En realidad, no tenía intenciones de publicar nada en mi blog, porque estoy con otras muchas cosas, y una novela a medio leer desde hace diez días, pero me encontré esta nota de Jorge Alemán, y cambié de opinión.

Covid: una mutación política

Por Jorge Alemán

31 de diciembre de 2021 – 01:17

https://www.pagina12.com.ar/392609-covid-una-mutacion-politica

No es un tema novedoso el del COVID en el medio de la grieta de derechas e izquierdas, o progresismos, o el de la situación del capitalismo neoliberal, y su posible fin de ciclo o decadencia; inclusive me he acercado a él en este blog más de una vez, pero es interesante y agudo el planteo de Alemán sobre este silencioso final de la pandemia como producto de la imposición –justamente- de ese poder neo liberal y del mercado

Dice la nota:

“De este modo, podemos apreciar que frente al virus de Omicron y con el pretexto de que genera una “enfermedad leve” se han terminado privilegiando las exigencias del Mercado.

No se trata ya del negacionismo delirante de las ultraderechas ni de los antivacunas, es un negacionismo resignado y realista que sube desde abajo, que es deseado por amplios sectores, y como una marea acompaña el movimiento de los gobiernos. Así como ya parece concluirse que la enfermedad es leve y que morirán los de riesgo o los desafortunados, a su vez ya se acepta que la “gente” no da más, que ya no existe una posibilidad real de restricciones serías, y que por tanto se debe aprender a vivir bajo las condiciones de un nuevo giro más radical del neodarwinismo capitalista.”

Esto es lo que se observa hoy en Argentina y en otros lugares: Israel ha apostado a que se contagien todos/as los/las que tengan que contagiarse para cerrar el tema de la pandemia. Es cierto que la mayoría de los que terminan internados/as, no se han vacunado, por desinterés, por alguna postura negacionista, o alguna otra causa, lo que nos libera de culpa.

Alemán lo sintetiza así, y es lo que considero novedoso:

“En cierta forma, es un triunfo de las derechas, que siempre supieron que tarde o temprano los imperativos de la economía, la precariedad de las vidas que solo se pueden refugiar en trabajos erráticos, y los cálculos egoístas del goce que actualmente impregnan el tejido de las masas terminarían imponiéndose.”

El autor califica este hecho de “nihilismo”, y queda la duda de si es triunfo de verdad, o una demostración de un poder remanente, pero tan poderoso como para imponer una visión de una Matrix siempre nefasta para el conjunto de la sociedad.

Es el relato que se ha impuesto, sin que casi nos demos cuenta, ni nos genere rechazo. Al final, no es más que una versión coloreada y edulcorada de lo que Macri decía: “Que se mueran los que tienen que morirse.”

Por supuesto, es difícil encontrar otras alternativas posibles, aunque es inevitable destacar que la vacunación en el mundo ha reproducido las asimetrías y modos de comprensión y acción que hacen que el mundo sea hoy como es, al borde de su destrucción por ser fruto de un modelo insostenible e insustentable.

Es más, esa exhibición obscena de poder llevó a que “Los miembros del G20 han recibido 15 veces más dosis de vacunas contra la COVID-19 per cápita que los países de África Subsahariana” (https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/miembros-g20-han-recibido-15-veces-mas-dosis-vacunas-covid19-per-capita-africa-subsahariana)

Por eso, la nota llega a la conclusión sobre la inevitabilidad y necesidad imperiosa de terminar con este modelo injusto y suicida.

“Nunca como ahora, y esta Pandemia es una demostración cabal, para la humanidad había sido tan urgente frenar la marcha del tren enloquecido del Capital.”

Como es un planteo que he hecho más de una vez, cada vez con más convencimiento, no quiero terminar el año sin agregar un aporte más para los que quieran entender mejor el mundo y la sociedad en que vivimos.

Es mi deseo que en este 2022 podamos avanzar en la construcción de un mundo mejor y más justo y que todos/as los que queremos esto, logremos construir el poder político necesario para avanzar en ese sentido.

Una vez más lo digo:

NOS VA LA VIDA EN ELLO.