AMÉRICA LATINA: UNA ESPERANZA PARA EL MUNDO POST OCCIDENTAL

AMÉRICA LATINA: UNA ESPERANZA PARA EL MUNDO POST OCCIDENTAL

Hace bastante que no publicaba nada sobre política –mejor, geopolítica–, fundamentalmente porque estas épocas electorales no favorecen los análisis importantes, sobre todo en el nivel pobre de la política argentina (como en la mayoría del mundo, por le demás).

Pero apareció esta nota que me atrajo inmediatamente, en primer lugar, porque se refiere a Francisco, que ha traído a la política una posibilidad de pensar la realidad del hombre desde una visión de un humanismo válido para este momento de la historia.

Además, como el autor, siempre tuve una mirada laica sobre la Iglesia Católica; es más, nunca me sentí identificado con los modos de muchos/as laicos/as que tienen actividad en ámbitos religiosos, como institutos educativos, u organizaciones eclesiales, porque me parecía que se habían asimilado al lenguaje, costumbres y actitudes de curas y religiosos/as.

Incluso me llamó la atención que miembros muy bien formados de la Iglesia tuvieran poca comprensión de la política real, por ejemplo, del peronismo.

Me parecía que tenían una visión europeizante de este movimiento y de otros populismos latinoamericanos, lo que incluía la misma definición de populismo.

Francisco, al que conocí como Monseñor Bergoglio, era una excepción a esto; su actividad social (en San José de Flores lo recuerdan aún con afecto), su pertenencia a los jesuitas y su inteligencia le hacían entender la política mundial y argentina de una manera notable, aunque no siempre coincidí con sus acciones.

Por eso, sentí como muy válido este análisis de El blog de Abel.

“Este camino que me animo a llamar post-occidental se hace más notorio al recordar el momento de la elección de Francisco. Acababa de renunciar un pontífice, el primero en 800 años. Y no cualquier pontífice, un teólogo alemán de los más sutiles y profundos. Su diálogo con el filósofo Habermas, por ejemplo, muestra una actitud lúcida y crítica de la fase actual de la modernidad europea. Benedicto XVI al dimitir, más allá del escándalo de pedofilia, parece estar diciendo que las respuestas europeas ya no alcanzan para el mundo. Ni para la Iglesia.”

Muchas veces dije –como otros/as- que en América Latina estaba una de las pocas posibilidades de que el mundo fuera mejor, más justo y solidario para superar la tremenda realidad de hoy.

Según el Banco Mundial en 2022:

“El 1 por ciento más rico de la población del mundo posee más riqueza que el 99 por ciento de los habitantes del planeta. La riqueza de las 62 personas más ricas del mundo aumentó de 2010 a 2015 en un 45%. Poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, 3.600 millones de personas.”

Esto no ha mejorado en el 2023: todo lo contrario, la guerra de Rusia y Ucrania ha profundizado las asimetrías, y ha beneficiado a especuladores y fabricantes de armamentos.

Es importante tener en cuenta lo que se dice en el párrafo citado cuando caracteriza esta etapa como “post occidental”.

Es cierto que no es nuevo el planteo de que estamos en el fin de una etapa. Alguna vez se habló del fin de la historia, o más cercanamente de la caída de este sistema capitalista neoliberal que nos está llevando a una posibilidad cierta de colapso, ya sea ambiental y/o económico, pero esta comprensión de que ya Occidente no puede resolver la situación actual del mundo es clave para hacernos a la idea de que hace falta algo distinto.

Como dice la nota: “La elección de Francisco entonces, me gusta pensar que es una apuesta de la Iglesia que Latinoamérica, la hija mestiza de occidente, puede ser un puente (pontífice significa constructor de puentes) hacia la unidad del mundo en el que ya estamos viviendo.”

Estoy de acuerdo, más allá de que soy consciente de las dificultades que enfrentamos, pero ¿por qué no? La situación actual no da para mucho más.

Francisco comprende esto y ha encarado muchas acciones y líneas de trabajo que apuntan a que se comprenda esto y se generen movimientos que luchen por un mundo más justo, que haga realidad la “Opción por los pobres”, que América Latina propuso al mundo en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Puebla, 1979).

Mucha sangre le costó a la Iglesia esta lucha (como a Cristo, ¿no?), pero es una luz de esperanza para la salvación del mundo.

Esto no es una frase melodramática, es solo un retrato de la situación del mundo hoy, cuando un millonario se dedica a ver cómo viajar al espacio mientras miles de personas se mueren de hambre y el colapso ambiental nos acecha, aquí, en la Tierra.

Voy a dejar toda la nota, que no es muy larga, vale la pena leerla.

Parafraseo:

QUE DIOS NOS AYUDE.

10 años del papado de Francisco. La iglesia encara un mundo post occidental.

El blog de Abel

PENSANDO EN VOZ ALTA

https://abelfer.wordpress.com/2023/03/10/diez-anos-del-papado-de-francisco-la-iglesia-encara-un-mundo-post-occidental/

Este fin de semana y el lunes, cuando se cumplen 10 años del día en que el cardenal Jorge Bergoglio fue elegido Papa, los medios e internet estarán llenos de notas sobre el asunto. No aspiro a competir con ellos. La mía es una mirada muy laica. En realidad, la intención de este post es especular sobre algunas corrientes profundas en las que navegan tanto la “barca de Pedro” como todos nosotros.

Cuando fue elegido en ese día, hace diez años, Francisco dijo:” mis hermanos cardenales han ido a buscar obispo al fin del mundo. Encuentro esa frase iluminadora. Una mayoría de los cardenales habían decidido elegir a un argentino, el primer Papa latinoamericano. Hasta se puede agregar que es el primero no europeo en muchos siglos, (porque el que inicia la serie San Pedro fue un inmigrante del Medio oriente en Roma). La iglesia católica fue la nodriza y maestra de lo que se llama civilización occidental, nacida en Europa. Con elementos del pasado grecorromano y la religiosidad monoteísta del Oriente contribuyó a forjar una nueva identidad. Y hasta el Renacimiento y Reforma fue la institución rectora de esa sociedad.

Después, siguió siendo uno de sus actores claves, defendiendo valores tradicionales. Hasta la primera parte del siglo XX, un escritor tradicionalista, Hilare Belloc podía afirmar “La Fe es Europa y Europa es la Fe”

Esa sociedad, mejor dicho, sus potencias dominantes eligieron el suicidio en 1914, cuando desataron la primera guerra mundial.

Atención: lo que hoy se llama Occidente, los EEUU, la UE, Australia, Nueva Zelanda…. sigue siendo un actor clave en el escenario global. Pero Europa es post-cristiana. En sus iglesias hay más turistas que fieles.

Así, la Iglesia Católica Apostólica Romana, que fue, y sigue siendo, defensora de valores tradicionales de occidente, a partir de mediados del siglo pasado empieza un proceso de apertura hacia otras religiones y otras culturas. Juan XXIII y el Concilio Vaticano II son los primeros pasos de este diálogo. Que lleva hasta Francisco. El Papa argentino se ha reunido con respeto y apreciación con las cabezas de otras iglesias cristianas y otras religiones. Insiste en reconocer los valores de otras culturas y otros caminos hacia Dios.

En un plano más político, que un jesuita nunca dejará de tomar en cuenta, hoy el Colegio de Cardenales es más diverso, en sus orígenes que nunca en toda la historia de la iglesia.

Este camino que me animo a llamar post-occidental se hace más notorio al recordar el momento de la elección de Francisco. Acababa de renunciar un pontífice, el primero en 800 años. Y no cualquier pontífice, un teólogo alemán de los más sutiles y profundos. Su diálogo con el filósofo Habermas, por ejemplo, muestra una actitud lúcida y crítica de la fase actual de la modernidad europea. Benedicto XVI al dimitir, más allá del escándalo de pedofilia, parece estar diciendo que las respuestas europeas ya no alcanzan para el mundo. Ni para la Iglesia.

La elección de Francisco entonces, me gusta pensar que es una apuesta de la Iglesia que Latinoamérica, la hija mestiza de occidente, puede ser un puente (pontífice significa constructor de puentes) hacia la unidad del mundo en el que ya estamos viviendo.

Quiero agregar algo que ha sido notorio desde los primeros momentos de su papado. Con palabras, gestos y hechos hace explícita la vocación por los pobres y excluidos. Está, por supuesto, ha sido una preocupación de la iglesia desde siempre.

Su Fundador, recordemos, insistía que de los pobres era el reino de los cielos y que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entrará en él.

Muchos miembros de la Iglesia tuvieron esto claro desde los primeros siglos y hasta fueron elevados a la santidad, pero no han sido tanto los pontífices que lo plantearon como la preocupación central de su magisterio.

¿Será una tendencia tan profunda y decisiva como la apertura al mundo no cristiano, no europeo al que me he referido?

No lo sabemos.

Cuando ya a mediados del siglo XIX la iglesia se preocupa por la cuestión social y surgen sindicatos y uniones católicas de obreros, ser trabajador, ser obrero era una identidad. Y una identidad orgullosa. Ser pobre, ser excluido no es una identidad, es una situación.

¿Podrá eso ser la semilla de algo más?

Mi impresión, por lo que valga, es que Francisco se esfuerza en ello. Que Dios lo ayude.

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#americalatina #papafrancisco

LA CASA DE CENIZA DE ABELARDO CASTILLO POR ADOLFO ARIZA

LA CASA DE CENIZA DE ABELARDO CASTILLO POR ADOLFO ARIZA

Recién leí esta novela (Buenos Aires, 1968), en enero de 2023, porque me la regaló mi hija. Nuevamente debo confesar, con vergüenza, que no conocía al autor, a pesar de lo que dice su biografía:

“Practicó todos los géneros literarios con igual brillantez: es sin duda uno de los maestros del cuento latinoamericano, sus novelas son deslumbrantes, sus obras de teatro revitalizaron la escena argentina en los años 60 y lo mismo puede decirse de las tres revistas que dirigió: El Grillo de Papel, El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco. Escribió los siguientes libros: Las otras puertas (cuentos, 1961), El otro Judas (teatro, 1961), Israfel (teatro, 1964), Cuentos crueles (cuentos, 1966), La casa de ceniza (novela, 1968), Sobre las piedras de Jericó (teatro, 1968), Las panteras y el templo (cuentos, 1976), El señor Brecht en el Salón Dorado (teatro, 1982), El que tiene sed (novela, 1985), Las palabras y los días (ensayos, 1989), Crónica de un iniciado (novela, 1991), Las maquinarias de la noche (cuentos, 1992), Ser escritor (ensayo, 1997), El oficio de mentir (entrevista, 1998), El Evangelio según Van Hutten (novela, 1999), El espejo que tiembla (cuentos, 2005), Desconsideraciones (ensayos, 2010) y los monumentales dos tomos de sus Diarios (2014 y 2019). Sus libros han sido traducidos a catorce idiomas.”

El autor la caracteriza así en el posfacio:

“Escribí la primera versión de este largo cuento o de esta nouvelle al fin de la adolescencia. La terminé en 1956. Tenía veintiún años, estaba en el servicio militar y habitaba el mundo gótico de Poe. La casa de los Usher y las habitaciones desniveladas del colegio de William Wilson, están, notoriamente, en el origen arquitectónico de La casa de ceniza; mi edad cuando la imaginé y mi incapacidad para la vida castrense son acaso su explicación psicológica. Nunca pensé seriamente en publicar esta historia, nunca la sentí como un hecho literario sino más bien como un homenaje o una despedida. Releyéndola, descubrí que me es menos ajena de lo que yo sospechaba: he encontrado en ella una idea análoga a la de El candelabro de plata; he visto, no sin asombro, párrafos idénticos a los que años más tarde imaginé inventar en Israfel.”

