LULISMO, ALBERTISMO, ¿ESTRATEGIAS POLÍTICAS SEMEJANTES PARA UNA OPCIÓN CLAVE?

LULISMO, ALBERTISMO, ¿ESTRATEGIAS POLÍTICAS SEMEJANTES PARA UNA OPCIÓN CLAVE?

HAY QUE GANAR LAS ELECCIONES

Me interesó este análisis de Artemio López –tipo lúcido y con comprensión política, por lo demás-, no solo por su aporte a una visión general del proceso electoral de Brasil, sino, y quizás más todavía, porque me significó un ángulo de visión muy interesante de nuestra Argentina.

En efecto, en estos días difíciles del país –una vez más- hay muchos compañeros y compañeras (anche compañeres) que rechazan a Alberto Fernández por su “tibieza”. Hoy he leído un par, y son duros, mucho, aunque hay que reconocer que hubo varios hechos políticos que parecen justificar la consideración de que este es un Gobierno a lo Duhalde, y que no responde a la dirección que debía tener el FdT. La represión en la cancha de Gimnasia, o a los/las mapuche, las medidas económicas de Sergio Massa, los acuerdos con el FMI, que incluyen medidas de ajuste, son algunos de los elementos que se pueden esgrimir para justificar esta evaluación.

Ahora bien, ¿qué dice Artemio en la nota que menciono, y que cito abajo?

¿Por qué Lula giró al centro?

ARTEMIO LÓPEZ

ELECCIONES EN BRASIL

https://www.eldestapeweb.com/internacionales/elecciones-en-brasil/por-que-lula-giro-al-centro–20221051100?fbclid=IwAR215n3_GtQ10CaeDfgGvfIYm-PT9dBUimpi51aZaizoKv71eEL0v11OxHc

“Vamos ahora a intentar desplegar algunos apuntes para un análisis cualitativo de la elección.”

“El apoyo a Lula ya no se basa, como en las décadas de 1980 y 1990, en el deseo de una ruptura con el pasado o de un cambio profundo, sino en la expectativa de contar con un Estado lo suficientemente fuerte como para mejorar el nivel de vida de la población –y de los más pobres en primer lugar–, pero sin una radicalización política o una movilización de masas permanente que amenace el statu quo. El lulismo devendrá así en una forma de reformismo débil y de conciliación permanente con las elites políticas y económicas tradicionales. Al optar por apostar todas sus fichas a la actividad gubernamental y a las constantes mediaciones, el pt se ha convertido en un partido dominado fundamentalmente por los parlamentarios y administradores, y por los burócratas que controlan los votos de los afiliados en las convenciones partidarias. Los movimientos sociales y los sindicatos, que eran el núcleo de la identidad del pt y el centro de los otrora animados debates internos, se han vuelto cada vez más secundarios.”

Está claro que no estoy asimilando a la realidad argentina la evolución de Brasil, pero algunos resultados son comparables: tampoco la sociedad argentina quiere transformaciones profundas, porque los muchos años de crisis sucesivas han dejado su huella.

Trabajo, seguridad, estabilidad económica, es lo que pretende la mayoría de los/las argentinos/as, y está bien.

Agreguemos que las corporaciones mediáticas, que son parte de una feroz oposición política que agrupa a macristas, grupos de derecha, libertarios/as, y algunos grupos más, nunca han dejado de atacar y descalificar al Gobierno.

Un ejemplo de lo que digo es la permanente prédica del éxodo como solución de vida. El antiguo “El país tiene salida: Ezeiza” vuelve a sonar entre nuestra clase media, y los medios muestran repetidamente ejemplos de gente que se fue del país, y está triunfando, más allá de que hay –como siempre- triunfadores y fracasados, como también entre los que se quedan.

De todos modos, son evidentes las dificultades de la vida en Argentina, y a mí también me preocupa, en esta etapa de mi vida, con 76 años, qué país espera a mis hijos/a, nietos/as, bisnieta, y a todos/as que vengan después.

Dice arriba: “El lulismo devendrá así en una forma de reformismo débil y de conciliación permanente con las elites políticas y económicas tradicionales.”

También el albertismo busca la conciliación, y eso le reprochan quienes quisieran que Argentina encarara transformaciones más profundas y disruptivas contra los poderes que, desde siempre, han manejado en su provecho el desarrollo de Argentina.

No voy a presentar la historia de las injusticias en Argentina desde el siglo XIX en adelante, pero, si lo hiciera, encontraríamos apellidos, a la larga ilustres (porque la historia la escriben los que ganan, y Mitre es uno de ellos), que permanecen en el podio de los que deciden lo que les pasa a los/as argentinos/as.

Entonces, ¿tienen razón los/las que acusan de tibio a Alberto?

No sirve de mucho una respuesta simple: lo que uno aprende rápidamente en política (milito desde 1965) es que no se puede desarrollar una estrategia exitosa sin un buen análisis de la fuerza de que se dispone, o sea, si le doy una cachetada a un grandote tengo que tener en claro si puedo ganarle la pelea, o debo huir si se me viene.

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que impulsó la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fue promulgada finalmente cuatro años y diecinueve días después de su promulgación inicial. En 1916, el Presidente Macri la modificó por decreto.

Entonces, ¿fue inútil el intento? No, porque quedaron muchos elementos positivos, pero los poderes corporativos concentrados siguen manejando sus empresas según sus intereses, y en contra de los de la mayoría de los/las argentinos/as.

O sea, si queremos que los que trabajan tengan la tierra que necesitan y merecen, deberíamos pensar en alternativas distintas de las de una reforma agraria al viejo estilo (de hecho, hasta el mismo Juan Grabois reconoció que no se podría resolver el tema en el corto plazo).

El poder de “los dueños de la tierra” que viene desde el siglo XIX ha devenido en el de corporaciones agroeconómicas nacionales y transnacionales con una capacidad de fuego enormemente superior a la inicial.

Este poder incluye al aparato judicial que fue el que dilató la promulgación definitiva de la Ley de Medios, o que metió preso a Lula en Brasil, con lo que le permitió a Bolsonaro llegar a la Presidencia.

En definitiva, la tibieza de que se acusa a Alberto tiene que ver con la búsqueda de vías posibles de concreción de salidas políticas; sin embargo, habría que analizar más finamente para establecer si se avanzó con la firmeza y eficiencia necesarias hacia objetivos factibles.

Creo que hay varios logros del Gobierno –la recuperación económica e industrial es un buen ejemplo-, que no son reconocidos por los enemigos de afuera, y de adentro; también se podrían destacar errores, pero la estrategia albertista no merece una descalificación tajante, como las que hemos escuchado desde hace un buen tiempo.

