LA ÚNICA CERTIDUMBRE ES LA INCERTIDUMBRE, PERO HAY POSIBILIDADES

LA ÚNICA CERTIDUMBRE ES LA INCERTIDUMBRE, PERO HAY POSIBILIDADES

A esta altura de la pandemia, está claro para la mayoría de nosotros/as la dificultad que supondría tener certezas importantes sobre ella.

Por supuesto, lo más difícil es saber cómo va a ser su evolución, teniendo en cuenta los rebrotes que se han producido en varios países, y unido a eso cómo va a ser el mundo post pandemia.

Por eso, me interesó mucho esta nota:

El discreto desencanto de la burguesía

Paula Bach

http://www.laizquierdadiario.com/El-discreto-desencanto-de-la-burguesia

Aunque no termino de comprender el sentido del título, me pareció un aporte sólido para entender todo lo que no sabemos cómo va a ser.

Sugiero leerla completa, pero, como es larga, intentaré compartir con uds. algunas ideas que me surgen de su lectura.

Comienzo con una cita textual:

“Lo cierto es que los brotes y rebrotes de un virus –con comportamientos aún desconocidos por las ciencias médicas– paralizaron en una porción significativa a la economía capitalista mundial, poniendo en acto una crisis peor que la de 2008/9 y la más profunda desde la Gran Depresión de la década del ‘30. Una cuestión que ya es manifiesta en términos de caída del PBI global o del empleo –en lo observable hasta el momento, al menos, en países como Estados Unidos o España– y aún está por verse en lo relativo a la contracción del crecimiento del comercio mundial. Como resultado, el planeta está preñado de una incertidumbre profunda, mezcla de catástrofe en apariencia “natural” con hecatombe económica que pone al desnudo la vulnerabilidad del sistema. Un sistema que a pesar del desarrollo de las “redes neuronales”, la robótica y los niveles alcanzados por la manipulación genética –que por momentos lo hacían lucir invencible– queda sometido a opciones que más bien parecen de la Edad Media.”

Esta síntesis de la situación de la economía es buena, y lo cierto de esa incertidumbre es que nos espera una etapa de una crisis económica inédita a nivel mundial.

Ahora, he leído algunas opiniones sobre que una consecuencia esperable es la del fin del capitalismo como sistema político económico. Si bien lo que aparece realmente en cuestión es su versión neoliberal insostenible e insustentable, me parece ingenuo pensar que ese sistema va a ser reemplazado por algo que no tenemos mucha idea de cómo sería, más allá de algunas ilusiones sin mayor consistencia.

Sin embargo, hay aspectos que están en la base de la vida de nuestras sociedades, que se verán claramente afectados. De hecho, las sucesivas crisis económicas recientes ya han tenido consecuencias. La autora nos dice: “En términos más generales, la constatación de la debilidad del crecimiento económico y de la inversión “real” junto con el incremento de todo tipo de deudas –personales, públicas, corporativas–, la “amenaza” tecnológica y el aumento acelerado de la desigualdad, trasciende distintas vertientes ideológicas y emerge como una suerte de “nueva normalidad”. Una de sus consecuencias más inquietantes reside en la destrucción de las “clases medias” –eufemismo que normalmente se emplea para hacer referencia a amplios sectores de las clases trabajadoras – o de su símbolo más acabado, el “sueño americano”, como base necesaria de sustentación de las “democracias capitalistas””.

Este es un peligro real y –en una fase aguda- inédito. Esto se hace evidente en otro párrafo:

“Lo cierto es que la debilidad económica post crisis 2008/9 aniquiló el sustituto débil de “progreso” ofrecido por el neoliberalismo a cambio de la “globalización” y la destrucción de las conquistas del llamado “Estado de Bienestar”. De alguna manera y en particular en el curso de las décadas del ‘90 y ‘2000, la proliferación del crédito al consumo –incluidas las hipotecas subprime–, la mitigación de la desigualdad entre países –habilitada por el ascenso de los llamados BRICS–, la reducción relativa de la pobreza –entendida en los términos del Banco Mundial –, el “sueño chino”, el indio y hasta cierto punto el brasileño, entre otros, actuaron como factores compensatorios frente al incremento –global y al interior de la mayoría de los países– de la desigualdad. Este “intercambio satánico” es lo que, en el curso de la última década, se fue diluyendo primero en el “centro” y más tarde en la “periferia”.”