Incluso, la nota de Liliana Heker de la contratapa (es la autora del prólogo –brillante- de la novela) completa un panorama certero de la obra:

“La sombra tutelar de Edgar Allan Poe sobrevuela esta novela gótica en sus elementos más visibles: una mansión espectral, una muchacha hermosa, un artista enamorado hasta el desvarío y un secreto que amenaza continuamente el relato. Sin embargo, su trama nunca apela a lo sobrenatural o a lo fantástico. Simplemente nos arrima hasta el borde de la locura a través de la elocuencia sin escrúpulos de su protagonista. El artista torturado que aparece en estas páginas volverá a aparecer una y otra vez en la obra de Abelardo Castillo como ganzúa y llave maestra para entender su concepción del arte y la relación entre este y la vida.”

Está escrita en primera persona, como La caída de la casa Usher, y podríamos seguir encontrando similitudes y referencias, pero prefiero aconsejar su lectura: es una novela que se vive tan tremendamente como el ambiente en que se desarrolla y que le da nombre y la protagoniza, tanto como Wenzel, el pintor genial y maniático, incomprensible muchas veces, que diseña (junto con el judío europeo, comerciante en cuadros, que pone su fortuna a disposición del proyecto) la casa preparada para ser finalmente de ceniza.

Está claro que el artista torturado, genial y decadente, es el centro narrativo que impulsa todos los elementos que se desarrollan: la pintura (como en Dorian Grey le permite detener el futuro y lo hace sentir un dios que maneja la vida y muerte), la construcción de la casa, un laberinto bello e infernal, sin explicación (es maravilloso, dentro de lo fantástico, como un cuento de hadas), el amor por Isa, un ser de luz al que quiere preservar de la destrucción del tiempo.

El narrador en primera persona que cuenta la novela a un personaje de apellido Castillo es un espectador privilegiado de los sucesos que va tratando de comprender, así como al sentido de lo que busca Wenzel (el nombre se lo pone él, porque no lo tenía). Esa sucesión de descubrimientos que no sabemos si son reales. Él mismo dice “Un demente nos soñaba”.

Los límites entre la realidad, sea real o pintada, (también, real, por momentos), son imposibles de precisar: son sueños de un loco, imágenes de muerte que siguen viviendo, pero pueden envejecer y destruirse.

Es una novela atormentada, lo que no es una novedad en la obra de Castillo, y sentimos esa opresión que nos rodea, es más, diría que, si no la sentimos, no hay posibilidad de comprender lo que leemos.

Sería un error analizarla como una obra de juventud: es cierto que Castillo la escribió joven, pero la siguió corrigiendo porque era un obsesivo perfeccionista (Wenzel también lo era), incluso la releyó mucho y encontró cosas que después aparecen en otras obras.

Debo reconocer un problema central para producir una nota más profunda: no haber leído más de la obra de Castillo, pero la idea de este blog era esa, con sus ventajas y desventajas.

La caracterización de la novela como gótica me impulsa a agregar algo sobre este tema.

“La narrativa gótica es un género literario originado en Inglaterra a finales del siglo XVIII, relacionado con el género de terror. La narrativa o ficción gótica, que es ampliamente conocida por el subgénero del terror gótico, es un género o modo de literatura y cine que combina la ficción y el horror, la muerte y, en ocasiones, el romance.” (Wikipedia)

Muchas de esas historias se enmarcaban en la época medieval, o bien la acción tenía lugar en un castillo, mansión o abadía de este estilo arquitectónico. Lo intrincado de estos, llenos de pasadizos, huecos oscuros y habitaciones deshabitadas, se prestaba a crear ambientes inquietantes.

¿Cómo es la narrativa gótica de La casa de ceniza?

No deja de ser un mundo inquietante, extraño, en el que se entra y sale de lo paranormal sin entender por qué, y nunca sabemos si estamos viviendo –y creyendo que es la realidad- en el mundo de un loco, de su mente, sus ideas, sus creaciones: sus cuadros, la misma casa.

Insisto, genéricamente es una novela maravillosa, como los cuentos de hadas, donde todo es posible y no lo cuestionamos.

No es el ambiente medieval, y el terror lo crea Castillo desde la vida del pintor y su atormentada mente y su visión terrible del mundo.

En estas épocas, en que ha habido un florecimiento de las novelas de terror –excelentes, por lo demás- es muy interesante acercarse a leer esta novela de Castillo.

Personalmente, ya he abordado el tema en las siguientes entradas:

DISTANCIA DE RESCATE DE SAMANTA SCHWEBLIN (https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2020/08/29/distancia-de-rescate-de-samanta-schweblin-por-adolfo-ariza/)

y

ÉSTE ES EL MAR DE MARIANA ENRÍQUEZ (https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2021/03/22/este-es-el-mar-de-mariana-enriquez-por-adolfo-ariza/)

Incluso me interesé por el género de terror en:

NOVELAS DE TERROR: ¿QUÉ ES EL MAL HOY?

TODOS LOS DEMONIOS ESTÁN AQUÍ DE MARCELO FIGUERAS POR ADOLFO ARIZA

https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2021/11/10/novelas-de-terror-que-es-el-mal-hoy-todos-los-demonios-estan-aqui-de-marcelo-figueras-por-adolfo-ariza/

Por eso, invito a los que les gusta este género, o les interese empezar a leerlo, a que lean esta novela.

Como suelo escribir. VALE LA PENA

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¿CONOCEMOS REALMENTE CUÁLES SON LAS PUJAS DE PODER HOY?

¿CONOCEMOS REALMENTE CUÁLES SON LAS PUJAS DE PODER HOY?

La nota siguiente es la que disparó mi interés:

El Hambre como última arma globalista

>> CIEPE – Centro de Investigaciones en Política y Economía

Por Walter Formento[1] y Wim Dierckxsens[2]

Publicado el 11/08/2022

El Multipolarismo ya ganó la Guerra Económica

https://ciepe.com.ar/el-multipolarismo-ya-gano-la-guerra-economica/

Me puse a leer este documento y me sentí asombrado de cuánta información y/o cuántos elementos de la geopolítica de hoy desconocía. A esto se agrega que lo que uno recibe son relatos sesgados destinados a formar y consolidar una población que crea cosas que no son verdaderas y apoye estrategias políticas que la perjudican y subordinan sus intereses y necesidades a los de minorías poderosas.

Esta nota también plantea hipótesis que plantean sesgos que determinarían otro relato, pero voy a tratar de quedarme con la información objetiva, la que ya es muy impactante y creo que es una ayuda para los que quieren comprender mejor el mundo de hoy.

Me voy a limitar a citar algunos párrafos que justifican mi afirmación.

SERÍA MEJOR QUE DESPUÉS LEYERAN LA NOTA, DE TODOS MODOS; TIENE MUCHA INFORMACIÓN.

Comienzo con lo que abre la nota:

Introducción: ¿Hay futuro multipolar para Alemania?

La guerra en Ucrania de algún modo hizo público que Rusia y Ucrania representan el 14 % de la producción mundial de cereales y hasta el 29 % de las exportaciones mundiales de cereales. Reveló, además, que aportan el 17% de las exportaciones de maíz y el 14% de la cebada. Mientras occidente fue en busca del tesoro ruso, otros se dieron cuenta que el 76% de los productos de girasol del mundo provienen de estos dos estados. Rusia, además, domina el mercado de los fertilizantes, con una participación global de más del 50%, lo que explica por qué el bloqueo ha causado profundos problemas agrícolas en lugares tan lejanos como Brasil.

La guerra afectó no solo a los sectores del petróleo y el gas, sino también al del níquel. Rusia, sede de Nornickel, un gigante del sector, produjo 195.000 toneladas de níquel en 2021, o el 7,2 % de la producción mundial. La invasión, combinada con una mayor demanda de níquel utilizado en líneas eléctricas y vehículos eléctricos, hizo que los precios se dispararan. La industria global de superconductores, que produce calculadoras y chips para computadoras, se vio golpeada con ello.

La industria siderúrgica rusa envía gas neón a Ucrania, donde se purifica para su uso en procesos litográficos como la inscripción de microcircuitos en placas de silicio. Los centros de producción más importantes son Odessa y Mariupol (de ahí la cruenta lucha por estas áreas). Ucrania proporciona el 70 % del gas neón del mundo, así como el 40 % de su criptón y el 30 % de su xenón y sus principales clientes incluyen a todos los países que están en desarrollo de componentes de microelectrónica claves en Alemania, Estados Unidos, China y Corea del Sur.

Otros metales de interés en la crisis incluyen titanio, escandio y paladio. El titanio es estratégico para las aplicaciones aeroespaciales y de defensa, y Rusia es el tercer mayor productor mundial de esponja de titanio, la aplicación específica que es fundamental para el titanio metálico. Utilizado ampliamente en los sectores aeroespacial y de defensa, el escandio es otro metal clave del que Rusia es uno de los tres mayores productores mundiales.”

La cita podría seguir, pero lo que me importa es demostrar el motivo de las dificultades que encuentra la coalición occidental para doblegar a Rusia, más allá de ésta tampoco acertó en su plan de una guerra y triunfo rápidos.

Sigamos:

“Ha habido al menos seis conjuntos de sanciones sucesivas, cada una más “agresiva” que la anterior: la eliminación de Rusia del sistema financiero internacional operado por el SWIFT bajo control de la Banca Financiera Globalista…”

¿Lograron su objetivo?

“Rusia ha respondido prohibiendo la exportación de más de 200 productos, exigiendo pagos en rublos por las exportaciones de petróleo y gas. Llamativamente, ciertas sanciones han fortalecido más bien a Moscú. El embargo sobre el petróleo y el gas ha aumentado los ingresos de Rusia, debido a las subidas de precios que ha provocado que se suma al incremento de precios anterior a la Guerra en Ucrania. En 2021, se necesitaban 70 rublos para comprar un dólar. Desde el 18 de julio 2022 solo se necesitan 57, es decir se ha fortalecido el poder de compra internacional de la moneda de Rusia.”

La situación geopolítica, y económica por supuesto, es compleja, y debemos conocerla para comprender algo de lo que está pasando.

Es difícil sintetizar esta larga nota, llena de información y de afirmaciones, pero voy a intentar hacerlo con algunas citas más.

“Esto explica la persistencia con la que Alemania ha empujado –en contra de los intereses de Washington y la OTAN- por el gasoducto Nordstream 2. Por ello, la Guerra de Ucrania 2014-2022 podría tener como uno de sus objetivos principales la clausura de este proyecto Euroasiático, que integra al Bloque Alemán y lo articula con la China multipolar. La guerra habrá acabado efectivamente con los objetivos de un espacio euroasiático común, solo si lograse que Alemania debilite o corte sus lazos con China y cierre el canal ruso de comunicación entre ellos.

En lugar de un Gran Espacio, Rusia se ha convertido en la única opción para lograr salvar el puente geopolítico estratégico entre Rusia/China y el bloque que constituye la “Gran Alemania”. Y la OTAN, instrumentada por Davos/FEM/BlackRock, en el gran obstáculo que ha afectado esta integración euro-asiática, por los intereses en conflicto que fortalecen y motorizan en sus diferentes países componentes.