Otra cita de Artemio sobre Lula y Brasil:

“Son entonces las transformaciones estructurales de la sociedad, en especial la reprimarización y la precarización que supone la que explican el lulismo pero también la aparición y consolidación de la bestia que no es hija del Facebook ni Tik Tok o Twitter – como el triunfo de Bolsonaro en 2018 lo atribuyeron a los grupos de Whatsapp – e incluso otros elementos coyunturales como los efectos del “discurso de odio” , que en rigor es consecuencia de la historia ideológica de la derecha brasilera, notablemente racista combinada ahora con estas transformaciones estructurales.”

Nuestra derecha también tiene lo suyo, y aquí hay que destacar algo: la eficacia de la estrategia de descalificación del macrismo con quienes pudieran competir con los proyectos hegemónicos de los proyectos neoliberales y de derecha. Hoy hay un importante sector de nuestra clase media urbana que ha hecho propio el rechazo del populismo (o lo que le han dicho que es populismo) de acuerdo con un relato sin mayor apoyo en la realidad, pero reproducido por los medios que apoyan al macrismo y por un aparato de trolls y bots altamente eficaz.

Así se descalifican subsidios que se usan en muchos países, incluso los centrales, pero que acá se rechazan acusándolos de promover a la gente que no quiere trabajar.

El ferrocarril es un buen ejemplo: en los noventa, Menem –según se adujo-, para terminar con el exceso de empleo estatal e ir a otra etapa con capitales privados que generarían empleo y prosperidad, empezó a levantar los servicios ferroviarios, que pasaron de 35.000 kms. de vías férreas en 1983 a 8000 (estoy citando de memoria) en 1996. Sin embargo, el desempleo pasó del 7% en 1986 al 17% en 1996.

Lo llamativo es que el expresidente Macri por estos días ha reflotado estos temas prometiendo que, si gana, cerrará empresas estatales, universidades públicas y repondrá la jubilación privada que solo beneficiaría a capitales privados.

Que pretenda conquistar al electorado con propuestas que ya fracasaron en Argentina en los ’90 o en su propia gestión, resulta sorprendente porque son un insulto a la inteligencia de los/las argentinos/as y, lo más llamativo es que Macri siga siendo un candidato con posibilidades de triunfo.

Uno de los párrafos finales dice:

“Pero la decisión de Lula de designar al conservador Geraldo Alckmin como candidato a vicepresidente constituye, según Breno Altman, una estrategia que apunta a reemplazar el debate izquierda/derecha por la discusión democracia/neofascismo, mismo debate que se da en Europa y, que, seguramente se dará en Argentina, donde la duda se encuentra del lado de la democracia. Aunque electoralmente conveniente, la incertidumbre sobre la posibilidad de lograr revertir las políticas neoliberales quizás sea el mayor interrogante.”

En efecto, este tema también se da en Argentina. Es más, uno de esos grupos neofascistas fue el autor del intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner, aunque todavía sepamos muy poco de los responsables, su plan, las fuentes de respaldo financiero, y la autoría intelectual.

Pero que hay un plan deliberado, lo hay.

Profundizar más en la difícil situación del país no haría más que comprobar que hubo –hay- un proceso distinto de todo lo que conocemos; si no, hagamos un mínimo resumen cronológico:

  • Cuando se asumió el Gobierno, Argentina estaba en medio de un enorme desempleo, de una gran inflación y con una deuda tremenda frente al FMI, que le prestó –hecho sin antecedentes en su historia- U$D 44.500 millones por razones políticas. Este fue el legado del Gobierno de Macri.
  • Poco tiempo después, el mundo entró en la mayor pandemia de su historia, la del coronavirus. De paso, la gestión del Gobierno fue exitosa, aunque ahora ya no importe demasiado.
  • Finalmente, en febrero de 2022, Rusia invadió a Ucrania, en lo que pensó que sería una guerra breve, pero que no ha sido así –ya van seis meses- por el respaldo militar de la OTAN a Ucrania, y hoy el desenlace es incierto. Esta “guerra híbrida” tiene alcances mundiales sobre la política y la economía, nos ha afectado, y todavía no sabemos cómo va a terminar esto, ya que se habla de una recesión mundial. De hecho, la inflación está afectando a países que no tenían ese problema y a nosotros, obviamente, mucho más.

En conclusión, tanto el lulismo como el albertismo tienen razones valederas para buscar estrategias diferentes de las que su origen e historia parecen exigir, porque esto es política, y la realidad impone otros caminos para no fracasar.

Aclaro que no intento defender al Gobierno del FdT, no es el objetivo de esta entrada, sino destacar cuál es el objetivo que debemos darnos quienes queremos que Argentina y América Latina tengan un proyecto político continental para un mundo más justo y menos desigual-

Solo agrego que en política –como en la guerra- hay que tener una clara evaluación de cuál es el objetivo más importante, el central, y, por lo tanto, cuáles son los secundarios, los que se pueden ganar o no.

Creo que el objetivo central en este caso es conservar el poder, o sea, que un Gobierno popular y nacional gane las elecciones del 2023.

Ya sabemos qué hará la oposición si gana las elecciones.

Ya hemos vivido etapas semejantes, así que conocemos lo que le pasará al pueblo argentino, o sea, usando las palabras de Macri: lo mismo (un pésimo Gobierno), pero más rápido (o sea más shock y dolor).NO JUGUEMOS PARA EL ENEMIGO, PORQUE SI PERDEMOS, GANA ÉL Y PIERDE EL PUEBLO.

Temas Políticos

¿QUÉ HACEMOS CON EL ODIO EN LA SOCIEDAD? TENEMOS QUE HACER ALGO

¿QUÉ HACEMOS CON EL ODIO EN LA SOCIEDAD? TENEMOS QUE HACER ALGO

ATENTADO CONTRA CRISTINA

El discurso y el acto

Por José Natanson

https://www.eldiplo.org/notas-web/el-discurso-y-el-acto/?utm_source=newsletter&utm_campaign=53768-

Por supuesto, he leído y escuchado bastante sobre este tema en los últimos días, y pensé en escribir una entrada, pero me contuve porque sentí que era difícil no caer en frases hechas de las muchas que andaban dando vueltas por ahí.

Sin embargo, me llegó esta nota de Pepe Natanson y me encontré con una presentación sólida –obvio- de muchos temas que más de una vez he comentado. Por ejemplo, que el 17 de octubre de 1945, junto con el peronismo, nació el anti peronismo.

El rechazo que produjeron “las patas en la fuente” de los manifestantes que fueron a Plaza de Mayo a pedir por la liberación del Coronel Perón pasó a ser un símbolo eterno de los sentires peronistas y anti peronistas.

Así presenta el tema el autor:

“El odio anti-peronista es tan antiguo como el peronismo, pero desde la recuperación de la democracia en 1983 la sociedad argentina había logrado evitar que se tramitara con violencia, como en las cinco décadas anteriores. Lo que lo trae al presente es la polarización social extrema, el aumento de la intolerancia y el recurso al odio como discurso dominante, un fenómeno contemporáneo largamente estudiado y que trasciende a nuestro país.”

