by ariza_adolfo | May 23, 2022 | Temas políticos
Había leído la opinión de Noam Chomsky a que alude Zaffaroni en https://www.pagina12.com.ar/422407-raul-zaffaroni-la-moral-humana-esta-rezagada-a-los-avances-t.
Conozco el pensamiento de Chomsky, y me interesó la recuperación de Zaffaroni porque tiene que ver con un tema –me he dedicado mucho a lo tecnológico- sobre el que he reflexionado más de una vez: la distancia entre la evolución tecnológica de la humanidad y su capacidad para usarla para que este sea un mundo mejor.
Sobre el tema de la guerra Rusia-Ucrania hay demasiado escrito y dicho, sobre todo porque el mayor porcentaje es relato falso y sesgado (para el lado que sea) propio de esta guerra híbrida –un concepto que fue utilizado por primera vez a principios de los años 2000, y que consiste en una estrategia (o varias) de confrontación que no pasa necesariamente por un combate de tipo militar- en la que los medios de comunicación y las redes sociales desempeñan un rol central. Por lo tanto, solo mencionaré mis conclusiones, que son previas a la lectura de la nota.
Esta invasión –que tiene un largo proceso previo- es una cabal demostración de que la humanidad no ha superado a la violencia bélica como modo de resolver diferencias geopolíticas (la lista de conflictos armados sucedidos es muy larga y sobra para demostrar lo que digo).
Hay una afirmación muy conocida: “La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas por otros medios” (ensayo de Carl von Clausewitz (1832)), que se podría analizar también en el sentido de que llegar a ese instrumento político que significa violencia, destrucción, muerte, desplazamiento de poblaciones civiles y todo lo que conocemos en demasía, demuestra el abandono de otros instrumentos como la negociación, el diálogo, y los acuerdos propios de la etapa de la historia humana que se supone que estamos viviendo.
O sea, demuestra un fracaso y un retroceso en épocas de desarrollos científicos, tecnológicos, aun espirituales, que no impiden que el hombre siga siendo básicamente un cavernícola. Nuestro inconsciente, nuestra mente más antigua, se sigue manejando con las reacciones básicas de sus inicios: pelear (si cree que puede imponer su fuerza); huir (si no), reproducirse, alimentarse (de eso depende la sobrevivencia de la especie).
Ahora bien, este análisis es válido para la guerra Rusia-Ucrania, pero también para todas las intervenciones de la OTAN, como las de las guerras de Kosovo, Afganistán y Libia. No hay diferencia, pero si vemos el enorme despliegue propagandístico y las baterías de medidas tomadas contra Rusia por la OTAN con la complicidad de organismos internacionales de los que se podría esperar una actitud objetiva tendiente a buscar paz y armonía internacional y no apoyar a uno de los bandos.
Esta situación en las relaciones geopolíticas de los hombres (y mujeres) no es muy distinta de lo que vemos en niveles más limitados en la sociedad, y en las mismas relaciones personales.
Junto con la enorme evolución tecnológica y científica de la humanidad, cuya velocidad de transformación se acelera cada vez más, vemos una enorme degradación del mundo: en lo social, hambrunas, pueblos que emigran buscando una mínima calidad de vida; en el medio ambiente que avanza casi inexorablemente al colapso; en lo económico, con corporaciones cada vez más concentradas y poderosas a las que solo les interesa la ganancia material.
No es muy factible que las minorías dirigenciales que han hecho todo lo posible para que estemos en esta situación, cambien por sí mismas. Si tuvieran las condiciones para ser mejores, lo serían.
Es cierto que hay muchas personas que rechazan este estado de cosas y reclaman –incluso luchan- un mundo mejor.
El Papa Francisco ha hecho grandes esfuerzos para denunciar estas injusticias (sus Encíclicas, Laudato Si, Lumen Fidei y Fratelli tutti son documentos claros y trascendentes).
Pienso que debería darse un cambio de actitud social para encontrar alguna salida a esta situación. Hoy un enorme sector de la sociedad que acepta este estado de cosas sin lucha, sin buscar información que revele los crímenes de lesa humanidad que se comenten, sin intentar agruparse con quienes buscan lo mismo, sin generar líderes sociales y políticos que encabecen movimientos en direcciones distintas de lo que se da hoy.