En mayo de este año 2022, la balanza comercial mensual de Alemania se inclinó hacia el rojo por primera vez desde 1991. No fue mucho (solo alrededor de $ 1 mil millones), pero es un déficit comercial impensado hasta hace poco. En el marco de la Guerra programada por la OTAN en Ucrania desde antes, que se activa a partir de 2014, existe el escenario de una posible derrota de la nueva estrategia alemana multipolar, la Gran Alemania multipolar interconectada económica, tecnológica, cultural y estratégicamente en el Proyecto Multipolarismo Pluriversal. Una pregunta que nos hacemos: Las fuerzas globalistas han logrado subordinar los dirigentes de los países europeos y, ¿qué pasará si dichos líderes políticos pierden el control sobre su población??”

Aconsejo a quien le parezca que esta nota plantea elementos de juicio importantes para la comprensión de la situación mundial, leer las más de veinte páginas que tiene, aun en conciencia de que es un planteo sesgado, y que deberemos sacar nuestras propias conclusiones-

Lo que sí me parece claro es que los perdedores son; por un lado, Ucrania, que aceptó con total ingenuidad e ignorancia política, acordes con la trayectoria de su presidente, ser el ariete de los proyectos de la OTAN (o sea, EEUU) contra Rusia, y sufrir todo el peso de la guerra, más allá de que los hayan llenado de armas. Si se habla de reconstrucción, es porque hay destrucción, y lo puede pasar peor en invierno; por otro, está Europa, con una inflación inédita, con problemas de energía y alimentos que su población rechazarán, y que también afrontará un invierno muy duro, con un costo político que sus enemigos internos (las derechas, por ejemplo) le harán pagar.

Agrego un par de subtítulos:

El primero:

“Una nueva guerra globalista: el hambre”

El planteo que se hace es el siguiente:

“Líderes políticos, megabancos y corporaciones transnacionales globalistas con sus sistemas de desinformación e incomunicación están emitiendo advertencias simultáneas acerca de una “escasez mundial de alimentos” y la amenaza de hambrunas en el mundo. Quieren “hacer entender” que el conflicto en Ucrania es lo que impide que el trigo de ese país no esté llegando al mercado mundial y que esto es responsabilidad de Rusia.”

En relación con esto, la posición de los autores es:

“Por ello es preciso saber, en primer lugar, que la inflación o aumento de precios al consumidor comenzó bien antes del conflicto en Ucrania y se debe en primer lugar a la expansión monetaria –emisión sin respaldo- de los bancos centrales como la Fed, el BCE y el Banco Central de Japón –BOJ-.”

Cierro el tema con esto:

“Es preciso saber que los precios de los insumos agrícolas como fertilizantes, abonos, etc. están por las nubes debido a las sanciones económicas de los países de la OTAN a Rusia. Si a ello se agrega la sequía extrema y no solo en Europa las malas cosechas junto con las obstrucciones en su acceso al mercado, el hambre estaría tocando muchas puertas y la situación podrá tornarse dramática en países del Sur global, que es cada vez más pluriversal.

Llama la atención que Rusia y China y con ello los BRICS+, se encuentran fuera de ese panorama negativo y se enfocan en la producción y así también en la producción de trigo como recurso estratégico en tiempos de crisis.”

Me resulta incómodo escribir esta entrada, que son casi un glosario de citas, pero me he puesto en esta tarea, porque me parece trascendental tener más –y diversa- información de este momento crucial que nunca creí posible en la realidad.

El último tema es tremendo, y real, porque los hechos son así, solo cambia totalmente el sentido que se les da.

“La desarticulación mundial de la oferta agrícola: El hambre provocado

Una nueva guerra aparece en nuestras pantallas: una guerra contra los campesinos granjeros. La desarticulación de la mediana y “pequeña propiedad” agrícola. Es otra modalidad más para desarticular la “oferta agrícola” generando escasez y aumentos de precios, causando inseguridad alimentaria incluso en los llamados “países centrales”.”

Los autores explican esta estrategia así: “” El que controla la comida y causa miedo del hambre reinará en el mundo”, es el lema.”

Creo que es suficiente para interesar en la lectura de la nota, por terrible que sea. No tomo posición sobre las opiniones presentadas, pero es real que los hechos e información presentados tienen una consistencia que los hace muy preocupantes. Quedará a nuestro criterio su interpretación.

Los autores, incluso, llegan a plantear el siguiente tema: “Hacia la Perestroika en Occidente”.

Lo que sí creo, a partir de la gravedad inédita de la situación, que el mundo ha cambiado para peor y las estrategias geopolíticas –incluidas, claro, la de Rusia al invadir Ucrania, y la de la OTAN, provocando el conflicto- están colaborando en este panorama pavoroso, que no sabemos cómo terminará.

Veremos, se vienen las elecciones de medio término en EEUU, si los demócratas pierden el control de las Cámaras, ese país entrará en una difícil situación política, con final impredecible, pero, como el resto del mundo no será para mejor.

Creo que Argentina y América Latina tienen alguna oportunidad si logran integrar un proyecto continental que defienda los intereses de nuestros pueblos.

Para eso hace falta que los argentinos logremos superar egos y proyectos políticos sin fundamento en el mundo de hoy, como el defender un capitalismo internacional expoliador y destructor del medio ambiente, que solo da ganancias a los poderes económicos concentrados.

Temas políticos

LULISMO, ALBERTISMO, ¿ESTRATEGIAS POLÍTICAS SEMEJANTES PARA UNA OPCIÓN CLAVE?

LULISMO, ALBERTISMO, ¿ESTRATEGIAS POLÍTICAS SEMEJANTES PARA UNA OPCIÓN CLAVE?

HAY QUE GANAR LAS ELECCIONES

Me interesó este análisis de Artemio López –tipo lúcido y con comprensión política, por lo demás-, no solo por su aporte a una visión general del proceso electoral de Brasil, sino, y quizás más todavía, porque me significó un ángulo de visión muy interesante de nuestra Argentina.

En efecto, en estos días difíciles del país –una vez más- hay muchos compañeros y compañeras (anche compañeres) que rechazan a Alberto Fernández por su “tibieza”. Hoy he leído un par, y son duros, mucho, aunque hay que reconocer que hubo varios hechos políticos que parecen justificar la consideración de que este es un Gobierno a lo Duhalde, y que no responde a la dirección que debía tener el FdT. La represión en la cancha de Gimnasia, o a los/las mapuche, las medidas económicas de Sergio Massa, los acuerdos con el FMI, que incluyen medidas de ajuste, son algunos de los elementos que se pueden esgrimir para justificar esta evaluación.

Ahora bien, ¿qué dice Artemio en la nota que menciono, y que cito abajo?

¿Por qué Lula giró al centro?

ARTEMIO LÓPEZ

ELECCIONES EN BRASIL

https://www.eldestapeweb.com/internacionales/elecciones-en-brasil/por-que-lula-giro-al-centro–20221051100?fbclid=IwAR215n3_GtQ10CaeDfgGvfIYm-PT9dBUimpi51aZaizoKv71eEL0v11OxHc

“Vamos ahora a intentar desplegar algunos apuntes para un análisis cualitativo de la elección.”

“El apoyo a Lula ya no se basa, como en las décadas de 1980 y 1990, en el deseo de una ruptura con el pasado o de un cambio profundo, sino en la expectativa de contar con un Estado lo suficientemente fuerte como para mejorar el nivel de vida de la población –y de los más pobres en primer lugar–, pero sin una radicalización política o una movilización de masas permanente que amenace el statu quo. El lulismo devendrá así en una forma de reformismo débil y de conciliación permanente con las elites políticas y económicas tradicionales. Al optar por apostar todas sus fichas a la actividad gubernamental y a las constantes mediaciones, el pt se ha convertido en un partido dominado fundamentalmente por los parlamentarios y administradores, y por los burócratas que controlan los votos de los afiliados en las convenciones partidarias. Los movimientos sociales y los sindicatos, que eran el núcleo de la identidad del pt y el centro de los otrora animados debates internos, se han vuelto cada vez más secundarios.”

Está claro que no estoy asimilando a la realidad argentina la evolución de Brasil, pero algunos resultados son comparables: tampoco la sociedad argentina quiere transformaciones profundas, porque los muchos años de crisis sucesivas han dejado su huella.

Trabajo, seguridad, estabilidad económica, es lo que pretende la mayoría de los/las argentinos/as, y está bien.

Agreguemos que las corporaciones mediáticas, que son parte de una feroz oposición política que agrupa a macristas, grupos de derecha, libertarios/as, y algunos grupos más, nunca han dejado de atacar y descalificar al Gobierno.

Un ejemplo de lo que digo es la permanente prédica del éxodo como solución de vida. El antiguo “El país tiene salida: Ezeiza” vuelve a sonar entre nuestra clase media, y los medios muestran repetidamente ejemplos de gente que se fue del país, y está triunfando, más allá de que hay –como siempre- triunfadores y fracasados, como también entre los que se quedan.

De todos modos, son evidentes las dificultades de la vida en Argentina, y a mí también me preocupa, en esta etapa de mi vida, con 76 años, qué país espera a mis hijos/a, nietos/as, bisnieta, y a todos/as que vengan después.

Dice arriba: “El lulismo devendrá así en una forma de reformismo débil y de conciliación permanente con las elites políticas y económicas tradicionales.”

También el albertismo busca la conciliación, y eso le reprochan quienes quisieran que Argentina encarara transformaciones más profundas y disruptivas contra los poderes que, desde siempre, han manejado en su provecho el desarrollo de Argentina.

No voy a presentar la historia de las injusticias en Argentina desde el siglo XIX en adelante, pero, si lo hiciera, encontraríamos apellidos, a la larga ilustres (porque la historia la escriben los que ganan, y Mitre es uno de ellos), que permanecen en el podio de los que deciden lo que les pasa a los/as argentinos/as.

Entonces, ¿tienen razón los/las que acusan de tibio a Alberto?

No sirve de mucho una respuesta simple: lo que uno aprende rápidamente en política (milito desde 1965) es que no se puede desarrollar una estrategia exitosa sin un buen análisis de la fuerza de que se dispone, o sea, si le doy una cachetada a un grandote tengo que tener en claro si puedo ganarle la pelea, o debo huir si se me viene.

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que impulsó la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fue promulgada finalmente cuatro años y diecinueve días después de su promulgación inicial. En 1916, el Presidente Macri la modificó por decreto.

Entonces, ¿fue inútil el intento? No, porque quedaron muchos elementos positivos, pero los poderes corporativos concentrados siguen manejando sus empresas según sus intereses, y en contra de los de la mayoría de los/las argentinos/as.

O sea, si queremos que los que trabajan tengan la tierra que necesitan y merecen, deberíamos pensar en alternativas distintas de las de una reforma agraria al viejo estilo (de hecho, hasta el mismo Juan Grabois reconoció que no se podría resolver el tema en el corto plazo).

El poder de “los dueños de la tierra” que viene desde el siglo XIX ha devenido en el de corporaciones agroeconómicas nacionales y transnacionales con una capacidad de fuego enormemente superior a la inicial.

Este poder incluye al aparato judicial que fue el que dilató la promulgación definitiva de la Ley de Medios, o que metió preso a Lula en Brasil, con lo que le permitió a Bolsonaro llegar a la Presidencia.

En definitiva, la tibieza de que se acusa a Alberto tiene que ver con la búsqueda de vías posibles de concreción de salidas políticas; sin embargo, habría que analizar más finamente para establecer si se avanzó con la firmeza y eficiencia necesarias hacia objetivos factibles.

Creo que hay varios logros del Gobierno –la recuperación económica e industrial es un buen ejemplo-, que no son reconocidos por los enemigos de afuera, y de adentro; también se podrían destacar errores, pero la estrategia albertista no merece una descalificación tajante, como las que hemos escuchado desde hace un buen tiempo.

