Suelo leer las notas de opinión del cura Reale en Diario Los Andes, porque son inteligentes, bien fundadas, y con un tono no de sermón. En este caso, casualmente, o no, tomó el mismo tema de la entrada anterior mía (ELECCIONES 2019: CONSTRUIR ACUERDOS Y CONSENSOS https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2019/09/03/elecciones-2019-construir-acuerdos-y-consensos/).

Por lo tanto, me pareció muy importante subir otra entrada con la nota que menciono porque todo lo que ayude a estimular y enriquecer la voluntad de un acuerdo entre los argentinos es una obligación de Patria hoy. Por lo demás, incorpora la visión del Papa Francisco, necesaria referencia hoy para la construcción de un mundo mejor.

Y… ¿si damos otro “Paso”?

Por Vicente S. Reale – Sacerdote Católico

https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=y-si-damos-otro-paso-por-vicente-s-reale  (4/9/2019)

Desde las recientes PASO, los argentinos nos encontramos ante una coyuntura histórica que puede significar un volver a una realidad política trillada y perversa o encontrar, finalmente, una luz para salir del túnel del fracaso y de la creciente desesperanza.

Y no me refiero a que un determinado candidato o partido sea favorecido en las elecciones de octubre sino a la enorme posibilidad y responsabilidad que los ciudadanos tenemos -y tuvimos desde el año 1983, siempre dejada descartada- de “ponernos de acuerdo” sobre qué Nación y qué futuro queremos para nuestra querida y tan maltratada patria.

Providencial oportunidad

Siento que estamos ante la gran oportunidad de replantearnos, desde las raíces y de frente a los continuos fracasos institucionales y colectivos, qué representa -en los hechos- ser ciudadanos y vivir en democracia, y qué papel juega la política (las/los políticos) para lograr que democracia y ciudadanía sean realidades tangibles y no palabras vacías que, desde hace muchos años, nos están llevando a vivir de mal en peor.

Básicamente, me refiero a la verdad de lo que se dice y a la forma en que, de hecho, lo dicho se realiza o se traiciona.

Y me refiero, igualmente, a lo que todos quieren oír y creer, alimentando las “falsas verdades”. Se trata de cuestiones sociales y éticas, de la defensa de la justicia y de la vida, que no pueden separarse y que conciernen a todos, no sólo a uno u otro partido o exponente político.

 Porque, digámoslo, lo que hoy “domina” es el principio económico y tecnológico que inevitablemente empuja hacia un individualismo despótico, despojando de todo sentido a la vida de cada persona y de la sociedad en su conjunto.

Desde hace más de treinta años, algunos ciudadanos venimos bregando para que, entre los distintos partidos políticos, se establezcan “concordancias y consensos básicos” a fin de que la “Nación”, que todos conformamos, se desarrolle cada vez mejor y sus logros perduren en el tiempo; más allá del color político de quienes, en una etapa, asumen la tarea de preservar y de ayudar a caminar a la Nación.

Son las “políticas de Estado” que sobrepasan abundantemente las responsabilidades del partido gobernante en un determinado período. Sobre todo, cuando ese partido gobernante intenta realizar su cometido como si antes de él nada hubiese existido, o peor, intentando demostrar que lo que se hizo, se hizo mal. Y, entonces, se vuelve a la postura individualista y dogmática del “yo tengo la verdad”. Postura largamente extendida entre las/los argentinos, lamentablemente.

Políticas de Estado

  • La Constitución, que nos “constituye como Nación”, debe ser cumplida a rajatabla. Hoy, muchos de sus enunciados son palabras muertas o son incumplidos a sabiendas.
  • La División de Poderes. Se habla y se cacarea mucho sobre esto. Pero poco se observa. Creo que, en la Argentina, así como algunos se enorgullecen de “la avivada criolla”, del mismo modo, muchos políticos practican el “como si”, conscientes de la trampa cívica que significan los favores mutuos entre los Tres Poderes.
  • La Justicia Social. Teniendo como base lo que cada persona aporta a la comunidad y lo que cada persona recibe de ella. “No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad”. “La economía de los papeles, la democracia de discursos y la multimedia concentrada, generan una burbuja que condiciona todas las miradas y opciones desde el amanecer hasta la puesta del sol”. “Este proceder, además de poner en serio riesgo la democracia de los países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes y propender a la violación sistemática de los Derechos sociales”. “La defensa o priorización de los Derechos sociales sobre otros tipos de intereses, llevará (a los jueces) a enfrentarse no sólo con un sistema injusto sino también con un poderoso sistema comunicacional del poder, que distorsionará, frecuentemente, el alcance de sus decisiones”. (Papa Francisco)
  • La Educación en valores y en criterios para actuar. En otras ocasiones he hecho mención a la diferencia que existe entre “educar e instruir”. No abundaré sobre esto. De lo que se trata es de testimoniar con el ejemplo de cada uno/a las conductas que propenden al respeto y cuidado mutuo, al reconocimiento de legítimos derechos y al cumplimiento de las responsabilidades individuales y sociales. “No hagas a otros lo que no deseas que te hagan”. (Jesús) Advirtiendo que estamos siendo “colonizados culturalmente” por las economías de los países que dominan el planeta y que promueven una “invasión de costumbres” en los países emergentes. En la base, de un “distinto” paradigma social se encuentra “la cultura del encuentro”.
  • Política y Movimientos populares. “El antídoto al populismo y a la política-espectáculo está en el protagonismo de los ciudadanos organizados” “Los pobres no son solamente los destinatarios preferidos de la acción de la Iglesia, los privilegiados de su misión, sino que también son ‘sujetos activos’. Ellos anhelan la felicidad del “vivir bien” y no el ideal egoísta de la “buena vida” La “globalización de la indiferencia” ha generado un “nuevo ídolo”: el del miedo y la seguridad. “En este estado de parálisis y desorientación, la participación política de los Movimientos Populares puede vencer a la política de los ‘falsos profetas’, que explotan el miedo y la desesperación y que predican un bienestar egoísta y una seguridad ilusoria”. (Papa Francisco)

Las tres “T”. Tierra, Techo y Trabajo, son derechos inalienables y fundamentales que representan los prerequisitos indispensables de una democracia no solo formal sino real, en la cual todas las personas, independientemente de su ingreso o de su posición en la escala social, son “protagonistas activos y responsables”, “actores del propio destino”.

Sin participación, la democracia se atrofia, llega a ser una formalidad porque deja al pueblo fuera de la construcción de su propio destino. 

“Estoy convencido, desde hace tiempo, que en el mundo postindustrial no hay futuro para una sociedad en la que solamente existe el “dar para tener” o el “dar por deber”. Se trata “de crear una nueva vía de salida” a la sofocante alternativa entre las tesis neoliberales y las neoestatales”. (Papa Francisco).