Justamente, decidí escribir esta entrada para hacer un aporte en búsqueda de un mundo mejor. Es cierto que parece ingenuo creer que una nota en Internet puede significar algo en la lucha contra los enormes poderes que gobiernan el mundo, pero esa actitud derrotista sería aceptar que no hay opción, que el mundo está perdido (hay un grado de exageración, pero no tanta).
ES LA DECISIÓN PERSONAL QUE HAY QUE TOMAR, YO LA HE TOMADO, Y QUIERO COLABORAR CON QUE OTROS HAGAN LO MISMO.
Una reflexión sobre el análisis de Noam Chomsky
Raúl Zaffaroni: “La moral humana está rezagada a los avances tecnológicos”
El exjuez de la Corte Suprema de Justicia trazó un paralelismo entre la guerra en Ucrania y la primera guerra mundial.
18 de mayo de 2022 – 09:05
https://www.pagina12.com.ar/422407-raul-zaffaroni-la-moral-humana-esta-rezagada-a-los-avances-t
En su columna semanal en AM750 Raúl Zaffaroni reflexionó sobre las últimas declaraciones del pensador Noam Chomsky que analizó la guerra en Europa, el rol de los Estados Unidos y el futuro de la humanidad y trazó un paralelismo con lo que le dijo Hipólito Yrigoyen a Herbert Hoover cuando se inauguró la primera comunicación telefónica entre Washington y Buenos Aires.
En una entrevista que fue publicada esta semana, el lingüista, filósofo y politólogo estadounidense criticó la política externa de los Estados Unidos y su participación en las distintas guerras.
En ese sentido, Chomsky realizó dos clasificaciones sobre los responsables de las relaciones exteriores norteamericanos. Por un lado, habló de los negociadores; y por el otro lado, de los desangradores. “Hoy los desangradores ocupan puestos máximos”, sentenció el pensador.
Luego, Chomsky sostuvo que Estados Unidos no quiere una salida diplomática en el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia y advirtió que está situación abre la puerta a la guerra nuclear. Por este motivo, el filósofo y politólogo consideró que la guerra hizo que la humanidad viva un retroceso en “las pocas y limitadas medidas” que se habían tomado para la protección del medioambiente.
“Es probable que la humanidad se vaya por el lado de una muerte lenta, por medio de envenenamiento del planeta. La esperanza de que haya un mundo habitable requiere que dejemos de usar combustibles fósiles y avanzar con firmeza hacia su propia eliminación. El efecto de la guerra actual es poner fin a las de por sí limitadas iniciativas existentes, y de hecho revertirlas y acelerar la carrera hacia el suicidio”, expresó Chomsky.
El pensador norteamericano dijo que esta “carrera hacia el suicidio” comenzó a verse con claridad en agosto de 1945 cuando Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima.
Según Comsky, ese día aportó dos lecciones: por un lado, que la inteligencia humana, en su gloria, se acercaba a la capacidad de destruirlo todo, y segundo la capacidad moral humana iba muy rezagada a los avances tecnológicos.
“Lo que señala Chomsky es sumamente interesante y preocupante. La alta inteligencia técnica no va pareja con el progreso moral de la humanidad”, reflexionó Zaffaroni.
La primera comunicación telefónica entre Hipólito Yrigoyen a Herbert Hoover
Tras repasar las declaraciones de Chomsky, el exjuez de la Corte Suprema trazó un paralelismo entre el pensamiento del pensador norteamericano y el presidente argentino Hipólito Yrigoyen.
Para eso recordó lo que Yrigoyen le dijo a su par estadounidense Herbert Hoover en la primera comunicación telefónica entre Buenos Aires y Washington que se realizó el 30 de abril de 1929, después de la primera guerra mundial.
En esa comunicación, Hoover ponderó al teléfono como una tecnología que iba a facilitar la comunicación y la unión entre los países. Yrigoyen, con cierto escepticismo, le respondió que para él la uniformidad del pensar y sentir humanos no debía afirmarse en los adelantos de las ciencias exactas y positivas, sino en los conceptos que, como inspiraciones celestiales, deben constituir la realidad de la vida.
“Cuando creíamos que la humanidad estaba completamente asegurada bajo sus propias garantías morales fuimos sorprendidos por una hecatombe tal que nada ni nadie podía referirla en toda su magnitud”, dijo Yrigoyen refiriéndose a la primera guerra mundial.