Este es un hecho clave: desde 1983 Argentina logró que en sus procesos políticos no apareciera la violencia que vemos en otras sociedades.

La nota finaliza así:

“El politólogo Marcelo Leiras viene advirtiendo sobre el resquebrajamiento de lo que llama el “consenso alfonsinista”, ese núcleo de coincidencias básicas que hizo que la violencia dejara de ser considerada una herramienta válida del juego político. Lo que vemos ahora es que, derrotadas las organizaciones insurgentes y cancelada la amenaza militar, la violencia fue reapareciendo bajo otra forma en los medios, las redes y la conversación pública. Ayer pasó del discurso al acto.”

El acto al que se refiere es al intento de asesinato de Cristina Fernández.

He escuchado más de un comentario que considera que este hecho marca un punto de inflexión en la historia de nuestro país, y todo lo que hemos visto desde ese jueves lo confirma.

Para bien o para mal.

Este intento frustrado de magnicidio es un tremendo catalizador político y social, y no me animaría a hacer un pronóstico de adónde nos va a llevar este acelerado proceso.

A pesar de que los legisladores de JxC rechazaron que la declaración que condenó el intento de magnicidio contra la vicepresidenta hiciera referencia a “los discursos del odio” (casi una confesión), no podemos ignorar el papel que tiene este sentimiento (exacerbado hoy hasta el paroxismo) en el mundo y entre nosotros/as.

Natanson cita algún estudio externo:

“En “La era de la indignación”, el especialista estadounidense Jonathan Haidt cita datos del estudio elaborado desde hace tres décadas por la consultora Gallup y el Centro de Investigación Pew, que revela un aumento del porcentaje de personas que responden afirmativamente cuando se les pregunta si creen que el partido rival constituye un peligro para el país, el incremento de quienes afirman que les molestaría que su hijo se casara con un demócrata (si son republicanos) o con un republicano (si son demócratas), o el hecho de que cada vez más familias estadounidenses admitan su rechazo a que su hijo se haga un amigo ateo (si es cristiano) o viceversa.”

Hace un rato escuché un comentario de Dolina de hace diez años en el que advertía –en relación con la actuación de algunos periodistas que siguen haciendo lo mismo ahora- del peligro de estos discursos de odio, con una afirmación premonitoria sobre que cuando se llega a cierto nivel de ataques y ofensas, no hay vuelta atrás y la convivencia es imposible.

¿HABRÁ TIEMPO PARA NO CAER –O SALIR DE ÉL– EN ESE NIVEL DE ENFRENTAMIENTO?

Está claro que esa decisión es personal. Más de una vez he dicho que no odio a Macri, que es solo un rival político, del que tengo muy mala opinión, pero no le deseo la muerte, como a nadie en realidad.

Me ha costado bastante (me sigue costando) llegar a ese modo de pensar y sentir: en un tiempo me involucré en peleas en las redes contra anti peronistas, trolls, bots, y toda la parafernalia reinante. Incluso llegué a tener distanciamientos con amigos/as por estos temas, además de vivir “encabronado” como dicen en España y algunos otros países.

En algún momento caí en la cuenta del error en que estaba viviendo, y dejé de pelearme por las redes (además, es una pavada hacerlo), o de enojarme por el modo en que pensaban otras personas. Empecé a mandar mensajes afectuosos a gente con la que me había distanciado, y todo mejoró. Todavía soy impulsivo para discutir, pero, cuando me subo demasiado a la moto, pido disculpas, y trato de que no se repita.

Está claro que es un ejemplo demasiado doméstico, pero vale en estos tiempos de reacciones violentas en la mayoría de los espacios sociales, niveles etarios y estadios económicos.

Por supuesto que el fenómeno es mundial. Veamos lo que dice Natanson:

“El odio circula subterráneamente por la sociedad; es una emoción, tan humana como el amor, el miedo o la envidia. El problema aparece cuando un líder, un partido o un comunicador –es decir, alguien con poder en la discusión pública– moviliza ese odio en contra de un grupo social, una ideología o una persona. Esa es la dimensión neofascista del momento actual, sobre la cual vienen advirtiendo sociólogos como Daniel Feierstein, Ezequiel Ipar y Pablo Stefanoni. No se trata de que el odio anide solo en un polo de la política, en la derecha o en la izquierda. El odio fluye por todos lados, no es monopolio de un partido. Hay palabras de odio en todas las ideologías, incluyendo el peronismo, y de hecho uno de los motivos que explican su propagación es la dificultad de uno de los bandos para entender el rechazo que produce en el otro.”

No es la primera vez que trato este tema en mi blog (https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2020/09/17/cual-es-el-papel-del-odio-hoy-en-la-politica-y-en-la-sociedad/); y en esa entrada analizo cómo se instaló el odio como herramienta política en Argentina y quiénes fueron sus ideólogos.

Esa entrada es de hace dos años, y ahora tenemos este hecho del intento de magnicidio de la Vicepresidenta. Tal vez podríamos citar el título de la novela de Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, porque esta estrategia del odio como herramienta (¿o arma?) no solo no cesó, sino que fue in crescendo, incluso con nuevos y tremendos matices, como colgar bolsas mortuorias identificadas en las rejas de la Casa Rosada.

He leído hoy alguna frase en las redes sobre que estos planteos del odio son el nuevo relato del kirchnerismo.

Está claro que eso no es verdad, y que la situación nos requiere que, en conjunto y en forma personal, tomemos una actitud decidida para rechazar todos los gestos de odio en la vida cotidiana.

Tal vez, como dijo Dollna, para muchos sea tarde, y no tengan retorno de ese odio visceral y salvaje (recordemos a la señora que blandía un cuchillo tramontina cerca del departamento de Cristina o a ese desaforado que golpeaba la ventanilla de un móvil periodístico, y le gritaba al periodista: “Ya van a tener miedo”.

Ahora avanzamos mucho más, ya vimos gatillar el arma contra la cabeza de la Vicepresidenta, y deberíamos hacernos cargo del abismo en qué podría haber caído la Argentina si el atentado hubiera tenido éxito.

LOS QUE TENGAMOS TODAVÍA CAPACIDAD DE REFLEXIÓN, HAGÁMOSLO, Y CORTEMOS CON TODO ACTO QUE ABONE EL ODIO ENTRE ARGENTINOS Y ARGENTINAS.

DEMOSTRÉMOS QUE ES POSIBLE VIVIR LA DEMOCRACIA EN PAZ.

Más Temas políticos

EL DILEMA HUMANO DE JOAN CWAIK

EL DILEMA HUMANO DE JOAN CWAIK

Del Homo sapiens al Homo tech. POR ADOLFO ARIZA

Una vez más Alejandro Bercovich mencionó, hace un tiempo ya, este libro en su programa Brotes verdes. Lo encargué y lo leí con demasiados intervalos.