Otra cita de Artemio sobre Lula y Brasil:

“Son entonces las transformaciones estructurales de la sociedad, en especial la reprimarización y la precarización que supone la que explican el lulismo pero también la aparición y consolidación de la bestia que no es hija del Facebook ni Tik Tok o Twitter – como el triunfo de Bolsonaro en 2018 lo atribuyeron a los grupos de Whatsapp – e incluso otros elementos coyunturales como los efectos del “discurso de odio” , que en rigor es consecuencia de la historia ideológica de la derecha brasilera, notablemente racista combinada ahora con estas transformaciones estructurales.”

Nuestra derecha también tiene lo suyo, y aquí hay que destacar algo: la eficacia de la estrategia de descalificación del macrismo con quienes pudieran competir con los proyectos hegemónicos de los proyectos neoliberales y de derecha. Hoy hay un importante sector de nuestra clase media urbana que ha hecho propio el rechazo del populismo (o lo que le han dicho que es populismo) de acuerdo con un relato sin mayor apoyo en la realidad, pero reproducido por los medios que apoyan al macrismo y por un aparato de trolls y bots altamente eficaz.

Así se descalifican subsidios que se usan en muchos países, incluso los centrales, pero que acá se rechazan acusándolos de promover a la gente que no quiere trabajar.

El ferrocarril es un buen ejemplo: en los noventa, Menem –según se adujo-, para terminar con el exceso de empleo estatal e ir a otra etapa con capitales privados que generarían empleo y prosperidad, empezó a levantar los servicios ferroviarios, que pasaron de 35.000 kms. de vías férreas en 1983 a 8000 (estoy citando de memoria) en 1996. Sin embargo, el desempleo pasó del 7% en 1986 al 17% en 1996.

Lo llamativo es que el expresidente Macri por estos días ha reflotado estos temas prometiendo que, si gana, cerrará empresas estatales, universidades públicas y repondrá la jubilación privada que solo beneficiaría a capitales privados.

Que pretenda conquistar al electorado con propuestas que ya fracasaron en Argentina en los ’90 o en su propia gestión, resulta sorprendente porque son un insulto a la inteligencia de los/las argentinos/as y, lo más llamativo es que Macri siga siendo un candidato con posibilidades de triunfo.

Uno de los párrafos finales dice:

“Pero la decisión de Lula de designar al conservador Geraldo Alckmin como candidato a vicepresidente constituye, según Breno Altman, una estrategia que apunta a reemplazar el debate izquierda/derecha por la discusión democracia/neofascismo, mismo debate que se da en Europa y, que, seguramente se dará en Argentina, donde la duda se encuentra del lado de la democracia. Aunque electoralmente conveniente, la incertidumbre sobre la posibilidad de lograr revertir las políticas neoliberales quizás sea el mayor interrogante.”

En efecto, este tema también se da en Argentina. Es más, uno de esos grupos neofascistas fue el autor del intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner, aunque todavía sepamos muy poco de los responsables, su plan, las fuentes de respaldo financiero, y la autoría intelectual.

Pero que hay un plan deliberado, lo hay.

Profundizar más en la difícil situación del país no haría más que comprobar que hubo –hay- un proceso distinto de todo lo que conocemos; si no, hagamos un mínimo resumen cronológico:

  • Cuando se asumió el Gobierno, Argentina estaba en medio de un enorme desempleo, de una gran inflación y con una deuda tremenda frente al FMI, que le prestó –hecho sin antecedentes en su historia- U$D 44.500 millones por razones políticas. Este fue el legado del Gobierno de Macri.
  • Poco tiempo después, el mundo entró en la mayor pandemia de su historia, la del coronavirus. De paso, la gestión del Gobierno fue exitosa, aunque ahora ya no importe demasiado.
  • Finalmente, en febrero de 2022, Rusia invadió a Ucrania, en lo que pensó que sería una guerra breve, pero que no ha sido así –ya van seis meses- por el respaldo militar de la OTAN a Ucrania, y hoy el desenlace es incierto. Esta “guerra híbrida” tiene alcances mundiales sobre la política y la economía, nos ha afectado, y todavía no sabemos cómo va a terminar esto, ya que se habla de una recesión mundial. De hecho, la inflación está afectando a países que no tenían ese problema y a nosotros, obviamente, mucho más.

En conclusión, tanto el lulismo como el albertismo tienen razones valederas para buscar estrategias diferentes de las que su origen e historia parecen exigir, porque esto es política, y la realidad impone otros caminos para no fracasar.

Aclaro que no intento defender al Gobierno del FdT, no es el objetivo de esta entrada, sino destacar cuál es el objetivo que debemos darnos quienes queremos que Argentina y América Latina tengan un proyecto político continental para un mundo más justo y menos desigual-

Solo agrego que en política –como en la guerra- hay que tener una clara evaluación de cuál es el objetivo más importante, el central, y, por lo tanto, cuáles son los secundarios, los que se pueden ganar o no.

Creo que el objetivo central en este caso es conservar el poder, o sea, que un Gobierno popular y nacional gane las elecciones del 2023.

Ya sabemos qué hará la oposición si gana las elecciones.

Ya hemos vivido etapas semejantes, así que conocemos lo que le pasará al pueblo argentino, o sea, usando las palabras de Macri: lo mismo (un pésimo Gobierno), pero más rápido (o sea más shock y dolor).NO JUGUEMOS PARA EL ENEMIGO, PORQUE SI PERDEMOS, GANA ÉL Y PIERDE EL PUEBLO.

Temas Políticos

¿QUÉ HACEMOS CON EL ODIO EN LA SOCIEDAD? TENEMOS QUE HACER ALGO

¿QUÉ HACEMOS CON EL ODIO EN LA SOCIEDAD? TENEMOS QUE HACER ALGO

ATENTADO CONTRA CRISTINA

El discurso y el acto

Por José Natanson

https://www.eldiplo.org/notas-web/el-discurso-y-el-acto/?utm_source=newsletter&utm_campaign=53768-

Por supuesto, he leído y escuchado bastante sobre este tema en los últimos días, y pensé en escribir una entrada, pero me contuve porque sentí que era difícil no caer en frases hechas de las muchas que andaban dando vueltas por ahí.

Sin embargo, me llegó esta nota de Pepe Natanson y me encontré con una presentación sólida –obvio- de muchos temas que más de una vez he comentado. Por ejemplo, que el 17 de octubre de 1945, junto con el peronismo, nació el anti peronismo.

El rechazo que produjeron “las patas en la fuente” de los manifestantes que fueron a Plaza de Mayo a pedir por la liberación del Coronel Perón pasó a ser un símbolo eterno de los sentires peronistas y anti peronistas.

Así presenta el tema el autor:

“El odio anti-peronista es tan antiguo como el peronismo, pero desde la recuperación de la democracia en 1983 la sociedad argentina había logrado evitar que se tramitara con violencia, como en las cinco décadas anteriores. Lo que lo trae al presente es la polarización social extrema, el aumento de la intolerancia y el recurso al odio como discurso dominante, un fenómeno contemporáneo largamente estudiado y que trasciende a nuestro país.”

Este es un hecho clave: desde 1983 Argentina logró que en sus procesos políticos no apareciera la violencia que vemos en otras sociedades.

La nota finaliza así:

“El politólogo Marcelo Leiras viene advirtiendo sobre el resquebrajamiento de lo que llama el “consenso alfonsinista”, ese núcleo de coincidencias básicas que hizo que la violencia dejara de ser considerada una herramienta válida del juego político. Lo que vemos ahora es que, derrotadas las organizaciones insurgentes y cancelada la amenaza militar, la violencia fue reapareciendo bajo otra forma en los medios, las redes y la conversación pública. Ayer pasó del discurso al acto.”

El acto al que se refiere es al intento de asesinato de Cristina Fernández.

He escuchado más de un comentario que considera que este hecho marca un punto de inflexión en la historia de nuestro país, y todo lo que hemos visto desde ese jueves lo confirma.

Para bien o para mal.

Este intento frustrado de magnicidio es un tremendo catalizador político y social, y no me animaría a hacer un pronóstico de adónde nos va a llevar este acelerado proceso.

A pesar de que los legisladores de JxC rechazaron que la declaración que condenó el intento de magnicidio contra la vicepresidenta hiciera referencia a “los discursos del odio” (casi una confesión), no podemos ignorar el papel que tiene este sentimiento (exacerbado hoy hasta el paroxismo) en el mundo y entre nosotros/as.

Natanson cita algún estudio externo:

“En “La era de la indignación”, el especialista estadounidense Jonathan Haidt cita datos del estudio elaborado desde hace tres décadas por la consultora Gallup y el Centro de Investigación Pew, que revela un aumento del porcentaje de personas que responden afirmativamente cuando se les pregunta si creen que el partido rival constituye un peligro para el país, el incremento de quienes afirman que les molestaría que su hijo se casara con un demócrata (si son republicanos) o con un republicano (si son demócratas), o el hecho de que cada vez más familias estadounidenses admitan su rechazo a que su hijo se haga un amigo ateo (si es cristiano) o viceversa.”

Hace un rato escuché un comentario de Dolina de hace diez años en el que advertía –en relación con la actuación de algunos periodistas que siguen haciendo lo mismo ahora- del peligro de estos discursos de odio, con una afirmación premonitoria sobre que cuando se llega a cierto nivel de ataques y ofensas, no hay vuelta atrás y la convivencia es imposible.

¿HABRÁ TIEMPO PARA NO CAER –O SALIR DE ÉL– EN ESE NIVEL DE ENFRENTAMIENTO?

Está claro que esa decisión es personal. Más de una vez he dicho que no odio a Macri, que es solo un rival político, del que tengo muy mala opinión, pero no le deseo la muerte, como a nadie en realidad.

Me ha costado bastante (me sigue costando) llegar a ese modo de pensar y sentir: en un tiempo me involucré en peleas en las redes contra anti peronistas, trolls, bots, y toda la parafernalia reinante. Incluso llegué a tener distanciamientos con amigos/as por estos temas, además de vivir “encabronado” como dicen en España y algunos otros países.

En algún momento caí en la cuenta del error en que estaba viviendo, y dejé de pelearme por las redes (además, es una pavada hacerlo), o de enojarme por el modo en que pensaban otras personas. Empecé a mandar mensajes afectuosos a gente con la que me había distanciado, y todo mejoró. Todavía soy impulsivo para discutir, pero, cuando me subo demasiado a la moto, pido disculpas, y trato de que no se repita.

Está claro que es un ejemplo demasiado doméstico, pero vale en estos tiempos de reacciones violentas en la mayoría de los espacios sociales, niveles etarios y estadios económicos.

Por supuesto que el fenómeno es mundial. Veamos lo que dice Natanson:

“El odio circula subterráneamente por la sociedad; es una emoción, tan humana como el amor, el miedo o la envidia. El problema aparece cuando un líder, un partido o un comunicador –es decir, alguien con poder en la discusión pública– moviliza ese odio en contra de un grupo social, una ideología o una persona. Esa es la dimensión neofascista del momento actual, sobre la cual vienen advirtiendo sociólogos como Daniel Feierstein, Ezequiel Ipar y Pablo Stefanoni. No se trata de que el odio anide solo en un polo de la política, en la derecha o en la izquierda. El odio fluye por todos lados, no es monopolio de un partido. Hay palabras de odio en todas las ideologías, incluyendo el peronismo, y de hecho uno de los motivos que explican su propagación es la dificultad de uno de los bandos para entender el rechazo que produce en el otro.”

