POR ADOLFO ARIZA

Hablando con un viejo amigo surgió el tema de las elecciones y de las razones por las que una buena parte de la sociedad argentina había decidido votar a Javier Milei a pesar de que había muchos factores que no lo hacían aconsejable.

Esta entrada no es para argumentar sobre esa elección que ya ha tenido otros análisis, incluso mío:

UN PAR DE DÍAS DESPUÉS…

POR ADOLFO ARIZA

https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2023/11/22/un-par-de-dias-despues/

Mi amigo, que sabe mucho de política, y con una larga militancia, me decía que en Argentina había una crisis en relación con la representación social.

¿Qué significaría esto?

La representación social nos permite construir sistemas cognitivos con una lógica y enunciado propio. “Dentro de estas representaciones sociales encontramos estereotipos, creencias, afirmaciones o valores que ayudan a las personas a orientarse y dominar su medio social.” (Isabel Rovira Salvador)

Evidentemente, esta pérdida de referencia de elementos (ya sea conceptos, imágenes, personas) que nos posibiliten manejarnos en sociedad es un problema importante que merece un análisis más profundo.

Unos días después de escucharlo, me encuentro con esta nota de BYUNG-CHUL HAN, el filósofo coreano que ya he comentado en otra oportunidad por una publicación que también aporta al tema.

INFOCRACIA DE BYUNG-CHUL HAN POR ADOLFO ARIZA

https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2022/05/13/infocracia-de-byung-chul-han-por-adolfo-ariza/

Este autor ahora toma el tema de:

El vacío narrativo que desorienta a la sociedad actual

(https://www.lagaceta.com.ar/nota/1015152/la-gaceta-literaria/vacio-narrativo-desorienta-sociedad-actual.html)

Es llamativo el subtítulo: Radiografía de un mundo hiperinformado con déficit de sentido, y claramente tiene que ver con lo mencionado sobre la representación social.

Soy consciente de que hay muchas citas, pero no puedo dejar de mencionar los links que podrían interesar a quien acceda a la entrada.

Lo primero que se me ocurrió es informarme sobre el concepto de representación social, y recurrí a nuestra conocida Wikipedia. Allí encontré esta definición:

“Para Moscovici, una representación social es “una modalidad particular de conocimiento cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación.” (1979: 17-18).

Destaco el párrafo que viene después: “Las representaciones son una forma de pensamiento natural informal, un tipo de saber empírico, que además se articula al interior de los grupos con una utilidad práctica, en esencia como una guía para la acción social de los sujetos.”

O sea que, si aceptamos la hipótesis de la crisis de la representación social, esto se traduce en dificultades para resolver las demandas de la sociedad en su interior.

Y aquí aparece la relación con lo que plantea Byung:

“Hoy todo el mundo habla de narrativas. Lo paradójico es que el uso inflacionario de las narrativas pone de manifiesto una crisis de la narración misma. Está haciendo furor la moda del storytelling, que es el arte de narrar historias como estrategia para transmitir mensajes emocionalmente, pero lo que hay tras esa aparatosa moda es un vacío narrativo, que se manifiesta como desorientación y carencia de sentido. Ni el storytelling ni el giro a lo narrativo harán que regrese la narración. Que un paradigma se tematice expresamente, o incluso acabe convirtiéndose en tema favorito de investigación, presupone ya una profunda alienación. La clamorosa demanda de narrativas denota que en ellas se produce una disfunción.”

Hay un tema polémico, pero válido, muy válido: Todo es narración. ¿Cuánto conocemos de la realidad? ¿O cuánto de lo que conocemos es la narración de la realidad?

La Biblia, ¿no es una narración?

¿No podría ser que lo que aparece en la Matrix (¿se acuerdan de esa ficción?), sea la verdad que creemos, y si la creemos, es la realidad?

¿O lo que es verdad para el inconsciente, no es la verdad para nosotros/as, sea real o imaginario?

Teniendo en cuenta lo bien que han entendido las corporaciones la trasformación del mundo, y han sacado ventaja, ¿esto no es creíble?

“En palabras del autor, el capitalismo recurre al storytelling -a través de la pantalla digital- para adueñarse de la narración y solo consta de consumidores solitarios que no conforman ninguna comunidad, solo historias listas para consumir.”

Concluyendo, ¿esto que plantea Byung no tiene sentido?

“Narración e información son fuerzas contrapuestas, ser e información se excluyen. A la sociedad de la información es inherente una carencia de ser, un olvido del ser. Hoy estamos más informados que nunca, pero de una manera aditiva y acumulativa, sin sentido y orientación. El tsunami informativo es una sucesión de instantes presentes fragmentados, incapaz de construir una narrativa para el sujeto. La sobreestimulación informativa obstaculiza la capacidad de reflexión. Ya no se producen ni se generan las condiciones para los grandes relatos que puedan proyectar a la sociedad venidera (que sí existieron y configuraron de algún modo a la Modernidad), que puedan imaginar alternativas frente al orden actual. No hay lugar para narrar a lo grande, única posibilidad de abrirse al futuro. La Modernidad tardía abjura de la historia, del pasado, pero también de toda visión y lejanía. Es el régimen de la información el que impera, como nueva forma de dominio, con el individuo consagrado al instante, sin pasado ni futuro que lo narre. El storytelling ha reemplazado a la narración, significando antes que nada comercio y consumo, sin capacidad de aportar ningún poder transformador de la sociedad.”

Tenemos que entender la realidad, o estamos perdidos.

Tenemos que entender el mundo que instalan las grandes corporaciones, que, desde la globalización, entendieron la realidad, y sacaron provecho.

Hoy, cuando Elon Musk y otros analizan si vale la pena hacer algo por este mundo, al que consideran perdido, tanto ambiental como socialmente, y se consideran miembros de una nueva Arca de Noé, que vivirá en algún lugar del espacio, ¿no debemos entender eso para poder influir en nuestro destino?

No hay mucha manera de entender el voto a Milei (y no desconozco o minus valoro los factores y culpas que permitieron el malestar social que llevó a un voto al que parecía menos político) sin comprender esto de la falta de capacidad para involucrarse en un relato que integre a la sociedad, o a parte de ella.

Si la vida social es una sucesión de instantes, sin continuidad narrativa, sin referencias que puedan integrarlo estamos expuestos a manejarnos en un espacio presentista, en el que el que maneje mensajes emocionales bien construidos, va a decidir sobre nuestras decisiones.

Y las redes son el espacio ideal para construir esas Matrix.

Desde hace unos días empezaron a aparecer posteos en las redes con mensajes como (“Macri fue un Presidente de lujo” o “¿Ya se arrepintieron de no haber votado a Macri?”)

¿Alguien puede creer que esto es casual?

Si no comprendemos cómo se nos maneja desde los espacios virtuales, estamos indefensos para manejarnos eficientemente en sociedad.

Entiendo que hay una carencia de opciones de líderes sociales que puedan ayudarnos, pero el problema es nuestro también.

NOS VA LA VIDA, LITERALMENTE, EN ESO.

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