países y
las personas. Es decir que el comercio –hipócritamente llamado “comercio
libre”- es un instrumento político. Más aún, un instrumento de violencia
política, en la medida que implica el abuso de una posición dominante y es casi
siempre irresistible. Es decir, un arma
estratégica de los poderosos en su guerra contra los débiles.
Por lo tanto, para desarrollar los procesos
necesarios para reemplazar la economía tecnocrática global debe acumularse
suficiente capacidad de decisión. Lo que equivale a afirmar que transformar la economía que mata en una que
proteja la vida es un desafío político y social.
Porque es político,
para cambiar la economía en nuestra Argentina es imprescindible incrementar
nuestra capacidad de negociación en el mundo. El camino es la integración de la
América a la que pertenecemos, revitalizando la UNASUR, la CELAC, el Banco del
Sur, el SUCRE. La globalización convirtió en impotentes las políticas públicas
nacionales y son imprescindibles
políticas públicas continentales. La Patria Grande integrada todavía no
será suficientemente poderosa frente a los grandes estados y la economía
global, pero será mucho más fuerte que cada una de nuestras naciones aislada.
No debe olvidarse que cada vez que
América Latina votó unida en los organismos internacionales, África y parte
de Asia la siguieron y los americanos que hablamos castellano y portugués ganamos las votaciones.
Porque es social
es necesario desarrollar o fortalecer las organizaciones gremiales,
empresarias, mutuales y cooperativas, de la economía popular, sociales,
estudiantiles, juveniles y constituirlas en organizaciones continentales. Es que la continuidad de la vida sobre el planeta y
la realización de la justicia política, social y económica son demasiado
trascendentes como para dejarlas exclusivamente en manos de los gobiernos, las
organizaciones internacionales y los actores del mercado transnacionales.
La integración de nuestras patrias hermanas y
la continentalización de las organizaciones permitirá, por ejemplo, la
celebración de Convenciones Colectivas continentales y Acuerdos Colectivos de
Creación de Trabajo –a los que me refiero enseguida- también continentales. Asimismo,
las organizaciones de la comunidad podrán formular peticiones simultáneas a todos
los gobiernos para la transformación de la economía.
En el orden interno, debe iniciarse la institucionalización de la economía
popular, otorgando personería social –de naturaleza semejante a la
personería gremial- a las organizaciones que están generando trabajo fuera del
mercado o del estado y conferirles el poder de celebrar Acuerdos Colectivos de
Creación de Trabajo –semejantes a las Convenciones Colectivas de Trabajo- con
empresas, instituciones estatales, cooperativas, etc. La Unión de Trabajadores
de la Economía Popular (UTEP) es un hito en el proceso de institucionalización
de la economía popular, y debe incorporar a todos los trabajadores y
organizaciones de la economía popular. Deben
reconocerse como trabajo digno todas las actividades que prestan servicios
a la comunidad en la que se desenvuelven y al trabajo interno en los hogares.
Todas las formas de trabajo deben tener sistemas de salud y de previsión social
y cobertura adecuada frente a los accidentes de trabajo. Simultáneamente deben
organizarse los recursos e instrumentos necesarios para la creación masiva de trabajo digno. Un ejemplo de todos estos
pasos es el Proyecto de Ley del Sistema Integral de Trabajo Digno Garantizado
Para Todos que presentaron el Observatorio Social de la UCA y Cuidadores de la
Casa Común.
Otro paso significativo es la promoción y protección de las micro y
pequeñas empresas, creadas por trabajadores que dan trabajo. Es necesario
asegurarles el acceso al crédito con tasas compatibles con su actividad,
sistemas impositivos específicos, simples y reducidos, y regímenes laborales
estipulados en capítulos especiales de las Convenciones Colectivas de Trabajo.
Otro tanto es necesario respecto de las
mutuales y cooperativas, que constituyen la economía social. Tanto las
micro y pequeñas empresas como las mutuales y cooperativas comparten muchos de
los principios sobre los que se estructura la economía popular y constituyen un
espacio virtuoso en la economía contemporánea.
En cuanto a la economía de mercado es
necesario fortalecer la observación del
estado sobre el mercado para evitar y sancionar los abusos de posición
dominante. Debe darse efectiva aplicación a las normas de protección de los más
débiles en los contratos y las relaciones de consumo, creando un fuero especial
y jueces o tribunales que funcionen en todos los barrios y pueblos, de acceso
simple y trámite sumarísimo. El objetivo es que todas las condiciones de las
transacciones en las que una de las partes sólo pueda dar o negar su
consentimiento, sean pasibles de revisión toda vez que existan cláusulas
abusivas o inequitativas.
Es imprescindible la creación de puentes y canales
entre la economía de mercado, la economía social y la economía popular,
procurando que interactúen todo lo posible, sobre la base de los principios que
inspiran la Economía de Francisco. Ejemplos de esos puentes y canales son el
otorgamiento de acceso preferente al mercado a productos y servicios de las
economías social y popular y las preferencias para la ejecución de obras y
servicios públicos de mano de obra intensiva.
Por lo que se refiere al sistema
internacional, debe reclamarse a nuestro gobierno que convoque a todos los
gobiernos de América Latina a exigir el cumplimiento de los convenios
internacionales para el cuidado de la naturaleza (Acuerdo de París, Objetivos
de Desarrollo Sustentable), la protección del trabajo humano digno (Constitución y Convenciones de la OIT),
la garantía de acceso efectivo de todos los habitantes del planeta a los Derechos Civiles y Políticos y a los
Derechos Económicos (como establecen los Pactos Internacionales homónimos).
La economía del paradigma tecnocrático viola flagrantemente esos convenios y
bastaría que todos los gobiernos y corporaciones económicas y financieras les
dieran cumplimiento cabal para iniciar la transformación que los pueblos del
mundo y la naturaleza reclaman.
También deberán exigirse las transformaciones
necesarias de la OMC y el GATT, el BM y el FMI para que su misión principal sea
el cumplimiento de esos pactos y tratados. Por ejemplo, que se incluya entre
los casos de dumping que sanciona la OMC, el no cumplimiento en el proceso de
fabricación, producción o comercialización de los Convenios de la OIT y el
Acuerdo de París. Hoy los productos fabricados mediante trabajo esclavo y
dañando la naturaleza son la estrella del “comercio libre” y de la “libre
competencia”.
Son sólo algunos puntos de partida, a los que
deberán agregarse muchos otros. Pero siempre será necesario tener presente que
el mejor punto de partida para pensar la Economía de Francisco es recordar que
sus objetivos son alcanzar la justicia entre las naciones y los pueblos y hacer
posible a cada habitante del planeta la tierra, el techo, el trabajo y la
tecnología. Lo que equivale a refundar la sociedad humana sobre la fe (o la
espiritualidad de los no creyentes), la ética, el amor, la amistad, la
fraternidad, la reciprocidad y la solidaridad.
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