“Ante semejante catástrofe era justamente imperativo creer que sobre ella recaería la más profunda condenación señalando el renacimiento de una vida más espiritual y más sensitiva. Por lo que sintetizo esta grata conversación reafirmando mis evangélicos credos de que los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos y en común con cierto reconstruir la labor de los siglos sobre la base de una cultura y una civilización más ideal, de más solidad confraternidad y más en armonía con los mandatos de la divina providencia”, agregó el presidente argentino.
“Se mantiene aquella observación de Yrigoyen. Avanzamos tecnológicamente pero no avanzamos como humanos a la misma velocidad. Estamos atrasados en eso”, completó Zaffaroni.
by ariza_adolfo | May 13, 2022 | Libros de temas científicos y /o tecnológicos, Temas políticos
Este libro no es una novela, como las que vengo trabajando en mis entradas. Lo mencionó Alejandro Bercovich en Brotes verdes por C5N, y lo compré porque es un tema que siempre me interesó.
“Byung-Chul Han (o Pyong-Chol Han) (Seúl, 1959) es un filósofo y ensayista surcoreano experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín. Escribe en alemán y está considerado como uno de los filósofos más destacados del pensamiento contemporáneo por su crítica al capitalismo, la sociedad del trabajo, la tecnología y la hipertransparencia.” (Wikipedia)
Es un pensador interesante. Tiene varios libros, además de muchos otros escritos. Les comparto algunos títulos, que muestran los temas –muy centrales- que aborda:
La sociedad del cansancio
La sociedad de la transparencia
La expulsión de lo distinto
Psicopolítica
La agonía de eros
En el enjambre
El aroma del tiempo
La salvación de lo bello
Es un libro pequeño, y me pareció una buena lectura para esta época en que estamos viviendo en una coctelera de información y hechos de los cuales solo tenemos versiones sesgadas y/o parciales, y/o falsas.
Tratar de entender nuestro mundo me parece clave, a pesar de lo difícil que sea, para intentar sobrevivir en todos los sentidos en momentos en que los riesgos de fin de nuestro mundo conocido parecen –son- reales y no imaginarios.
El subtítulo que leemos en la tapa es muy directo: La digitalización y la crisis de la democracia.
En la contraportada hay frases como las de abajo, debajo de un título terminante: “El régimen de la información es una nueva forma de gobierno.”
“Hoy la digitalización también afecta a la esfera política y provoca graves trastornos en el proceso democrático. Las campañas electorales son guerras de información que se libran con todos los medios tecnológicos y psicológicos imaginables.”
Se analiza el uso de los bots y los trolls, y toda la parafernalia con que cuenta el capitalismo, los partidos políticos y los medios de información para que creamos en cosas que no son verdad, inclusive involucionando de los relatos a solo información.
Los argentinos conocemos esto porque acá, como en otros lugares, se usaron estos recursos como estrategias electorales exitosas porque Macri llegó a la Presidencia de la Nación, tal vez no solo por ellas, pero que fueron centrales en ese proceso.
Una lectura atenta del libro nos ayudaría a entender los porqués de este enorme poder que sigue creciendo. Esa comprensión me parece fundamental para tratar de determinar qué podríamos hacer como ciudadanos expuestos y casi indefensos frente a lo que Byung-Chul Han llama “régimen de la información”.
Así lo define el filósofo coreano:
“Llamamos «régimen de la información» a la forma de dominio en la que la información y su procesamiento mediante algoritmos e inteligencia artificial determinan de modo decisivo los procesos sociales, económicos y políticos. A diferencia de régimen de la disciplina, no se explotan cuerpos y energías, sino información y datos. El factor decisivo, para obtener el poder no es ahora la posesión de medios de producción, sino el acceso a la información, que se utiliza para la vigilancia psicopolítica y el control y pronóstico del comportamiento. El régimen de la información está acoplado al capitalismo de la información, que hoy deviene en un capitalismo de la vigilancia y que degrada a las personas a la condición de datos y ganado consumidor.” (Infocracia La digitalización y la crisis de la democracia, Buenos Aires, Taurus, 2022. El régimen de la información, p.9)
Es bastante terrible la lectura de las conclusiones del filósofo; mucho más, por la conciencia que tenemos de que, en gran manera, son verdad, y que lo único que tenemos como arma de defensa es la posibilidad de desarrollar conciencia para colaborar en la conformación y crecimiento de una masa crítica de ciudadanos que contrarresten en sí mismos y en su entorno los efectos de la acción de este “capitalismo de la información”.