Mi gusto por la lectura de libros que tratan temas tecnológicos y la vida humana no es nuevo.

La tecnología es transversal a la actividad humana, siempre lo fue.

Recuerdo charlas con mis colegas del Departamento de Lenguas Clásicas del Colegio Universitario Central (el querido CUC) en las que me planteaban, ante mi interés por la Informática (diría que a fines de la década de los ’80, más o menos), que ellas eran humanistas y que, por eso, no les interesaban los temas tecnológicos. Mi respuesta fue que el humanismo de ese momento –como hoy y siempre- incluía la tecnología del siglo XX, del mismo modo que el cincuecento italiano incluía la de los siglos XV y XVI. Creo que el ejemplo de Leonardo da Vinci alcanzaría como demostración.

Una vez más, usaré Wikipedia (¿por qué hay un desprecio intelectualoide por esta enciclopedia?): “La Tecnología se define como el conjunto de conocimientos y técnicas que, aplicados de forma lógica y ordenada, permiten al ser humano modificar su entorno material o virtual para satisfacer sus necesidades, esto es, un proceso combinado de pensamiento y acción con la finalidad de crear soluciones útiles.”

Este proceso, que supone un marco de conocimiento, permitió que tuviéramos la rueda, o los canales de riego, o la fisión nuclear, o lo que llamamos tecnología informática en su inicio, y hoy es todo el desarrollo digital que vemos: Internet de las cosas (IoT), machine learning, asistentes virtuales por voz, Big Data y analítica, e innovaciones como blockchain que están acelerando la transformación digital y dando la oportunidad a los CEOs de reinventar los modelos de negocio creando nuevos productos y servicios.

Con este libro de Cwaik, completo una trilogía no buscada de entradas sobre estos temas tecnológicos. Los anteriores fueron:

INFOCRACIA DE BYUNG-CHUL HAN POR ADOLFO ARIZA

https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2022/05/13/infocracia-de-byung-chul-han-por-adolfo-ariza/

BIG DATA & POLÍTICA DE LUCIANO GALUP POR ADOLFO ARIZA

https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2022/07/01/big-data-politica-de-luciano-galup-por-adolfo-ariza/

Esto sucedió sin intención, porque fui leyendo cada libro en su momento, y por alguna gracia divina, los tres títulos se complementan y enriquecen.

En este sentido el libro de esta entrada hace un buen cierre de este ciclo que podría incluir otras obras o notas o ensayos, pero me viene bien para tratar de darles una visión integradora.

Transcribir la contratapa de El dilema humano me parece una buena manera de presentar inicialmente el libro:

“¿Quién tiene el poder en el siglo XXI? ¿Estamos ante una crisis del capitalismo? ¿Qué lugar ocupan los medios de comunicación en el universo articulado por las redes sociales? ¿Cómo serán los humanos del futuro? ¿Vivimos una batalla tecnológica invisible? ¿Amenaza o salvación? ¿La humanidad está en jaque?

La revolución tecnológica que transita la humanidad ha producido un movimiento sísmico radical en todos los planos de la vida; el trabajo, la educación, las fuentes de información, el entretenimiento, los vínculos, son solo algunos de los ámbitos en los que los paradigmas tradicionales han dejado paso a nuevas maneras de ser humano en un mundo de datos y algoritmos.

Por eso, en medio de esta transformación vertiginosa, resulta importante detenerse a reflexionar acerca de la tensión humano-tecnológica que abre una serie de temas clave para comprender el presente del futuro. Esta es la tarea de El Dilema Humano que, a lo largo de sus siete debates, analiza las luces y sombras de una relación crucial de cara a los nuevos tiempos.

Con un estilo directo y ágil, y dejando en claro su rol reconocido como divulgador tecnológico, Joan Cwaik invita al lector a pensar juntos para entender el nuevo mundo que habitamos, sin caer en distopías ni en utopías solucionistas, y recorrer el camino que va del Homo sapiens al Homo tech.

El momento llegó. Da vuelta el libro, y sumáte a El Dilema Humano.”

A pesar de su trayectoria, este no es un libro de divulgación tecnológica, sino de reflexión sobre el mundo de hoy y los riesgos y posibilidades que acechan a la humanidad por el desarrollo tecnológico.

Veamos al autor en la biografía que está en el sitio web del libro:

“Joan Cwaik (Buenos Aires, 1990) es docente y divulgador especialista en tecnologías emergentes y sociedad. Lleva dictadas más de 360 conferencias en quince países y está terminado un MBA (IAE, Universidad Austral). Realizó estudios en UBA, UdeSA y cursos y programas ejecutivos en Stanford y Singularity University. Es Gerente de Marketing para Latinoamérica de Maytronics. Es coleccionista de cartas Pokémon y Magic: The Gathering. De mente innovadora y espíritu disruptivo, fue reconocido por la revista Forbes Argentina, el INJUVE, OIJ, LLYC entre otros y escribe periódicamente como columnista del Diario Perfil. El Dilema Humano (Galerna, 2021) es su segundo libro.”

Pero el libro no es disruptivo, aunque habla mucho de ese tema en el mundo de hoy porque, claramente la tecnología tiene un efecto claramente disruptivo en la sociedad, y va por más.

Es muy interesante el formato del libro, y tiene que ver con el texto de la contratapa, o sea con interrogantes, pero no con la intención de responderlos, porque sería difícil en el medio de esta travesía a algún lugar que desconocemos, sino de plantear –mejor, ayudar a plantear- los temas claves que van a determinar nuestra vida y nuestro futuro.

Por eso, copiaré el índice en el que los temas se presentan como debates dentro de los cuales aparecen, sobre todo, las preguntas que el autor piensa que debemos hacernos.

DEBATE 1

¿QUIÉN TIENE EL PODER?

El poder de los datos

El poder de los Estados

El poder de los individuos

¿Quién nos librará de nuestros liberadores?

El poder multiplex

¿Y los humanos?: ¿Secuestrados o millonarios?

DEBATE 2

¿CAPITALISMO EN CRISIS O FORTALECIDO?

 El capitalismo del siglo XXI

¿La era de los monopolios?

¿Estamos ante el fin del capitalismo?

El nuevo capitalismo cripto

Warren Buffet vs. Satoshi Nakamoto

El capitalismo intangible

¿Y los humanos?: ¿Empoderados?

DEBATE 3

¿ENTRE LA NUBE Y LA TIERRA?

Las tres dimensiones

El espacio híbrido

Adiós fronteras

Poder, influencia y dinero

¿Y los humanos?: ¿Enjambrados?

DEBATE 4

¿LA MUERTE DE LOS MEDIOS?