No es la primera vez que trato este tema en mi blog (https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2020/09/17/cual-es-el-papel-del-odio-hoy-en-la-politica-y-en-la-sociedad/); y en esa entrada analizo cómo se instaló el odio como herramienta política en Argentina y quiénes fueron sus ideólogos.

Esa entrada es de hace dos años, y ahora tenemos este hecho del intento de magnicidio de la Vicepresidenta. Tal vez podríamos citar el título de la novela de Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, porque esta estrategia del odio como herramienta (¿o arma?) no solo no cesó, sino que fue in crescendo, incluso con nuevos y tremendos matices, como colgar bolsas mortuorias identificadas en las rejas de la Casa Rosada.

He leído hoy alguna frase en las redes sobre que estos planteos del odio son el nuevo relato del kirchnerismo.

Está claro que eso no es verdad, y que la situación nos requiere que, en conjunto y en forma personal, tomemos una actitud decidida para rechazar todos los gestos de odio en la vida cotidiana.

Tal vez, como dijo Dollna, para muchos sea tarde, y no tengan retorno de ese odio visceral y salvaje (recordemos a la señora que blandía un cuchillo tramontina cerca del departamento de Cristina o a ese desaforado que golpeaba la ventanilla de un móvil periodístico, y le gritaba al periodista: “Ya van a tener miedo”.

Ahora avanzamos mucho más, ya vimos gatillar el arma contra la cabeza de la Vicepresidenta, y deberíamos hacernos cargo del abismo en qué podría haber caído la Argentina si el atentado hubiera tenido éxito.

LOS QUE TENGAMOS TODAVÍA CAPACIDAD DE REFLEXIÓN, HAGÁMOSLO, Y CORTEMOS CON TODO ACTO QUE ABONE EL ODIO ENTRE ARGENTINOS Y ARGENTINAS.

DEMOSTRÉMOS QUE ES POSIBLE VIVIR LA DEMOCRACIA EN PAZ.

Más Temas políticos

EL DILEMA HUMANO DE JOAN CWAIK

EL DILEMA HUMANO DE JOAN CWAIK

Del Homo sapiens al Homo tech. POR ADOLFO ARIZA

Una vez más Alejandro Bercovich mencionó, hace un tiempo ya, este libro en su programa Brotes verdes. Lo encargué y lo leí con demasiados intervalos.

Mi gusto por la lectura de libros que tratan temas tecnológicos y la vida humana no es nuevo.

La tecnología es transversal a la actividad humana, siempre lo fue.

Recuerdo charlas con mis colegas del Departamento de Lenguas Clásicas del Colegio Universitario Central (el querido CUC) en las que me planteaban, ante mi interés por la Informática (diría que a fines de la década de los ’80, más o menos), que ellas eran humanistas y que, por eso, no les interesaban los temas tecnológicos. Mi respuesta fue que el humanismo de ese momento –como hoy y siempre- incluía la tecnología del siglo XX, del mismo modo que el cincuecento italiano incluía la de los siglos XV y XVI. Creo que el ejemplo de Leonardo da Vinci alcanzaría como demostración.

Una vez más, usaré Wikipedia (¿por qué hay un desprecio intelectualoide por esta enciclopedia?): “La Tecnología se define como el conjunto de conocimientos y técnicas que, aplicados de forma lógica y ordenada, permiten al ser humano modificar su entorno material o virtual para satisfacer sus necesidades, esto es, un proceso combinado de pensamiento y acción con la finalidad de crear soluciones útiles.”

Este proceso, que supone un marco de conocimiento, permitió que tuviéramos la rueda, o los canales de riego, o la fisión nuclear, o lo que llamamos tecnología informática en su inicio, y hoy es todo el desarrollo digital que vemos: Internet de las cosas (IoT), machine learning, asistentes virtuales por voz, Big Data y analítica, e innovaciones como blockchain que están acelerando la transformación digital y dando la oportunidad a los CEOs de reinventar los modelos de negocio creando nuevos productos y servicios.

Con este libro de Cwaik, completo una trilogía no buscada de entradas sobre estos temas tecnológicos. Los anteriores fueron:

INFOCRACIA DE BYUNG-CHUL HAN POR ADOLFO ARIZA

https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2022/05/13/infocracia-de-byung-chul-han-por-adolfo-ariza/

BIG DATA & POLÍTICA DE LUCIANO GALUP POR ADOLFO ARIZA

https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2022/07/01/big-data-politica-de-luciano-galup-por-adolfo-ariza/

Esto sucedió sin intención, porque fui leyendo cada libro en su momento, y por alguna gracia divina, los tres títulos se complementan y enriquecen.

En este sentido el libro de esta entrada hace un buen cierre de este ciclo que podría incluir otras obras o notas o ensayos, pero me viene bien para tratar de darles una visión integradora.

Transcribir la contratapa de El dilema humano me parece una buena manera de presentar inicialmente el libro:

“¿Quién tiene el poder en el siglo XXI? ¿Estamos ante una crisis del capitalismo? ¿Qué lugar ocupan los medios de comunicación en el universo articulado por las redes sociales? ¿Cómo serán los humanos del futuro? ¿Vivimos una batalla tecnológica invisible? ¿Amenaza o salvación? ¿La humanidad está en jaque?

La revolución tecnológica que transita la humanidad ha producido un movimiento sísmico radical en todos los planos de la vida; el trabajo, la educación, las fuentes de información, el entretenimiento, los vínculos, son solo algunos de los ámbitos en los que los paradigmas tradicionales han dejado paso a nuevas maneras de ser humano en un mundo de datos y algoritmos.

Por eso, en medio de esta transformación vertiginosa, resulta importante detenerse a reflexionar acerca de la tensión humano-tecnológica que abre una serie de temas clave para comprender el presente del futuro. Esta es la tarea de El Dilema Humano que, a lo largo de sus siete debates, analiza las luces y sombras de una relación crucial de cara a los nuevos tiempos.

Con un estilo directo y ágil, y dejando en claro su rol reconocido como divulgador tecnológico, Joan Cwaik invita al lector a pensar juntos para entender el nuevo mundo que habitamos, sin caer en distopías ni en utopías solucionistas, y recorrer el camino que va del Homo sapiens al Homo tech.

El momento llegó. Da vuelta el libro, y sumáte a El Dilema Humano.”

A pesar de su trayectoria, este no es un libro de divulgación tecnológica, sino de reflexión sobre el mundo de hoy y los riesgos y posibilidades que acechan a la humanidad por el desarrollo tecnológico.

Veamos al autor en la biografía que está en el sitio web del libro:

“Joan Cwaik (Buenos Aires, 1990) es docente y divulgador especialista en tecnologías emergentes y sociedad. Lleva dictadas más de 360 conferencias en quince países y está terminado un MBA (IAE, Universidad Austral). Realizó estudios en UBA, UdeSA y cursos y programas ejecutivos en Stanford y Singularity University. Es Gerente de Marketing para Latinoamérica de Maytronics. Es coleccionista de cartas Pokémon y Magic: The Gathering. De mente innovadora y espíritu disruptivo, fue reconocido por la revista Forbes Argentina, el INJUVE, OIJ, LLYC entre otros y escribe periódicamente como columnista del Diario Perfil. El Dilema Humano (Galerna, 2021) es su segundo libro.”

Pero el libro no es disruptivo, aunque habla mucho de ese tema en el mundo de hoy porque, claramente la tecnología tiene un efecto claramente disruptivo en la sociedad, y va por más.

Es muy interesante el formato del libro, y tiene que ver con el texto de la contratapa, o sea con interrogantes, pero no con la intención de responderlos, porque sería difícil en el medio de esta travesía a algún lugar que desconocemos, sino de plantear –mejor, ayudar a plantear- los temas claves que van a determinar nuestra vida y nuestro futuro.

Por eso, copiaré el índice en el que los temas se presentan como debates dentro de los cuales aparecen, sobre todo, las preguntas que el autor piensa que debemos hacernos.

DEBATE 1

¿QUIÉN TIENE EL PODER?

El poder de los datos

El poder de los Estados

El poder de los individuos

¿Quién nos librará de nuestros liberadores?

El poder multiplex

¿Y los humanos?: ¿Secuestrados o millonarios?

DEBATE 2

¿CAPITALISMO EN CRISIS O FORTALECIDO?

 El capitalismo del siglo XXI

¿La era de los monopolios?

¿Estamos ante el fin del capitalismo?

El nuevo capitalismo cripto

Warren Buffet vs. Satoshi Nakamoto

El capitalismo intangible

¿Y los humanos?: ¿Empoderados?

DEBATE 3

¿ENTRE LA NUBE Y LA TIERRA?

Las tres dimensiones

El espacio híbrido

Adiós fronteras

Poder, influencia y dinero

¿Y los humanos?: ¿Enjambrados?

DEBATE 4

¿LA MUERTE DE LOS MEDIOS?

La información en el siglo XXI

Un mundo mediatizado

¿La muerte de los medios?

Fake news: la viralización y sus consecuencias

¿Y los humanos?: Del Homo Sapiens al Homo Videns

DEBATE 5

¿GUERRA DE GENERACIONES?

¿Milenial al poder?

Educación para milenial

Trabajo para milenial

Emojis: ¿el nuevo idioma universal?

¿Y los humanos?: ¿Reemplazados por las máquinas?

DEBATE 6

¿Efecto reality?

En búsqueda de la infelicidad

Amor en tiempos de Tinder El algoritmo del amor

Amistad en tiempos de likes

¿Y los humanos?: El show del yo

DEBATE 7

¿Cómo serán los humanos del futuro?

¿Y los humanos? ¿De superhombres a cyborgs?

¿El Homo Tech?

Creo –por lo menos, así lo sentí yo- que la lectura de este índice alcanza para comprender que en el libro están los temas que deberíamos comprender en su profundidad y alcance para saber (en realidad, no con la Matrix en que vive un gran porcentaje de la sociedad) cómo es, y cómo puede ser este mundo tan complejo e incierto.

Por supuesto, como siempre suelo hacerlo, recomendaré la lectura del libro, con una diferencia de otras recomendaciones: no podemos no comprender el mundo en que vivimos porque tenemos que saber cómo manejarnos con el enorme poder de la tecnología digital y con los poderes que deciden qué se desarrolle o qué no (estoy hablando de los Estados centrales y de las corporaciones concentradas).

Para ejemplificar la dimensión de las transformaciones que se han producido en el mundo de hoy, voy a citar lo que Cwaik dice sobre El espacio híbrido:

“”Estamos y no estamos”, pensé. Conté -además de mí- 14 personas en el local, de las cuales seis estaban aprovechando el free Wi-Fi con su computadora, y otras siete estaban con la cara sumergida en la pantalla del teléfono celular. Uno solo de ellos tenía un libro en la mano, que intercalaba con algún scrolleo de vez en cuando.

El mundo híbrido, que fue ganando cada vez más lugar en nuestras vidas en los últimos años, podría definirse como aquel espacio en donde la tierra y la nube se juntan. Donde lo ‘real’ y lo ‘virtual’ se superponen para crear algo totalmente distinto. Estamos juntos con alguien, compartiendo un café, y al mismo tiempo estamos escribiendo un tweet, contestándole a la que nos gusta una historia de lnstagram -y subiendo otra a ver si nos la contesta- y discutiendo en el chat del edificio porque los del 7C tienen una pérdida de agua que molesta a los de planta baja.” (El dilema humano, p. 148)

Claro, este mundo híbrido tiene grados: desde el muchacho –o no tan muchacho- que se pasa todo el tiempo de una reunión social con la cabeza clavada sobre su celular, hasta los momentos puntuales en que debemos habitar los dos mundos (chatear con un hijo/a mientras compartimos una comida con otras personas), pero es importante tener conciencia de esto para mantener el equilibrio que supone una vida que atiende a los dos espacios: lo real y lo virtual.

