Yuval Noah Harari, historiador y filósofo israelí
La creencia en el libre albedrío es más peligrosa hoy que nunca antes
https://www.pagina12.com.ar/328117-la-creencia-en-el-libre-albedrio-es-mas-peligrosa-hoy-que-nu
En realidad, tenía pensado escribir sobre otro tema, pero me encontré con esta nota de Yuval Harari, del que ya he leído “21 lecciones para el siglo XXI”, y algún otro material.
Creo que en este autor se manifiesta claramente lo que pienso que es el Humanismo hoy: sigue siendo un sistema de pensamiento que pone en el primer plano de sus preocupaciones el desarrollo de las cualidades esenciales del ser humano, pero hoy atravesado por las transformaciones que la tecnología está incorporando a nuestras vidas.
Inmediatamente, me interesaron los conceptos que se enuncian en esta entrevista que le hizo Página 12 porque creo que en ella se sintetizan varias conclusiones claves para esta etapa pos pandemia.
La primera es bastante obvia: “La primera lección de la pandemia es que debemos invertir más en nuestros sistemas de salud pública”, pero lo que la hace relevante es lo que dice después: “Se han perdido muchas vidas debido a la incapacidad de los líderes mundiales para trabajar juntos. Ya ha transcurrido un año desde el comienzo de la crisis y, lamentablemente, todavía no tenemos un plan de acción mundial.”
Esta es una dura evaluación, pero la realidad la confirma, más allá de declaraciones políticamente correctas. Ahora bien, dice algo más: “Desafortunadamente, la forma en que hemos manejado la pandemia no inspira mucha confianza en que podamos manejar algo más complejo como el cambio climático o el aumento de la inteligencia artificial.”
Este es el hecho clave, porque no se refiere solo a lo que hicimos o dejamos de hacer, sino a los problemas agudos y terribles que amenazan la supervivencia de la humanidad. Creo, como Harari, que superaremos la mayor pandemia que ha sufrido la especie humana, pero los temas que menciona el autor requieren soluciones globales, organizadas y permanentes, y eso es lo que parece poco probable a la luz de la realidad.
No es un tema nuevo en mi blog; por ejemplo, https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2020/11/10/encontremos-en-la-utopia-de-un-mundo-sustentable-y-sostenible/, pero es necesario resaltar lo que plantea Harari, por el valor que tienen hoy sus aportes.
El autor cree que “tenemos el conocimiento científico para solucionar esta crisis, pero no la sabiduría política para hacerlo”. El tema es que la política concebida en la plenitud de sus posibilidades y efectos supone no solo tener sabiduría, sino tiene que ver con la capacidad y voluntad de construir el poder político necesario para poder modificar virtuosamente la realidad. En los problemas globales que mencionamos, esa construcción de poder supone que las naciones participen en organismos supranacionales que avalen e instrumenten los acuerdos formales que pondrán en marcha las medidas concretas que den solución a esta crítica situación. Es cierto que ya existen esos organismos, pero hasta ahora, no han desarrollado el poder político que hace falta.
Por eso, la advertencia de Harari suena real y terrible.
En relación con lo anterior, hay otro aporte del autor que me parece valioso, aunque no menos terrible:
“Si bien es común hablar del resurgimiento del nacionalismo, lo que estamos viendo en todo el mundo es el colapso de la solidaridad nacional y su sustitución por un tribalismo divisorio.” Personalmente, desde hace tiempo creo que se perciben retrocesos en muchas manifestaciones sociales: por ejemplo, nuestra clase media urbana sedienta de sangre de “negros villeros”, y capaz de ejercer la justicia por mano propia, aplicando la “Ley del Lynch” como en el lejano oeste americano del siglo XIX; o los libertarios que rechazan toda regulación del Estado y desprecian las políticas públicas que nuestra Nación concibió para su desarrollo y protección.
En ambas situaciones, y en otras varias, aparece el factor común del odio, incluso dentro de los mismos países, que impulsa a combatir y a destruir a ese enemigo que creen que los amenaza, aunque no sea así. Es cierto que no es tan casual: gobernantes como Trump y Bolsonaro empujaron –y empujan- a sus seguidores a mantener ese odio. En esto colaboran los medios de comunicación que los apoyan difundiendo noticias y conceptos que justifican esas actitudes violentas.
De todos modos, lo real y tremendo es que, en momentos en que es clave la unidad organizada de las sociedades nacionales e internacionales, se vaya en contra de lo que necesitamos para superar los problemas de la actualidad.
Harari ha insistido mucho en el tema de la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización, no tanto por el riesgo de una invasión destructora de robots, sino por lo siguiente: “Hablo de una inteligencia artificial mucho más primitiva, que sin embargo es suficiente para alterar el equilibrio global”, sin embargo, cree que “podemos asegurarnos de que la inteligencia artificial sirva a todos los humanos, en lugar de a una pequeña élite. Por ejemplo, en lo que hace a cuestiones de vigilancia, en la actualidad los ingenieros están desarrollando herramientas de IA al servicio de los gobiernos y las empresas, para vigilar a los ciudadanos. Pero podemos desarrollar herramientas de IA que monitoreen a los gobiernos y a las corporaciones al servicio de los ciudadanos. Técnicamente, es muy fácil desarrollar una herramienta de IA que exponga la corrupción. Para un ciudadano individual, es imposible revisar todos los datos y descubrir qué políticos nombraron a sus familiares para trabajos lucrativos en el gobierno. Para una IA, eso tomaría dos segundos. Esto es algo que los ciudadanos pueden y deben exigir.”
Creo que son lecturas valiosas para lo que siempre planteo como objetivo: comprender la realidad en estas épocas en que conocer la verdad de lo que sucede es muy difícil, opacidad en la que colaboran ambos sectores políticos, aunque en bastante mayor grado la oposición macrista, que ya lleva varios años de práctica. Por ejemplo, hoy se difundió una fake que decía que Patricia Bullrich había ido a Formosa en el avión de Vicentín. Claro que era muy burda, más allá de todas las cosas reprochables que hace la ex Ministra de Seguridad de Macri, como declamar como defensora de los Derechos Humanos. Hoy en Formosa, discurseó disfrazada de presa, como ataque a Insfrán. Si una posible candidata a la Presidencia hace payasadas como esa, cuesta imaginar una propuesta política seria de la oposición
LEAMOS A HARARI Y A TODOS LOS QUE NOS AGREGUEN ELEMENTOS VÁLIDOS PARA EL ANÁLISIS DEL MUNDO EN QUE VIVIMOS.
SEGURO QUE NOS VA A SER ÚTIL.
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