A riesgo de que piensen que he caigo en el tremendismo (justificado por lo tremendo de la situación), voy a agregar otra cita que dimensiona el mundo en que vivimos.
“Un nuevo nihilismo se extiende en nuestros días. No se debe a que las creencias religiosas o los valores tradicionales estén perdiendo su validez. Ya hemos superado ese nihilismo de los valores que Nietzsche anunció con expresiones como «Dios ha muerto» o la «transvaloración de todos los valores». El nuevo nihilismo es un fenómeno del siglo XXI. Es fruto de las distorsiones patológicas de la sociedad de la información. Se alza cuando perdemos la fe en la propia verdad. En la era de las fake news, la desinformación y la teoría de la conspiración, la realidad y las verdades fácticas se han esfumado. La información circula ahora, completamente desconectada de la realidad, en un espacio hiperreal. Se pierde la creencia en la facticidad. Vivimos en un universo desfactificado. Junto con las verdades fácticas desaparece también el mundo común al que podríamos referirnos con nuestras acciones.” (Op. Cit., La crisis de la verdad, p.71-72.)
Tal vez haga falta cierto conocimiento y comprensión filosófica (que yo no tengo) para entender acabadamente el planteo del libro, en el que se cita a Foucault, Arendt, Habermas, Postman. Conozco a esos autores solo por sus nombres y por citas, pero creo que pude entender razonablemente el texto (lo que no es poco, dada mi intrínseca dificultad para enfrentar los textos filosóficos).
Por eso, no dudé en incluir este libro en mis entradas. La situación del mundo de hoy, y su involución creciente (concuerdo con el coreano), justifica todo el esfuerzo posible para comprender esa realidad que mucha gente ni sospecha, mientras vive alegremente sin cuestionar nada, creyendo que esta banalidad y superficialidad son buenas y que hay que acomodarse a ellas.
PUES NO, HAY QUE REACCIONAR, HAY QUE DESARROLLAR ESTRATEGIAS PROPIAS, HAY QUE JUNTARSE CON GENTE PARA CHARLAR DE ESTE PROBLEMA.
HAY QUE USAR LAS REDES PARA COMPARTIR VERDADES, DENUNCIAR LAS FAKE NEWS.
NO TENER MIEDO DE LO QUE DIGAN, AUN DE LAS AGRESIONES, PORQUE ES PROBABLE QUE LAS HAYA.
ASÍ SEA.
by ariza_adolfo | May 2, 2022 | Literatura comentada
“Magistralmente escrita, y al ritmo de un thriller sexual, la historia crece en cada página alimentada con la prolífica imaginación de su autor, un docente de 56 años, licenciado en Letras que vive en General Alvear, donde tiene una librería.”
“Me gustaría escribir como Alex de la Iglesia filma y esta historia sale de esa falta absoluta de límites que propone Alex de la Iglesia” (https://www.telam.com.ar/notas/201812/317655-jose-niemetz-cultura.html)
Y así es esta historia de desmesura que le permitió a José Niemetz ganar el Premio Clarín Novela 2018.
En este caso mi lectura ha tenido matices diferentes de lo que me ha sucedido con otras novelas que he comentado:
El autor es Licenciado y Profesor en Literatura, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, como yo, aunque con Planes de Estudio diferentes;
Es mendocino como yo (alvearense, nacido en 1962). Claro que General Alvear, ese Departamento sureño de Mendoza, bastante pampeano, es diferente de la vida en el oasis norte: es muy conservador (como todo el sur mendocino), tanto que, después del orgullo inicial (lo recibieron casi como al ciudadano ilustre de la película de Cohn y Duprat), cuando leyeron la novela, algunos le retiraron el saludo;
Una diferencia es que yo leí siempre, desde que mi viejo me enseñó a leer antes de comenzar la Primaria. En cambio, él tuvo otra trayectoria: “Sin embargo, Tú eres para mí es su primer libro publicado. ¿Por qué recién ahora, a los 57 años? “Yo no fui el alumno que leía”, confiesa. El niño que le daba cuerdas a su imaginación con kilos y kilos de literatura no era él. “Lo único que quería era jugar en la Primera de Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Era mi gran sueño. Pero bueno, era un patadura horrible y no tenía ninguna chance de jugar”, bromea.” https://www.infobae.com/cultura/2019/06/07/jose-niemetz-escribo-lo-que-no-puedo-vivir/
Hoy da clases de Literatura en la Universidad Champagnat y es dueño de la librería Había una vez en General Alvear.