Es un riesgo real que creamos que el mundo válido es el virtual, el de las redes (por eso hablo de Matrix). Cwaik nos dice lo siguiente:

“Ya hemos visto en debates anteriores los efectos que puede ejercer la dopamina que nos provoca un like, una mención, o una notificación. Esa especie de adicción que generamos con el teléfono, que por momentos puede llegar a abstraernos de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, no es casual. La mayoría de las aplicaciones que consumimos a diario están expresamente diseñadas para convertirnos en adictos: sistemas de recompensa, notificaciones cuando no las usamos (“Ey Joan, ¿estás ahí? Hace mucho que no usás nuestra app. Acá tenés un código de descuento…”), y otras estrategias del estilo.” (El dilema humano, p. 196)

Notemos que habla de adicción, y no es una exageración, sino pensemos el efecto que tiene en muchos de nosotros/as que perdamos el smart.

Podemos pensar en el futuro pensando que será como propone la terrible distopía que nos presenta Black Mirror (lo que sería casi espantoso), o no, pero tampoco podemos vivir creyendo que todo está bien, y que solo necesitamos un celular y un cargador para ser felices.

En el final Cwaik nos hace esta reflexión:

“Quizás esto no es más que una advertencia. una llamada de atención que nos impulse a volver a aquello que nos hace humanos. Que nos lleve a priorizar tos vínculos y lo emocional. Que nos permita volver a valorar el largo plazo sin la necesidad de romper con la tecnología. Sino más bien aprovechándola para desarrollar nuestro máximo potencial como especie.”

NO PODEMOS TENER OTRO OBJETIVO DISTINTO DE ESTE COMOSERES HUMANOS, PORQUE HOY TENEMOS LO NECESARIO PARA VIVIR MEJOR QUE LO QUE CUALQUIER SER HUMANO HA PODIDO NUNCA, PERO TAMBIÉN PODEMOS LLEGAR SER CYBORGS IDIOTIZADOS.

EMPECEMOS A ELEGIR.

# Eldilemahumano #JoanCwaik #Homotech #Homosapiens

ACERCA DE RODERER DE GUILLERMO MARTÍNEZ POR ADOLFO ARIZA

ACERCA DE RODERER DE GUILLERMO MARTÍNEZ POR ADOLFO ARIZA

Mi hija me regaló Acerca de Roderer de Guillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962), publicado en 1993, y que es su primera novela.

Ya había leído otras novelas de Martínez: Yo también tuve una novia bisexual (2011), Crímenes imperceptibles (2008), que fue llevada al cine por Álex de la Iglesia como Los crímenes de Oxford y La muerte lenta de Luciana B (2007), que fue adaptada por el director argentino Sebastián Schindel en la película La ira de Dios.

Esperaba una novela semejante a las que había leído. De Crímenes imperceptibles, Wikipedia dice: “novela de trama policial, que conjuga elementos tomados de la filosofía, matemática y otras ramas del saber, al narrar los actos de un asesino múltiple, cuyos crímenes siguen una serie aritmética, con intrigas, ambigüedades, lógica y teoremas matemáticos involucrados.

En la obra aparecen algunos sesgos ligeramente autobiográficos, dado que los protagonistas son un joven matemático argentino becado en Oxford y su profesor, un eminente especialista en lógica.

A lo largo de toda la novela, existen una serie de elementos simbólicos que, en tanto símbolos, remiten al lenguaje matemático, al álgebra y a la lógica, dentro de una estructura narrativa de policial inglés clásico.”

De La muerte lenta de Luciana B leo una sinopsis de Librenta:

“Diez años después, nada queda en Luciana de la muchacha alegre y seductora a la que el famoso escritor Kloster dictaba sus novelas. Tras la trágica muerte de su novio y, después, uno a uno, las de sus seres más queridos, Luciana vive aterrorizada, atenta a cada sombra, cada persona que pasa a su lado, con la sospecha de que esas muertes son parte de una venganza metódica urdida en su contra, un círculo que sólo se cerrará con la séptima víctima. En la desesperación más absoluta, recurre a la única persona capaz de adentrarse en el siniestro universo de Kloster. Los cuadernos de notas de Henry James y una Biblia de Scofield serán claves en un pasaje sin retorno a la región más primitiva del mal.

¿Podría un asesino simular cuidadosamente el azar, concebir una geometría de muertes y quedar impune? ¿Cuál es el castigo para el que nos ha despojado de todo y nos ha causado el máximo dolor?”

Hay elementos comunes en estas dos novelas: son policiales, o sea que, en ellas se usa la observación, el análisis y la deducción para resolver un enigma, normalmente un crimen, y encontrar al autor y el móvil; también hay referencia a las matemáticas y a la filosofía, particularmente a la Lógica.

Acerca de Roderer es distinta, no hay un crimen a resolver en el inicio, pero sí un camino hacia una muerte personal, que se va haciendo inevitable, aunque no lo sepamos hasta el final. Sin embargo, la narración construye un camino de suspenso hacia el desenlace de una manera propia de la novela policial.

El comentario de La muerte lenta de Luciana B menciona al mal y acá encontramos un tema que hay que mencionar para comentar Acerca de Roderer.

El mismo autor dice en Literatura y racionalidad, publicado en La Nación, en 1994:

“Así, la racionalidad es un proceso. Un proceso que avanza entre contradicciones, aproximaciones sucesivas, límites difusos y teorías siempre precarias, siempre provisorias, en la tierra de nadie de la realidad.

Mirando por un momento las cosas de este modo, mirando a la razón como una facultad viva y cambiante, tiene sentido preguntarse si no será posible refundar el entendimiento sobre una nueva forma de racionalidad, más ampliada, más sutil, más potente, que escape por igual a Kant y a Gödel y de la cual la razón filosófica tal como se conoció hasta ahora sea un caso “limitado” y particular. Mi novela Acerca de Roderer es una ficción en torno a esta pregunta, que equivale en el fondo a preguntarse sobre la posibilidad o imposibilidad de reinstalar una visión prometeica en esta época de pactos fáusticos.”

Esta afirmación contextualiza con claridad la novela que quiero comentar. Y hace necesario desarrollar el tema de los mitos de Fausto y Prometeo, tan presentes en la historia de la cultura occidental.

“En la mitología griega, Prometeo (en griego antiguo Προμηθεύς, ‘previsión’, ‘prospección’) es el titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo.” (Wikipedia)

Esto trajo a la sociedad beneficios importantes para su prosperidad. De allí, que el adjetivo prometeico sirva para calificar a aquella persona cuya actitud le da al Hombre conocimientos transcendentes que elevan su espíritu hacia lo épico; lo ético o lo místico, mejorando su condición y haciéndolo mejor.

En cambio, Fausto es “un hombre inteligente y de gran éxito, pero también insatisfecho con su vida, por lo que hace un pacto con el diablo, entregando su alma a cambio del conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. La historia de Fausto, que remite directamente al tema de Job (el justo que sufre injustamente), es la base de muchas obras literarias, artísticas, cinematográficas y musicales. “Fausto” y el adjetivo “fáustico” implican una situación en la que una persona ambiciosa renuncia a la integridad moral para alcanzar el poder y el éxito durante un plazo limitado.” (Wikipedia)

O sea que lo fáustico se refiere al hombre que abandona los principios y valores personales para conseguir conocimiento, riqueza u otros beneficios.

Esta visión dicotómica, de algún modo es un planteo de “blanco y negro”, con claras implicancias morales, y tiene que ver con la misma concepción de lo que es –o debiera ser o buscar-el SER humano.

Esta valoración es la que lleva a la búsqueda del fuego de Prometeo que hacen los protagonistas de la novela: Gustavo Roderer y el narrador (nunca supimos su nombre), dos adolescentes que viven en un pueblito imaginario al lado del mar –Puente Viejo- y que se conocen en el Bar Olimpo donde se jugaba al ajedrez –también al billar, un clásico bar argentino de otras épocas.

Se enfrentan al ajedrez –el narrador era un ajedrecista que se preparaba para el Torneo Abierto Anual- y Roderer lo vence sin dificultades.

Luego, explica lo que significaba el ajedrez para él:

“-Es que el ajedrez … -dudó, como si fuera a encogerse de hombros-. Nunca me interesó demasiado. Era sólo un experimento; un modelo. En pequeña escala, por supuesto.”

Su búsqueda era de otro nivel y tiene que ver lo que dijo el autor: es una búsqueda a lo Prometeo, pero un Prometeo de hoy, de esta etapa de la humanidad, con toda la historia del pensamiento como base, y sin límites: un viaje hacia lo desconocido, y aterrador.

Algo más dice el autor:

“El error, siempre el mismo, está en considerar el dominio de lo racional de una manera injustamente estrecha, como un conjunto acabado e inmutable de operaciones lógicas, una especie de tabla definitiva de silogismos; en una palabra, confundir a la razón con la parcela que utilizan, sobre todo, los matemáticos y los científicos. Pero ni siquiera en estos dominios la razón es algo acabado y rígido: así, por ejemplo, Lobachevsky, al negar el quinto postulado de Euclides, no solo expandió la geometría sino también la razón matemática, y en la física contemporánea dar un modelo adecuado para el mundo subatómico equivale a encontrar una lógica suficientemente elástica para explicarlo.” (Literatura y racionalidad,1994)

Gustavo Roderer y el Narrador son los protagonistas-antagonistas que transitan caminos paralelos en sus vidas que se cruzan en un mundo lleno de acechanzas y tentaciones. Ambos buscan realizar sus destinos, el sentido de sus vidas.

Se enfrentan a lo mismo: lo demoníaco y lo maligno, la seducción de las mujeres, las formas precarias de existencia, la droga, la guerra e incluso la muerte, pero sus búsquedas son de distinto orden. Comparten un lapso en el Colegio, al que Roderer acepta ir por obligación, pero sin prestar ninguna atención a sus profesores, lleva sus libros (filosofía, arte, ciencia, historia), lee y anota lo que le interesa.

En cambio, el narrador es un muchacho brillante, que quiere realizarse por los caminos comunes que le ofrece la vida y triunfar en ellos. Elige estudiar Matemáticas (Roderer se lo aconseja porque la Filosofía y la Teología están muertas), se va a estudiar a Buenos Aires y, luego, consigue una beca para Cambridge.

Es claro el sesgo autobiográfico en este personaje como en Crímenes imperceptibles, pero me parece que Roderer es también el autor, y comparte su búsqueda ontológica –que incluye la pregunta de qué es la Ontología.

Es llamativo el hecho de que Roderer alcanza –a costa de sí mismo- a entrever algo de lo que buscaba, pero no sabemos lo que es, salvo que pareciera que entró a un mundo que está más allá y más arriba.

Es Prometeo y Fausto a la vez, y esto último tal vez explica su desenlace trágico, el que, sin embargo, lo haya hecho también Prometeo.