La información en el siglo XXI

Un mundo mediatizado

¿La muerte de los medios?

Fake news: la viralización y sus consecuencias

¿Y los humanos?: Del Homo Sapiens al Homo Videns

DEBATE 5

¿GUERRA DE GENERACIONES?

¿Milenial al poder?

Educación para milenial

Trabajo para milenial

Emojis: ¿el nuevo idioma universal?

¿Y los humanos?: ¿Reemplazados por las máquinas?

DEBATE 6

¿Efecto reality?

En búsqueda de la infelicidad

Amor en tiempos de Tinder El algoritmo del amor

Amistad en tiempos de likes

¿Y los humanos?: El show del yo

DEBATE 7

¿Cómo serán los humanos del futuro?

¿Y los humanos? ¿De superhombres a cyborgs?

¿El Homo Tech?

Creo –por lo menos, así lo sentí yo- que la lectura de este índice alcanza para comprender que en el libro están los temas que deberíamos comprender en su profundidad y alcance para saber (en realidad, no con la Matrix en que vive un gran porcentaje de la sociedad) cómo es, y cómo puede ser este mundo tan complejo e incierto.

Por supuesto, como siempre suelo hacerlo, recomendaré la lectura del libro, con una diferencia de otras recomendaciones: no podemos no comprender el mundo en que vivimos porque tenemos que saber cómo manejarnos con el enorme poder de la tecnología digital y con los poderes que deciden qué se desarrolle o qué no (estoy hablando de los Estados centrales y de las corporaciones concentradas).

Para ejemplificar la dimensión de las transformaciones que se han producido en el mundo de hoy, voy a citar lo que Cwaik dice sobre El espacio híbrido:

“”Estamos y no estamos”, pensé. Conté -además de mí- 14 personas en el local, de las cuales seis estaban aprovechando el free Wi-Fi con su computadora, y otras siete estaban con la cara sumergida en la pantalla del teléfono celular. Uno solo de ellos tenía un libro en la mano, que intercalaba con algún scrolleo de vez en cuando.

El mundo híbrido, que fue ganando cada vez más lugar en nuestras vidas en los últimos años, podría definirse como aquel espacio en donde la tierra y la nube se juntan. Donde lo ‘real’ y lo ‘virtual’ se superponen para crear algo totalmente distinto. Estamos juntos con alguien, compartiendo un café, y al mismo tiempo estamos escribiendo un tweet, contestándole a la que nos gusta una historia de lnstagram -y subiendo otra a ver si nos la contesta- y discutiendo en el chat del edificio porque los del 7C tienen una pérdida de agua que molesta a los de planta baja.” (El dilema humano, p. 148)

Claro, este mundo híbrido tiene grados: desde el muchacho –o no tan muchacho- que se pasa todo el tiempo de una reunión social con la cabeza clavada sobre su celular, hasta los momentos puntuales en que debemos habitar los dos mundos (chatear con un hijo/a mientras compartimos una comida con otras personas), pero es importante tener conciencia de esto para mantener el equilibrio que supone una vida que atiende a los dos espacios: lo real y lo virtual.

Es un riesgo real que creamos que el mundo válido es el virtual, el de las redes (por eso hablo de Matrix). Cwaik nos dice lo siguiente:

“Ya hemos visto en debates anteriores los efectos que puede ejercer la dopamina que nos provoca un like, una mención, o una notificación. Esa especie de adicción que generamos con el teléfono, que por momentos puede llegar a abstraernos de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, no es casual. La mayoría de las aplicaciones que consumimos a diario están expresamente diseñadas para convertirnos en adictos: sistemas de recompensa, notificaciones cuando no las usamos (“Ey Joan, ¿estás ahí? Hace mucho que no usás nuestra app. Acá tenés un código de descuento…”), y otras estrategias del estilo.” (El dilema humano, p. 196)

Notemos que habla de adicción, y no es una exageración, sino pensemos el efecto que tiene en muchos de nosotros/as que perdamos el smart.

Podemos pensar en el futuro pensando que será como propone la terrible distopía que nos presenta Black Mirror (lo que sería casi espantoso), o no, pero tampoco podemos vivir creyendo que todo está bien, y que solo necesitamos un celular y un cargador para ser felices.

En el final Cwaik nos hace esta reflexión:

“Quizás esto no es más que una advertencia. una llamada de atención que nos impulse a volver a aquello que nos hace humanos. Que nos lleve a priorizar tos vínculos y lo emocional. Que nos permita volver a valorar el largo plazo sin la necesidad de romper con la tecnología. Sino más bien aprovechándola para desarrollar nuestro máximo potencial como especie.”

NO PODEMOS TENER OTRO OBJETIVO DISTINTO DE ESTE COMOSERES HUMANOS, PORQUE HOY TENEMOS LO NECESARIO PARA VIVIR MEJOR QUE LO QUE CUALQUIER SER HUMANO HA PODIDO NUNCA, PERO TAMBIÉN PODEMOS LLEGAR SER CYBORGS IDIOTIZADOS.

EMPECEMOS A ELEGIR.

# Eldilemahumano #JoanCwaik #Homotech #Homosapiens

ACERCA DE RODERER DE GUILLERMO MARTÍNEZ POR ADOLFO ARIZA

ACERCA DE RODERER DE GUILLERMO MARTÍNEZ POR ADOLFO ARIZA

Mi hija me regaló Acerca de Roderer de Guillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962), publicado en 1993, y que es su primera novela.

Ya había leído otras novelas de Martínez: Yo también tuve una novia bisexual (2011), Crímenes imperceptibles (2008), que fue llevada al cine por Álex de la Iglesia como Los crímenes de Oxford y La muerte lenta de Luciana B (2007), que fue adaptada por el director argentino Sebastián Schindel en la película La ira de Dios.

Esperaba una novela semejante a las que había leído. De Crímenes imperceptibles, Wikipedia dice: “novela de trama policial, que conjuga elementos tomados de la filosofía, matemática y otras ramas del saber, al narrar los actos de un asesino múltiple, cuyos crímenes siguen una serie aritmética, con intrigas, ambigüedades, lógica y teoremas matemáticos involucrados.

En la obra aparecen algunos sesgos ligeramente autobiográficos, dado que los protagonistas son un joven matemático argentino becado en Oxford y su profesor, un eminente especialista en lógica.

A lo largo de toda la novela, existen una serie de elementos simbólicos que, en tanto símbolos, remiten al lenguaje matemático, al álgebra y a la lógica, dentro de una estructura narrativa de policial inglés clásico.”