En la misma entrevista leemos:
“—¿Cuándo llega, entonces, la literatura a tu vida?
—Yo descubro la literatura en la dictadura. Yo cumplo 14 en el 76, cuando comienza la dictadura. Justamente mi cumpleaños es el 24 de marzo y hay una marca fuerte ahí. En el 76 hubo mucho miedo en mi casa, en mi familia, en mi grupo. Había una represión muy grande en mi escuela. Y siento que me refugié mucho en la lectura. Mi vieja fue una gran lectora, una mina que leyó de una manera impresionante durante años y años. Cuando yo tenía 15, 16 años empecé muy de a poquito a leer.”
Claro, las diferencias de épocas son enormes: lo primero que me acuerdo de la vida política de Argentina son las marcas de los tiros frente a la Plaza Independencia en 1955 cuando ocurrió el golpe militar, aunque ambos sean hitos semejantes del proceso que terminó en 1983.
Como él, soy básicamente un lector. Así lo expresa Niemetz: “Tal vez haya una etiqueta que engloba a todas: lector. De hecho, esa es la razón por la cual transformó esta historia en una novela. “Porque es mi género predilecto como lector —sentencia—, porque básicamente soy eso: un lector.”
Otro hecho –extraño, casi- es la reacción que me provocó el primer intento de lectura, el año pasado.
La novela es el diario de una gorda, desde su niñez hasta el final de sus días. Su insensibilidad –el modo que encontró para sobrellevar el trato (mejor, el no trato) de su madre o el bullying escolar y social- y la perversidad de los hechos narrados, me hicieron dejar de leerla porque estaba en una etapa emocional medio complicada. Después –ahora- me dio vergüenza y la terminé.
Es cierto que los temas de terror, tanto en la lectura como en películas, nunca me han atraído porque me produjeron miedo desde niño, pero la lectura de Tú eres para mí me hizo, por su intensidad narrativa, convivir con una tremenda vida como la de Estela, y la de su madre y su abuela, llenas de perversidades sexuales –no solo la de la protagonista- y de producción y uso de pócimas y venenos, para sanar, enloquecer y matar.
Hay muchas cosas adentro de la novela, en general, autobiográficas, ya sea porque tienen que ver con experiencias del autor (la gordofobia, por ejemplo, no por él, sino por el padre o lo que vio en la escuela) o por temas que le interesaron para llevarlos a la literatura. En la misma entrevista de Infobae dice: “Esto claramente tiene que ver con mis gustos —continúa Niemetz, con la oreja apoyada en su celular— y en descubrir los placeres y los monstruos que nos habitan. Creo que uno escribe, al menos en mi caso personal, lo que de alguna forma no puede hacer en la vida consciente, en la vida cotidiana, en la vida diurna, y de alguna manera tenemos que soñarlo o lo tenemos que escribir. Supongo que escribo lo que no puedo vivir. Creo que hay algo de esto. El tema de la oscuridad, de lo sombreado, de lo horroroso, de lo siniestro que me atrae profundamente tanto como lector como escritor.”
La novela se desarrolla en una ciudad no identificada, y concretamente en un vivero familiar que contenía un sector secreto llamado Huerto Bendito, donde la madre (cuando no estaba viajando por todo el mundo buscando hierbas, raíces y substancias extrañas, usadas en la brujería y la hechicería) y la abuela se sumergían y no salían durante mucho tiempo.
Ese vivero, del que no sabemos todo lo que contiene, es el ámbito misterioso y terrible de la vida de Estela, obesa y asesina.