Este fue el camino y no caben muchas dudas de que seguramente empeorará –aunque aquí hay que aclarar que habrá diferencias entre países y aun regiones.

Otro análisis que ha surgido es a partir de dos aspectos que se han dado en paralelo ante la pandemia: el fracaso del capitalismo neo liberal ya comentado, y la intervención estatal. Un ejemplo de Bach: “La Unión Europea, incluso, acaba de aprobar un “plan anticrisis” de 750 mil millones de euros financiados con deuda común y dirigidos, bajo la modalidad de préstamos y subsidios, a los países más afectados del bloque.” EEUU ha inyectado millones a la economía del país, y Argentina también ha destinado fuertes sumas para paliar los efectos de la pandemia y la crisis económica que dejó el Gobierno de Macri.

Estas situaciones han generado una revaloración del papel del Estado en la vida de los países después de los años de campañas de desprestigio de las corporaciones y los Gobiernos neoliberales. Podría creerse que vamos a volver a un nuevo “Estado de Bienestar” (como después de la Segunda Guerra Mundial), y he escuchado voces esperanzadas en este sentido, pero no parece tan lineal ni sencillo.

Merece análisis el tema del “fin del trabajo” (“…en tanto tendencia y como sustrato de la eliminación progresiva del valor, los precios y la propiedad privada de los medios de producción…”)

Es muy interesante lo que dice Bach sobre este tema, y que merece que el sector de la clase media argentina que ha aceptado alegremente las plataformas como un avance valioso sin mayor análisis de su impacto en la vida de mucho/as argentinos/as revise esta actitud. Hoy encontré una noticia con el siguiente título: “Mercado Libre y Rapipago imputados por prácticas abusivas y publicidad engañosa.” La mayoría de nosotros conoce anécdotas con situaciones semejantes. Sería bueno leer el párrafo siguiente para comprender la realidad delas cosas.

“Por su parte, la letánica y lacerante distopía del “fin del trabajo” –una especie de estocada final a la idea de “progreso”– adquiere una muy particular triple manifestación en el contexto de la crisis pandémica. Por un lado, la pérdida directa de millones de puestos de trabajo no aparece asociada al “desempleo tecnológico” sino al Gran Confinamiento como imagen de la fusión entre la enfermedad y la crisis económica. Por el otro, las “cuarentenas”, en tanto elemento central de paralización económica, actúan como prueba definitiva y “auto percepción” global de que –al menos por el momento– los trabajadores y no los robots fungen como la fuerza fundamental que mueve la economía. Finalmente, y muy significativo, las “empresas tecnológicas” –entre ellas PayPal, Alphabet, Facebook, Tencent, Tesla, Apple, Microsoft, Amazon– son las que más incrementaron su capitalización bursátil bajo condiciones de pandemia. También el boom alcanzó a otras menores como Rappi, Globo o Pedidos Ya, de entrega de comida a domicilio. Pero, lejos de expulsar trabajo, estas empresas emergen como núcleos del llamado “trabajo esencial” y se consolidan como áreas de vanguardia de la precarización laboral. Incluso aquellos “unicornios” [15] que despidieron trabajadores, no lo hicieron en función del reemplazo tecnológico sino de su reestructuración debida a la propia crisis.”