No es casual que esta novela haya sido analizada desde una perspectiva teológica:

“En este ámbito se despliega el conflicto de Roderer como un problema espiritual que atañe específicamente a la esfera del conocimiento y desemboca en la viejísima tentación: ser como Dios, ocupar el lugar de Dios, que concreta lo que se conoce como mysterium iniquitatis. Si bien este hecho está en la intención del protagonista desde el principio, el lector accede al mismo mediante los sucesivos descubrimientos y comentarios del Narrador, quien juega contrapuntísticamente con Roderer. La búsqueda del conocimiento total, “soberbio y virtuoso”, la persecución del logos divino, es realizada por Roderer a través de una lectura y relectura obsesiva de textos de diversa especie, actividad que lo lleva a dejar la educación formal y a vivir en una permanente vigilia pensante.” (Alicia Inés Sarmiento, Acerca de Roderer de Guillermo Martínez: el mysterium iniquitatis en el fin de siglo literario, CUADERNOS DEL CILHA. Nº 7/8 (2005-2006).

Para explicar mysterium iniquitatis (el misterio de la iniquidad o el mal) copiaré esta cita de Juan Pablo II (Audiencia General, 1984):

“Al intentar reconstruir una imagen sintética del pecado, nos servimos también de todo lo que dice de él la variada experiencia del hombre a lo largo de los siglos. Pero no olvidamos que el pecado es en sí mismo un misterio de iniquidad, cuyo comienzo en la historia, y también su desarrollo sucesivo, no se pueden comprender totalmente sin referencia al misterio de Dios-Creador, y en particular del Creador de los seres que están hechos a imagen y semejanza suya. Las palabras del Vaticano II que acabamos de citar, dicen que el misterio del mal y del pecado, el “mysterium iniquitatis”, no puede comprenderse sin referencia al misterio de la redención, al “mysterium paschale” de Jesucristo, como hemos observado desde la primera catequesis de este ciclo.”

Tampoco es casual que el narrador vaya a la casa de Gustavo a buscar un libro ficticio de un autor inexistente, cuyo título es La Visitación y su argumento y la discusión posterior remiten a la novela Doktor Faustus de Thomas Mann. El narrador y Roderer toman un café hablando de ella. Esa conversación es clave para entenderla.

En relación con episodio de un personaje de la novela con una prostituta, Gustavo dice lo siguiente:

“Ese romance con la prostituta, ¿no es un poco decepcionante? Por lo menos, hay que reconocer, es extraño. Extraño, por supuesto, respecto de la personalidad de Lindström, la aventura en sí es muy vulgar, casi un lugar común de la literatura; se nota incluso que a Holdein le incomoda contarla: está narrada, y no por puritanismo, del modo más indirecto posible, y como no puede justificarla termina hablando de una “transformación química” en la naturaleza de Lindström. Toda la historia parece insertada. ¿Pero por qué necesitaba incluirla?

-Se explica más adelante -dije yo-: representa la perdición, el acto en que Lindström sacrifica su salvación.

-Se dice eso, es cierto; pero no deja de sonar como una justificación a posteriori, un esfuerzo de astucia para no retroceder ante lo escrito, para salvarlo yendo más allá, y en el fondo sólo consigue empeorar las cosas. Porque el amor puede provocar mil caídas, pero no la perdición. Es un terreno demasiado resguardado por lo divino; en todo abrazo, aun en el que pueda parecer más depravado, hay un vestigio religioso, un eco de la comunión. -No necesito decir lo desconcertantes, lo insólitas que sonaban en su boca palabras como “amor” o “abrazo”. Y sin embargo yo no dejaba de sentirme algo impresionado, porque Roderer, que después de todo tenía la misma edad que yo, parecía saber hondamente de qué estaba hablando. -La perdición -dijo y su voz vibró por un instante, antes de recuperar la frialdad de siempre- se supone que es un acto solitario, a espaldas de todos los hombres; un acto, además, que debe ser tan terrible como para desafiar una misericordia infinita. Hay en realidad una sola ofensa a Dios sin retorno: el intento de suplantarlo

-El asesinato como en Dostoievski –dije yo.

-O el conocimiento –y debió advertir en mí un gesto de sorpresa porque añadió secamente – No por supuesto las cuatro o cinco leyes con que se entretienen los hombres; no las sobras, la cuota de sabiduría tolerada, sino el verdadero conocimiento, el logos, que resguardan juntos el diablo y Dios.”

Eso –el Logos– es lo que busca Gustavo. Es una aventura espiritual – ¿un viaje hacia el Sol, como Ícaro? – en la que parece haber un pacto mediante el cual Roderer consigue tiempo para alcanzar la meta de la iluminación, tiempo que habría de convertirse en el de su propia y breve vida solitaria y enferma, gracias al consumo de opio para alcanzar los estados de mayor lucidez.

No hay manera de que intente ahondar más en esta obra–una nouvelle, en realidad-, aunque quedan varios temas posibles.

Me ha dado mucho trabajo cerrar esta entrada, porque es una narración que cumple el pensamiento del autor, hablando de la novela:

“es un artefacto autónomo, con sus propias leyes y artificios, que no tiene por qué guardar correspondencias con los modos y usos en que se confunden poder y lenguaje en el mundo prosaico y real y político que le toca (al autor) como ciudadano. Cualquier escritor sabe también que debe crear su propio registro, su retórica para cada nuevo libro, como una lengua dentro de la lengua y que esa selección, ese proceso de “extrañamiento” debe independizarse y enfrentar no sólo la lengua del poder, sino también las fuerzas anodinas de la costumbre, el peso de lo “ya hecho”, las diferentes tradiciones, la historia de la literatura.” (2005)

ES UNA NOVELA DISTINTA, QUE VALE LA PENA LEER, AUNQUE TENGA MOMENTOS DE PLANTEOS TEÓRICOS PROFUNDOS, COMO ALGUNOS QUE HE CITADO, PERO ASÍ ES EL TEMA QUE SE ABORDA.

#AcercadeRoderer #GuillermoMartinez

BIG DATA & POLÍTICA DE LUCIANO GALUP POR ADOLFO ARIZA

BIG DATA & POLÍTICA DE LUCIANO GALUP POR ADOLFO ARIZA

Desde que comencé con las entradas políticas y/o político tecnológicas en este blog, manifesté mi interés en colaborar con una comprensión de la realidad argentina e internacional que nos permita tomar mejores decisiones; en este sentido, el tema que da título al libro es clave desde hace un buen tiempo y cada vez más.

Esta capacidad tecnológica que permite a los algoritmos que analizan los Big Data microsegmentar la sociedad y, por lo tanto, saber qué nos gusta y qué no nos gusta, es el medio, que, aunque no nos demos cuenta, nos hace creer que tomamos decisiones libremente, cuando, en realidad, lo hacemos determinados por la información segmentada que nos llega en función de las opciones previas que nuestros clicks activaron y que los algoritmos registran, analizan, y utilizan para filtrar lo que nos llega por nuestro navegador y redes sociales.

Por esto recomiendo la lectura de este libro, aunque requerirá un cierto esfuerzo si nuestra formación en la tecnología de Internet y también en política, sea precaria.

Vale la pena ese esfuerzo, si no, quedaremos a merced de las propagandas, de los bots (robots que trasmiten información maliciosa), trolls y todo desarrollo tecnológico destinado a manejar nuestra vida.

El nombre completo de este libro es:

Big data & Política: De los relatos a los datos. Persuadir en la era de las redes sociales

En Penguin Libros se presenta así al autor:

“Cursó la Maestría Interdisciplinaria en Estudios sobre Servicios de Comunicación Audiovisual (UBA). Diplomado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) en Big Data, se especializa en medios sociales, comunicación política y análisis de datos.

Desde 2011 dirige la agencia digital Menta Comunicación de Argentina. Asesora en Comunicación Gubernamental y Big Data a gobiernos y espacios políticos. Participó de campañas electorales a nivel provincial y nacional.

Es columnista en diversos medios, entre ellos Perfil, C5N y FM Blue. También es docente de Comunicación política de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Coordina el área de Innovación y Desarrollo del Centro de Estudios Metropolitanos de Buenos Aires (CEM). Es miembro de ALICE (Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales) y de ASACOP (Asociación Argentina de Consultores Políticos). Big Data & Política es su primer libro.”

Es de 2019, por lo tanto, en estas épocas de grandes avances tecnológicos, habría que actualizar los análisis, sobre todo luego de las elecciones de ese mismo año en Argentina en las que el macrismo -que había sido el primero en Argentina que comprendió y usó, con todo éxito, las redes sociales en su campaña electoral- perdió las elecciones.

Sin embargo, la situación y las tendencias que marca Galup tienen completa vigencia, y deberían ser conocidas, comprendidas y utilizadas en el análisis de la realidad por los argentinos/as.

Justifico esta información, con una cita del libro que aparece en el análisis hace de la situación de los diarios y portales de noticias (tradicionalmente, los proveedores de la información que nos permite conocer lo que sucede en el mundo):

“Este modelo se sustancia en una lógica que deja en un lugar peligroso al usuario, al consumidor de medios de comunicación. Las prioridades informativas, los recursos y los estímulos están puestos al servicio de aquellas noticias que gozan de mayores posibilidades de viralización y no de las que ayudan a construir una agenda de información verdaderamente relevante para la ciudadanía. Los medios de comunicación que apuestan a este esquema generador de clics, aunque suene radical, están renunciando a su rol histórico de servicio público para convertirse en una góndola pública de información, en la que sólo se ofrecen los productos de mayor demanda, reservando al resto de los “productos” -es decir, al resto de las noticias- espacios marginales y de alcance más dificultoso. Y si algo saben las empresas que comercializan productos o servicios es que el consumidor no quiere que le hagan complicada su tarea de consumir. Como ya vimos anteriormente, la avaricia cognitiva puede más que una dieta informativa variada.” (Big data & Política: De los relatos a los datos. Persuadir en la era de las redes sociales, Luciano Galup, Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2019)

Esto se da en un marco social en el que las noticias nos llegan más que nada en forma de títulos destacados, que son casi lo único que se lee, e imágenes, lo más llamativas posibles para captar nuestra atención.

El tema de la atención es central, y lo analicé en una entrada: ECONOMÍA DE LA ATENCIÓN: NO LA REGALEMOS, VALE MUCHO https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2020/12/09/economia-de-la-atencion-no-la-regalemos-vale-mucho/.

Otro tema que debemos considerar en este análisis de las redes es planteado en el libro:

“El análisis de las noticias falsas tiene una dependencia absoluta de las emociones en la toma de decisiones de las personas, de las que ya hemos hablado anteriormente. Resulta imposible aislar este fenómeno en las redes sociales, por fuera del conjunto político, cultural y económico.

A mayor grado de polarización en una sociedad, mayor es la probabilidad de que circulen como verdaderas noticias probadamente falsas. Esta polarización, propia de los fenómenos populistas, crea condiciones favorables para la proliferación de noticias falsas porque pone sobre la mesa la disputa de un sentido: no importan los hechos, sino la capacidad de las noticias de fortalecer identidades políticas previamente asumidas. Aquí es donde las fake news encuentran su razón de ser. Su función es amalgamar sentidos que fortalezcan pertenencias e identidades políticas de los espacios en disputa para construir un relato hegemónico de lo social. Su rol es formar parte de un relato ficcional del universo social.” (p. 165-166)

Por eso, tenemos que entender cómo funcionan las estrategias que utilizan como ámbito los Big Data. Porque este es el mundo que viene:

“Este cambio generacional tendrá impacto directo en las formas de consumir información y cultura. Los medios de broadcasting, sobre todo la televisión, no van a desaparecer, pero sí verán diluirse su hegemonía año a año, hasta perderla. Surgen y surgirán nuevos lenguajes, nuevas narrativas que cruzarán, a su vez, las formas de hacer política, de relatar la política para incidir sobre el imaginario colectivo. Para eso se elaborarán nuevas propuestas comunicacionales, que nacerán de ideas que buscarán quebrar para siempre la mecánica tradicional utilizada para contar la política. “

Para concluir comparto un párrafo del Epílogo que me parece demuestra con claridad lo que será nuestro futuro y, por lo tanto, lo imperiosa que la necesidad de comprenderlo mejor:

“Otra certeza es que la tecnología tendrá cada vez más peso en las formas de sociabilidad, en el control de los ciudadanos y en las mediaciones de lo político. Los algoritmos gobernarán partes cada vez más importantes de las estrategias y la toma de decisiones de la comunicación política. Conviviremos con algoritmos e inteligencia artificial. Quienes no tengan recursos para usar eficientemente estas herramientas tendrán fuertes desventajas para acceder a la esfera pública en igualdad de condiciones.” (p. 184)

ACONSEJO SU LECTURA.