Es difícil hablar de la novela sin spoilers, pero trataré de encontrar el equilibrio entre el vértigo narrativo y original de la novela –cuya lectura recomiendo- y no anticipar los hechos narrados de este thriller intenso que nos deja sin aliento más de una vez.
Este lector que es Niemetz escribe de “mis propios fantasmas, de mis obsesiones, de mis miedos y de mis preocupaciones por la discriminación que sufren muchas minorías, como por ejemplo los obesos.”
Esas preocupaciones por las injusticias lo han llevado a ser candidato a Concejal en las PASO por el Partido Justicialista.
Niemetz lo explica así en la misma entrevista:
“Es que mi candidatura no surge de la nada. Yo no tengo militancia partidaria pero sí en los Derechos Humanos, en la educación pública, he hechos clases públicas, he estado siempre en las marchas del 24 de marzo. Todo el mundo sabe quién soy, lo que pienso, entran en Facebook y está.”
La novela está llena de elementos autobiográficos como este, con mayor o menor peso narrativo, pero que colaboran con que el lector nunca sepa lo que va a venir, aunque si miramos –al final de la novela- el camino seguido, vemos que todo confluye en el camino de Estela hacia “fusionarse en todo” en el desenlace.
Estela llega a ser ese personaje terrible porque fue una víctima, pero sale de esa victimización, por un camino de perversidad sexual y crímenes, del cual dice Niemetz en la entrevista de Télam citada antes:
“Ella decide ser la gorda que ve en el cuadro Las jardineras, de Botero, y entonces muestra arrogancia y orgullo de sí misma. Cuando ve esa imagen del cuadro dice: ahí descubrí la gorda que yo quería ser. Es una gorda que va empoderándose de a poco y descubre en el crimen el placer y su forma de vivir y ser feliz.”
Me llamó la atención que, en el contexto de la novela, no sentí rechazo por Estela, sino que la comprendí, consciente de su destino inevitablemente trágico, pero casi glorioso.
Otros elementos autobiográficos en la novela, además de los mencionados antes, son la fuerte relación con las plantas que tiene relación con su vida en el ámbito agrícola de General Alvear. Por eso, la obra transcurre centralmente en el vivero mencionado que es el necesario ámbito para que ocurra todo lo que ocurrió.
Está el episodio de Sandro, el tatuador, que llega al vivero con una “mujercita” (así la llama Estela, la narradora), y que después será Violeta, como la mujer que tiene tatuada en su cuerpo Sandro.
El nombre Violeta recorre toda la novela; tiene que ver con Violetta Valéry, que cantaba La Traviata mientras Sandro tatuaba a Estela, pero mucho más con Violeta Rivas, como Estela llamó a su muñeca.
Este episodio con Sandro y Violeta parece por momentos extraño e injustificado, pero es una pieza clave en ese puzzle desmesurado que termina construyendo ese personaje descomunal que es Estela, tanto en lo real como en lo narrativo.
Estela fue llamada así por su madre, que quedó embarazada en su primera relación en un club, mientras sonaba Tú eres mi destino cantado por Estela Raval y los Cinco Latinos. No es el único tema musical que aparece en la novela, también las canciones de Gigliola Cincuetti o Rita Pavone, siempre relacionadas con momentos narrativos en la vida de la protagonista.
Tú eres para mí, así comienza ese tema musical, atraviesa toda la novela, como Estela Raval marca a la madre de Estela, y por lo tanto a ella también, porque la actitud indiferente de la madre la hace sufrir tanto que es el origen de su personalidad trastornada.
Dije que la novela es un puzzle, lo es, pero poco común, porque lo vemos como si fuera un caleidoscopio de imágenes, sonidos, ciencia, brujería, una historia policial, sexo (cotidianas perversidades llevadas al paroxismo), dolor y tristeza, soledades humanas.
No es una novela común, pero cualquier buen lector, que busque una lectura original y valiosa, sabrá valorarla.
Me abruma bastante no poder trasmitir todo lo que gira alrededor de esa vida que es como un cometa que avanza hacia su propia destrucción, pero confío en que podré haberlos interesado lo bastante para que quieran leer la novela: es una experiencia única, terrible por momentos, pero siempre atrapante.
Es muy bueno que el autor la produzca en General Alvear, y se siga quedando en esa ciudad que quiero mucho, porque este texto disruptivo –y los que vienen- son buenos para su ambiente.
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