De La muerte lenta de Luciana B leo una sinopsis de Librenta:

“Diez años después, nada queda en Luciana de la muchacha alegre y seductora a la que el famoso escritor Kloster dictaba sus novelas. Tras la trágica muerte de su novio y, después, uno a uno, las de sus seres más queridos, Luciana vive aterrorizada, atenta a cada sombra, cada persona que pasa a su lado, con la sospecha de que esas muertes son parte de una venganza metódica urdida en su contra, un círculo que sólo se cerrará con la séptima víctima. En la desesperación más absoluta, recurre a la única persona capaz de adentrarse en el siniestro universo de Kloster. Los cuadernos de notas de Henry James y una Biblia de Scofield serán claves en un pasaje sin retorno a la región más primitiva del mal.

¿Podría un asesino simular cuidadosamente el azar, concebir una geometría de muertes y quedar impune? ¿Cuál es el castigo para el que nos ha despojado de todo y nos ha causado el máximo dolor?”

Hay elementos comunes en estas dos novelas: son policiales, o sea que, en ellas se usa la observación, el análisis y la deducción para resolver un enigma, normalmente un crimen, y encontrar al autor y el móvil; también hay referencia a las matemáticas y a la filosofía, particularmente a la Lógica.

Acerca de Roderer es distinta, no hay un crimen a resolver en el inicio, pero sí un camino hacia una muerte personal, que se va haciendo inevitable, aunque no lo sepamos hasta el final. Sin embargo, la narración construye un camino de suspenso hacia el desenlace de una manera propia de la novela policial.

El comentario de La muerte lenta de Luciana B menciona al mal y acá encontramos un tema que hay que mencionar para comentar Acerca de Roderer.

El mismo autor dice en Literatura y racionalidad, publicado en La Nación, en 1994:

“Así, la racionalidad es un proceso. Un proceso que avanza entre contradicciones, aproximaciones sucesivas, límites difusos y teorías siempre precarias, siempre provisorias, en la tierra de nadie de la realidad.

Mirando por un momento las cosas de este modo, mirando a la razón como una facultad viva y cambiante, tiene sentido preguntarse si no será posible refundar el entendimiento sobre una nueva forma de racionalidad, más ampliada, más sutil, más potente, que escape por igual a Kant y a Gödel y de la cual la razón filosófica tal como se conoció hasta ahora sea un caso “limitado” y particular. Mi novela Acerca de Roderer es una ficción en torno a esta pregunta, que equivale en el fondo a preguntarse sobre la posibilidad o imposibilidad de reinstalar una visión prometeica en esta época de pactos fáusticos.”

Esta afirmación contextualiza con claridad la novela que quiero comentar. Y hace necesario desarrollar el tema de los mitos de Fausto y Prometeo, tan presentes en la historia de la cultura occidental.

“En la mitología griega, Prometeo (en griego antiguo Προμηθεύς, ‘previsión’, ‘prospección’) es el titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo.” (Wikipedia)

Esto trajo a la sociedad beneficios importantes para su prosperidad. De allí, que el adjetivo prometeico sirva para calificar a aquella persona cuya actitud le da al Hombre conocimientos transcendentes que elevan su espíritu hacia lo épico; lo ético o lo místico, mejorando su condición y haciéndolo mejor.

En cambio, Fausto es “un hombre inteligente y de gran éxito, pero también insatisfecho con su vida, por lo que hace un pacto con el diablo, entregando su alma a cambio del conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. La historia de Fausto, que remite directamente al tema de Job (el justo que sufre injustamente), es la base de muchas obras literarias, artísticas, cinematográficas y musicales. “Fausto” y el adjetivo “fáustico” implican una situación en la que una persona ambiciosa renuncia a la integridad moral para alcanzar el poder y el éxito durante un plazo limitado.” (Wikipedia)

O sea que lo fáustico se refiere al hombre que abandona los principios y valores personales para conseguir conocimiento, riqueza u otros beneficios.

Esta visión dicotómica, de algún modo es un planteo de “blanco y negro”, con claras implicancias morales, y tiene que ver con la misma concepción de lo que es –o debiera ser o buscar-el SER humano.

Esta valoración es la que lleva a la búsqueda del fuego de Prometeo que hacen los protagonistas de la novela: Gustavo Roderer y el narrador (nunca supimos su nombre), dos adolescentes que viven en un pueblito imaginario al lado del mar –Puente Viejo- y que se conocen en el Bar Olimpo donde se jugaba al ajedrez –también al billar, un clásico bar argentino de otras épocas.

Se enfrentan al ajedrez –el narrador era un ajedrecista que se preparaba para el Torneo Abierto Anual- y Roderer lo vence sin dificultades.

Luego, explica lo que significaba el ajedrez para él:

“-Es que el ajedrez … -dudó, como si fuera a encogerse de hombros-. Nunca me interesó demasiado. Era sólo un experimento; un modelo. En pequeña escala, por supuesto.”

Su búsqueda era de otro nivel y tiene que ver lo que dijo el autor: es una búsqueda a lo Prometeo, pero un Prometeo de hoy, de esta etapa de la humanidad, con toda la historia del pensamiento como base, y sin límites: un viaje hacia lo desconocido, y aterrador.

Algo más dice el autor:

“El error, siempre el mismo, está en considerar el dominio de lo racional de una manera injustamente estrecha, como un conjunto acabado e inmutable de operaciones lógicas, una especie de tabla definitiva de silogismos; en una palabra, confundir a la razón con la parcela que utilizan, sobre todo, los matemáticos y los científicos. Pero ni siquiera en estos dominios la razón es algo acabado y rígido: así, por ejemplo, Lobachevsky, al negar el quinto postulado de Euclides, no solo expandió la geometría sino también la razón matemática, y en la física contemporánea dar un modelo adecuado para el mundo subatómico equivale a encontrar una lógica suficientemente elástica para explicarlo.” (Literatura y racionalidad,1994)

Gustavo Roderer y el Narrador son los protagonistas-antagonistas que transitan caminos paralelos en sus vidas que se cruzan en un mundo lleno de acechanzas y tentaciones. Ambos buscan realizar sus destinos, el sentido de sus vidas.

Se enfrentan a lo mismo: lo demoníaco y lo maligno, la seducción de las mujeres, las formas precarias de existencia, la droga, la guerra e incluso la muerte, pero sus búsquedas son de distinto orden. Comparten un lapso en el Colegio, al que Roderer acepta ir por obligación, pero sin prestar ninguna atención a sus profesores, lleva sus libros (filosofía, arte, ciencia, historia), lee y anota lo que le interesa.

En cambio, el narrador es un muchacho brillante, que quiere realizarse por los caminos comunes que le ofrece la vida y triunfar en ellos. Elige estudiar Matemáticas (Roderer se lo aconseja porque la Filosofía y la Teología están muertas), se va a estudiar a Buenos Aires y, luego, consigue una beca para Cambridge.

Es claro el sesgo autobiográfico en este personaje como en Crímenes imperceptibles, pero me parece que Roderer es también el autor, y comparte su búsqueda ontológica –que incluye la pregunta de qué es la Ontología.