Bach concluye su nota así: “Más allá de las medidas inmediatas –que variarán también según los ritmos de la pandemia, la crisis y las diversas tensiones que se jueguen en los escenarios electorales– es de esperar que bajo las condiciones de su realidad actual el capital refuerce la agresividad. De hecho, ya lo estamos presenciando a través de las nuevas modalidades de flexibilización laboral implementadas bajo la excusa de la pandemia. Del mismo modo, ni bien sea posible, volverán a emerger nuevos intentos de reformas previsionales con la excusa de los enormes déficits fiscales acumulados. A su vez, los límites del neoliberalismo que se expresan –en gran medida– en contradicciones crecientes entre los Estados, es muy probable que conduzcan a diversas expresiones de mayor belicismo, aunque no podamos definir sus expresiones concretas. Es de esperar que la ausencia de una “estrategia de reemplazo” y la gran dependencia económica que aún guarda la relación chino-norteamericana se traduzca, entre otras cosas, en una ofensiva más violenta estadounidense no solo para doblegar a China como competidor sino también para incrementar la libertad de acción de sus capitales en el país. Los métodos a utilizar como así también los resultados, están abiertos. Pero sean cuales fueren los escenarios, caben pocas dudas de que no es un panorama de “estatismo reformista” el que se abre para el período próximo. Asumir estas circunstancias constituye un elemento fundamental de la preparación y la estrategia necesarias para actuar en próximos acontecimientos si se desean evitar nuevas catástrofes para los trabajadores y los sectores populares, es decir, para la enorme mayoría de la humanidad.”

Todo esto parecería abundar en el sentido de algunas visiones apocalípticas para la post pandemia, siempre dentro de este marco incierto en el que nos hallamos; sin embargo, y mirando a Argentina- creo que tenemos algunas oportunidades que no tienen muchos otros países.

Esto parece absurdo a poco que miremos los indicadores económicos del país: el Gobierno asumió en medio de una enorme crisis, jaqueado por una deuda externa impagable, y casi inmediatamente la pandemia sumió al mundo en una situación no vivida antes.

Pero, también hay otros elementos de juicio relevantes (sin intentar ser exhaustivos): acaba de lograrse un acuerdo con los bonistas con los que se tiene deuda bajo legislación extranjera; el Gobierno conserva una importante imagen positiva para la sociedad (comparemos con otros Gobiernos para dimensionar mejor esto); se están lanzando importantes medidas para recuperar el consumo y el empleo (Plan Procrear, por ejemplo); tenemos un sistema científico tecnológico que resistió el embate macrista y que participa de varios proyectos valiosos e innovadores; hay un desarrollo e infraestructura industrial que no tienen otros países latinoamericanos –ciertamente golpeado, pero recuperable- con mano de obra especializada, que puede trabajar en un plazo breve.

No es la idea desarrollar posibles escenarios futuros, en los que hay varios factores que no sabemos cómo van a evolucionar.

Por ejemplo, de qué manera el sector financiero –seguramente el más beneficiado por el Gobierno de Macri- va a participar dentro del plan económico del Gobierno. Casi siempre ha actuado para beneficiar sus intereses, dentro y fuera de las leyes.

Otro ejemplo: el Gobierno lanzó la Reforma Judicial, que cuenta con el consenso de gran parte de la sociedad que es muy crítica con el accionar de la justicia, pero recibió el ataque a fondo de parte de la corporación judicial.

Si tenemos en cuenta que la oposición del macrismo duro –tuiteros seriales- desde la votación de las PASO del 2019 ha sido feroz, y sin ninguna intención constructiva, con el apoyo de los medios de siempre y de los trolls que siguen trabajando con bastante eficacia, está claro que no será nada fácil salir adelante.

SIN EMBARGO, NO HAY ALTERNATIVA, ESTÁ EN JUEGO LA SOCIEDAD QUE SUPIMOS CONSEGUIR, CON EDUCACIÓN Y SALUD PÚBLICA, CON TRABAJO PARA MAYORÍA DE LOS/AS ARGENTINOS/AS, CON UNA JUSTICIA EFICIENTE Y OBJETIVA.

ESE CUARTO DE LA SOCIEDAD QUE RECHAZA AL PERONISMO SEGUIRÁ EN ESA ACTITUD, PERO HAY QUE TRABAJAR PARA EL RESTO, Y TRATAR DE QUE COMPRENDAN QUE ESA UNIDAD SOCIAL, CON EL FRENTE POLÍTICO QUE GOBIERNA AL FRENTE, NOS PERMITIRÁ TRIUNFAR AUN FRENTE A TODO ESE PODER NACIONAL E INTERNACIONAL. CONFIEMOS EN NOSOTROS/AS, ASÍ COMO GANAMOS EN LAS ELECCIONES, SEGUIREMOS GANANDO EN CADA LUGAR EN QUE LA PATRIA ESTÉ EN JUEGO.