Es llamativo el hecho de que Roderer alcanza –a costa de sí mismo- a entrever algo de lo que buscaba, pero no sabemos lo que es, salvo que pareciera que entró a un mundo que está más allá y más arriba.

Es Prometeo y Fausto a la vez, y esto último tal vez explica su desenlace trágico, el que, sin embargo, lo haya hecho también Prometeo.

No es casual que esta novela haya sido analizada desde una perspectiva teológica:

“En este ámbito se despliega el conflicto de Roderer como un problema espiritual que atañe específicamente a la esfera del conocimiento y desemboca en la viejísima tentación: ser como Dios, ocupar el lugar de Dios, que concreta lo que se conoce como mysterium iniquitatis. Si bien este hecho está en la intención del protagonista desde el principio, el lector accede al mismo mediante los sucesivos descubrimientos y comentarios del Narrador, quien juega contrapuntísticamente con Roderer. La búsqueda del conocimiento total, “soberbio y virtuoso”, la persecución del logos divino, es realizada por Roderer a través de una lectura y relectura obsesiva de textos de diversa especie, actividad que lo lleva a dejar la educación formal y a vivir en una permanente vigilia pensante.” (Alicia Inés Sarmiento, Acerca de Roderer de Guillermo Martínez: el mysterium iniquitatis en el fin de siglo literario, CUADERNOS DEL CILHA. Nº 7/8 (2005-2006).

Para explicar mysterium iniquitatis (el misterio de la iniquidad o el mal) copiaré esta cita de Juan Pablo II (Audiencia General, 1984):

“Al intentar reconstruir una imagen sintética del pecado, nos servimos también de todo lo que dice de él la variada experiencia del hombre a lo largo de los siglos. Pero no olvidamos que el pecado es en sí mismo un misterio de iniquidad, cuyo comienzo en la historia, y también su desarrollo sucesivo, no se pueden comprender totalmente sin referencia al misterio de Dios-Creador, y en particular del Creador de los seres que están hechos a imagen y semejanza suya. Las palabras del Vaticano II que acabamos de citar, dicen que el misterio del mal y del pecado, el “mysterium iniquitatis”, no puede comprenderse sin referencia al misterio de la redención, al “mysterium paschale” de Jesucristo, como hemos observado desde la primera catequesis de este ciclo.”

Tampoco es casual que el narrador vaya a la casa de Gustavo a buscar un libro ficticio de un autor inexistente, cuyo título es La Visitación y su argumento y la discusión posterior remiten a la novela Doktor Faustus de Thomas Mann. El narrador y Roderer toman un café hablando de ella. Esa conversación es clave para entenderla.

En relación con episodio de un personaje de la novela con una prostituta, Gustavo dice lo siguiente:

“Ese romance con la prostituta, ¿no es un poco decepcionante? Por lo menos, hay que reconocer, es extraño. Extraño, por supuesto, respecto de la personalidad de Lindström, la aventura en sí es muy vulgar, casi un lugar común de la literatura; se nota incluso que a Holdein le incomoda contarla: está narrada, y no por puritanismo, del modo más indirecto posible, y como no puede justificarla termina hablando de una “transformación química” en la naturaleza de Lindström. Toda la historia parece insertada. ¿Pero por qué necesitaba incluirla?

-Se explica más adelante -dije yo-: representa la perdición, el acto en que Lindström sacrifica su salvación.

-Se dice eso, es cierto; pero no deja de sonar como una justificación a posteriori, un esfuerzo de astucia para no retroceder ante lo escrito, para salvarlo yendo más allá, y en el fondo sólo consigue empeorar las cosas. Porque el amor puede provocar mil caídas, pero no la perdición. Es un terreno demasiado resguardado por lo divino; en todo abrazo, aun en el que pueda parecer más depravado, hay un vestigio religioso, un eco de la comunión. -No necesito decir lo desconcertantes, lo insólitas que sonaban en su boca palabras como “amor” o “abrazo”. Y sin embargo yo no dejaba de sentirme algo impresionado, porque Roderer, que después de todo tenía la misma edad que yo, parecía saber hondamente de qué estaba hablando. -La perdición -dijo y su voz vibró por un instante, antes de recuperar la frialdad de siempre- se supone que es un acto solitario, a espaldas de todos los hombres; un acto, además, que debe ser tan terrible como para desafiar una misericordia infinita. Hay en realidad una sola ofensa a Dios sin retorno: el intento de suplantarlo

-El asesinato como en Dostoievski –dije yo.

-O el conocimiento –y debió advertir en mí un gesto de sorpresa porque añadió secamente – No por supuesto las cuatro o cinco leyes con que se entretienen los hombres; no las sobras, la cuota de sabiduría tolerada, sino el verdadero conocimiento, el logos, que resguardan juntos el diablo y Dios.”

Eso –el Logos– es lo que busca Gustavo. Es una aventura espiritual – ¿un viaje hacia el Sol, como Ícaro? – en la que parece haber un pacto mediante el cual Roderer consigue tiempo para alcanzar la meta de la iluminación, tiempo que habría de convertirse en el de su propia y breve vida solitaria y enferma, gracias al consumo de opio para alcanzar los estados de mayor lucidez.

No hay manera de que intente ahondar más en esta obra–una nouvelle, en realidad-, aunque quedan varios temas posibles.

Me ha dado mucho trabajo cerrar esta entrada, porque es una narración que cumple el pensamiento del autor, hablando de la novela:

“es un artefacto autónomo, con sus propias leyes y artificios, que no tiene por qué guardar correspondencias con los modos y usos en que se confunden poder y lenguaje en el mundo prosaico y real y político que le toca (al autor) como ciudadano. Cualquier escritor sabe también que debe crear su propio registro, su retórica para cada nuevo libro, como una lengua dentro de la lengua y que esa selección, ese proceso de “extrañamiento” debe independizarse y enfrentar no sólo la lengua del poder, sino también las fuerzas anodinas de la costumbre, el peso de lo “ya hecho”, las diferentes tradiciones, la historia de la literatura.” (2005)

ES UNA NOVELA DISTINTA, QUE VALE LA PENA LEER, AUNQUE TENGA MOMENTOS DE PLANTEOS TEÓRICOS PROFUNDOS, COMO ALGUNOS QUE HE CITADO, PERO ASÍ ES EL TEMA QUE SE ABORDA.

#AcercadeRoderer #GuillermoMartinez

BIG DATA & POLÍTICA DE LUCIANO GALUP POR ADOLFO ARIZA

BIG DATA & POLÍTICA DE LUCIANO GALUP POR ADOLFO ARIZA

Desde que comencé con las entradas políticas y/o político tecnológicas en este blog, manifesté mi interés en colaborar con una comprensión de la realidad argentina e internacional que nos permita tomar mejores decisiones; en este sentido, el tema que da título al libro es clave desde hace un buen tiempo y cada vez más.

Esta capacidad tecnológica que permite a los algoritmos que analizan los Big Data microsegmentar la sociedad y, por lo tanto, saber qué nos gusta y qué no nos gusta, es el medio, que, aunque no nos demos cuenta, nos hace creer que tomamos decisiones libremente, cuando, en realidad, lo hacemos determinados por la información segmentada que nos llega en función de las opciones previas que nuestros clicks activaron y que los algoritmos registran, analizan, y utilizan para filtrar lo que nos llega por nuestro navegador y redes sociales.

Por esto recomiendo la lectura de este libro, aunque requerirá un cierto esfuerzo si nuestra formación en la tecnología de Internet y también en política, sea precaria.

Vale la pena ese esfuerzo, si no, quedaremos a merced de las propagandas, de los bots (robots que trasmiten información maliciosa), trolls y todo desarrollo tecnológico destinado a manejar nuestra vida.

El nombre completo de este libro es:

Big data & Política: De los relatos a los datos. Persuadir en la era de las redes sociales

En Penguin Libros se presenta así al autor:

“Cursó la Maestría Interdisciplinaria en Estudios sobre Servicios de Comunicación Audiovisual (UBA). Diplomado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) en Big Data, se especializa en medios sociales, comunicación política y análisis de datos.

Desde 2011 dirige la agencia digital Menta Comunicación de Argentina. Asesora en Comunicación Gubernamental y Big Data a gobiernos y espacios políticos. Participó de campañas electorales a nivel provincial y nacional.

Es columnista en diversos medios, entre ellos Perfil, C5N y FM Blue. También es docente de Comunicación política de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Coordina el área de Innovación y Desarrollo del Centro de Estudios Metropolitanos de Buenos Aires (CEM). Es miembro de ALICE (Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales) y de ASACOP (Asociación Argentina de Consultores Políticos). Big Data & Política es su primer libro.”

Es de 2019, por lo tanto, en estas épocas de grandes avances tecnológicos, habría que actualizar los análisis, sobre todo luego de las elecciones de ese mismo año en Argentina en las que el macrismo -que había sido el primero en Argentina que comprendió y usó, con todo éxito, las redes sociales en su campaña electoral- perdió las elecciones.

Sin embargo, la situación y las tendencias que marca Galup tienen completa vigencia, y deberían ser conocidas, comprendidas y utilizadas en el análisis de la realidad por los argentinos/as.

Justifico esta información, con una cita del libro que aparece en el análisis hace de la situación de los diarios y portales de noticias (tradicionalmente, los proveedores de la información que nos permite conocer lo que sucede en el mundo):

“Este modelo se sustancia en una lógica que deja en un lugar peligroso al usuario, al consumidor de medios de comunicación. Las prioridades informativas, los recursos y los estímulos están puestos al servicio de aquellas noticias que gozan de mayores posibilidades de viralización y no de las que ayudan a construir una agenda de información verdaderamente relevante para la ciudadanía. Los medios de comunicación que apuestan a este esquema generador de clics, aunque suene radical, están renunciando a su rol histórico de servicio público para convertirse en una góndola pública de información, en la que sólo se ofrecen los productos de mayor demanda, reservando al resto de los “productos” -es decir, al resto de las noticias- espacios marginales y de alcance más dificultoso. Y si algo saben las empresas que comercializan productos o servicios es que el consumidor no quiere que le hagan complicada su tarea de consumir. Como ya vimos anteriormente, la avaricia cognitiva puede más que una dieta informativa variada.” (Big data & Política: De los relatos a los datos. Persuadir en la era de las redes sociales, Luciano Galup, Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2019)

Esto se da en un marco social en el que las noticias nos llegan más que nada en forma de títulos destacados, que son casi lo único que se lee, e imágenes, lo más llamativas posibles para captar nuestra atención.

El tema de la atención es central, y lo analicé en una entrada: ECONOMÍA DE LA ATENCIÓN: NO LA REGALEMOS, VALE MUCHO https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2020/12/09/economia-de-la-atencion-no-la-regalemos-vale-mucho/.

Otro tema que debemos considerar en este análisis de las redes es planteado en el libro:

“El análisis de las noticias falsas tiene una dependencia absoluta de las emociones en la toma de decisiones de las personas, de las que ya hemos hablado anteriormente. Resulta imposible aislar este fenómeno en las redes sociales, por fuera del conjunto político, cultural y económico.

A mayor grado de polarización en una sociedad, mayor es la probabilidad de que circulen como verdaderas noticias probadamente falsas. Esta polarización, propia de los fenómenos populistas, crea condiciones favorables para la proliferación de noticias falsas porque pone sobre la mesa la disputa de un sentido: no importan los hechos, sino la capacidad de las noticias de fortalecer identidades políticas previamente asumidas. Aquí es donde las fake news encuentran su razón de ser. Su función es amalgamar sentidos que fortalezcan pertenencias e identidades políticas de los espacios en disputa para construir un relato hegemónico de lo social. Su rol es formar parte de un relato ficcional del universo social.” (p. 165-166)

Por eso, tenemos que entender cómo funcionan las estrategias que utilizan como ámbito los Big Data. Porque este es el mundo que viene:

“Este cambio generacional tendrá impacto directo en las formas de consumir información y cultura. Los medios de broadcasting, sobre todo la televisión, no van a desaparecer, pero sí verán diluirse su hegemonía año a año, hasta perderla. Surgen y surgirán nuevos lenguajes, nuevas narrativas que cruzarán, a su vez, las formas de hacer política, de relatar la política para incidir sobre el imaginario colectivo. Para eso se elaborarán nuevas propuestas comunicacionales, que nacerán de ideas que buscarán quebrar para siempre la mecánica tradicional utilizada para contar la política. “

Para concluir comparto un párrafo del Epílogo que me parece demuestra con claridad lo que será nuestro futuro y, por lo tanto, lo imperiosa que la necesidad de comprenderlo mejor:

“Otra certeza es que la tecnología tendrá cada vez más peso en las formas de sociabilidad, en el control de los ciudadanos y en las mediaciones de lo político. Los algoritmos gobernarán partes cada vez más importantes de las estrategias y la toma de decisiones de la comunicación política. Conviviremos con algoritmos e inteligencia artificial. Quienes no tengan recursos para usar eficientemente estas herramientas tendrán fuertes desventajas para acceder a la esfera pública en igualdad de condiciones.” (p. 184)

ACONSEJO SU LECTURA.

VOY A SEGUIR PUBLICANDO ENTRADAS SOBRE LOS TEMAS TECNOLÓGICOS QUE CONSIDERE QUE TIENEN QUE VER CON LA REALIDAD TAN COMPLEJA EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS.

#temascientificos #temastecnologicos #libros #BIGDATA&POLITICA #lucianogalup