VOY A SEGUIR PUBLICANDO ENTRADAS SOBRE LOS TEMAS TECNOLÓGICOS QUE CONSIDERE QUE TIENEN QUE VER CON LA REALIDAD TAN COMPLEJA EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS.

#temascientificos #temastecnologicos #libros #BIGDATA&POLITICA #lucianogalup

EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS DE DINO BUZZATI POR ADOLFO ARIZA

EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS DE DINO BUZZATI POR ADOLFO ARIZA

Arg-é Bam (ارگ بم en persa, Ciudadela de Bam) era la mayor edificación del mundo realizada con barro moldeado, combinando técnicas como el adobe y el tapial. Se encontraba en Bam, una ciudad de la provincia de Kermán, en el sudeste de Irán. Junto con sus alrededores está considerada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. La enorme ciudadela, situada en la ruta de la seda, fue construida con anterioridad al año 500 a. C. y continuó siendo habitada hasta 1850. No se sabe con certeza la razón por la que fue abandonada.

El 26 de diciembre de 2003 la ciudadela fue destruida casi por completo por un terremoto, junto con gran parte de Bam y sus alrededores. Pocos días después del terremoto, el presidente iraní Mohammad Khatami declaró que la ciudadela sería reconstruida. (Wikipedia)

“El lugar, además, inspiró “El desierto de los tártaros”, una de las grandes obras maestras de la literatura del siglo XX.

La ciudadela, que según algunas fuentes está toda derrumbada, es la famosa Fortaleza Bastiani del libro escrito por Dino Buzzati y publicado en Italia en 1940, símbolo y mito del escenario de la espera existencial en la que se deteriora una vida.” https://cadenaser.com/programa/2021/08/22/un_libro_una_hora/1629619208_421683.html

Allí Valerio Zurlini filmó en 1976 la versión cinematográfica de “El desierto de los tártaros”.

Mi primera impresión, al comenzar la lectura, fue dubitativa: me parecieron largas las descripciones y muy minucioso el relato, como sucede en la cabalgata del oficial Giovanni Drogo, el protagonista, hacia su primer nombramiento en la Fortaleza Bastiani.

Inclusive me llamó la atención el prólogo de Jorge Luis Borges, del que cito el final:

“Este libro, que es acaso su obra maestra y que ha inspirado un hermoso filme de Valerio Zurlini, está regido por el método de la postergación indefinida y infinita, caro a los eleatas y a Kafka. El ámbito de las ficciones de Kafka es deliberadamente gris y mediocre y sabe a burocracia y a tedio. Tal no es el caso de obra. Hay una víspera, pero es la de una enorme batalla, temida y esperada. Dino Buzzati, en estas páginas retrotrae la novela a la epopeya, que fue su manantial. El desierto es real y es simbólico. Está vacío y el héroe espera muchedumbres.”

No veía la epopeya, solo el relato de la vida de los militares en la Fortaleza Bastiani, un lugar perdido entre montañas altísimas, y asomado al desierto del Norte, por el que alguna vez atacarán los tártaros. pueblos enemigos del norte, a los que desde hace muchísimos años no se los ve.

Aquella antigua misión en el presente ha perdido interés por lo que la actividad militar se ha reducido a una rutina repetitiva, casi sin sentido, un mero trámite administrativo de cambios de guardia y protocolos de defensa sin ningún justificativo.

Drogo, como los otros militares que están allí, acepta –inclusive lo elige- vivir y consumir su vida en esa Fortaleza ya descuidada, aunque con buena comida como se menciona en la novela.

A pesar del detalle de la descripción de la fortaleza y del paisaje donde está enclavada, nos queda la sensación de estar ante un espacio difuso, inasible. Podría ser un paisaje alpino, pero esa ventana rodeada de montañas agudas frente a un desierto, que podría ser africano, nunca se siente como real, sino como algo casi imposible.

Tampoco la vida en la Fortaleza parece real: es cierto que la vida militar se muestra con detalle, y Buzzati es un buen escritor, pero nunca nos sentimos convencidos de que todo eso pase de verdad. La gente –como Drogo cuando llega o a la Fortaleza o cuando lo sacan enfermo, muchos años después, en su viaje final-, se mueve a caballo o en carroza, por lo que podría ser en el siglo XIX, pero eso es también parte de la vaguedad que instala la novela. Más bien, todo eso simboliza otra cosa: es una metáfora de cierto tipo de vida que a alguna gente – ¿a toda? – le pasa.

“No hay escenas felices, ni alegres, todo es rigor militar llevado al máximo extremo, que por momentos roza el absurdo.

Estos elementos hacen que la crítica coloque su obra en la misma línea de Kafka. Siempre hay un inocente solitario que es víctima del sistema. Ciudadanos K.

De planteamiento kafkiano, El desierto de los tártaros analiza en profundidad el tema de la postergación, el aplazamiento, la pasividad existencial del individuo, sin lucidez que le permita cuestionarse la posibilidad de estar equivocado. No se atreve a vivir el futuro, como si el tiempo no huyera de su lado, porque para él, ese futuro nunca llega.” (https://elplacerdelalectura.com/2013/02/el-desierto-de-los-tartaros-de-dino-buzzati.html)

Esta síntesis es buena, y, además nos lleva –como Borges- a Kafka.

Es real que la vida de Drogo nos deja esa sensación kafkiana: su vida transcurre –desde ese camino final a la fortaleza hasta su final, cerca de la edad del retiro, solo y enfermo-, sin nada que la haga, en alguna manera, valiosa.

Ya describí el ambiente de la Fortaleza, y esa vida repetitiva, con rutinas absurdas, que incluso llevan a que un guardia mate a otro por no dar una contraseña, también podría analizarse como kafkiana.

Quiero comentar un hecho que me parece relevante: la novela es de 1940, y ese contexto de guerra, después de que el mundo vivió la Primera Guerra –la Gran Guerra, la que iba a terminar con todas las guerras-, la crisis de 1929, la Guerra Civil española, terrible y cruel, y, finalmente, la Segunda Guerra Mundial, hacen que la desesperanza y el pesimismo invadan a la humanidad, y, por supuesto, a los escritores.

Por ejemplo, en Argentina, Alfonsina Storni y Horacio Quiroga (aunque este tenía una enfermedad terminal) se suicidan.

La realidad es que a lo largo de toda la novela sentimos que estamos frente a una realidad patética, melancólica e inquietante. Veamos el final:

“El cuarto se había llenado de obscuridad, sólo con gran esfuerzo se podía distinguir la blancura de la cama y todo lo demás estaba negro. Al cabo de poco saldría la luna.

“¿Tendría tiempo, Drogo, de verla o debería irse antes? La puerta del cuarto palpitaba con un crujido ligero. Tal vez fuera un soplo de viento, un simple remolino de aire de aquellas inestables noches de primavera. Tal vez fuese, en realidad, ella quien entrara, con paso silencioso, y ahora estuviese acercándose al sillón de Drogo. Haciendo fuerza, Giovanni levantó un poco el busto, se arregló con una mano el cuello del uniforme, echó otro vistazo afuera por la ventana, un brevísimo vistazo, para su última ración de estrellas. Después, en la obscuridad, aunque nadie lo viera, sonrió.”

Esta sonrisa, punto final de una vida dilapidada a la espera de la noticia de que, finalmente, llegan los tártaros, es uno de los pocos actos que significan una esperanza de que algo ha valido la pena.

Hay una situación semejante: en una excursión a la montaña para ver si había realmente enemigos, el Teniente Angustina se deja morir de frío, arropado solo con su capote en una posición que le recuerda algo a Drogo:

“Había, en una sala de la Fortaleza, un viejo cuadro que representaba el final del príncipe Sebastián. Mortalmente herido, el príncipe Sebastián yacía en el corazón del bosque, apoyando la espalda en un tronco, con la cabeza un poco abandonada hacia un lado, el capote cayendo en armoniosos pliegues; nada había en la imagen de la desagradable crueldad física de la muerte; y al mirarlo nadie se asombraba de que el pintor le hubiera conservado toda su nobleza y una suma elegancia.”

Y así describe el final de la vida del Teniente Angustina:

“Cuando el viento hizo una pausa, Angustina levantó unos centímetros la cabeza, movió despacio la boca para hablar, le salieron sólo estas dos palabras: «Mañana habría…», y después nada más. Dos palabras sólo, y tan débiles que ni el propio capitán Monti advirtió que había hablado.

Dos palabras, y la cabeza de Angustina se dobló hacia adelante, abandonada a sí misma. Una de sus manos yació blanca y rígida dentro del pliegue del capote, la boca consiguió cerrarse, de nuevo en sus labios fue formándose una sutil sonrisa.”

Se deja morir con la nobleza y el heroísmo que no tenían su triste vida de oficial en la Fortaleza.

Así se cierra el capítulo:

“Al renegar Monti, le respondió sólo, desde el precipicio negro, la voz del viento. «¿Qué querías decir, Angustina? Te has marchado sin terminar la frase; quizá era algo absurdo e insignificante, quizá una absurda esperanza, quizá incluso nada».

¿Alcanza esto para romper la sensación –mejor la certeza- de “la infinita postergación” que menciona Borges?

Tal vez para esa época terrible, lo fuera.

Repito la novela es una metáfora de la vida, en la que aparecen los más hondos problemas de la existencia humana: la seguridad como valor contrapuesto a la libertad (Drogo renuncia a la mujer por la que había sentido amor, para volver a encerrarse en la Fortaleza), la progresiva resignación ante el estrechamiento de las posibilidades vitales de realización, la frustración de las expectativas de hechos excepcionales que cambien el sentido de la existencia.

En este momento del comentario, siento que valió la pena la lectura.

Fue una inmersión en un micro mundo en el que se manifiestan vidas y sus modos de resolver la existencia.

Podrían parecer solo vidas grises y sin sentido, pero muchas vidas son así y, en las épocas de crisis existencial, pueden llegar a la conclusión de que la vida no vale la pena, ya sea que me deje morir, o me suicide, o, como Drogo, transcurra tristemente hasta el fin de sus días.

Esta es una época parecida, en la que cuesta encontrar motivos de esperanza para mantener la vida en alto.

Formar parte de este micro mundo durante la vida de Drogo me ayudó a visualizar el riesgo y las consecuencias de afrontar la vida con pasividad existencial, sin capacidad de plantearse alternativas, ni de tener el valor y la fuerza para realizar una vida mejor.

Tal vez esta sea la epopeya que menciona Borges.

Eso solo justificó la lectura.

Además, es una buena novela, brillantemente escrita, con un manejo excelente de los tempos de la vida de los personajes.

LÉANLA, Y DÉJENSE LLEVAR A ESE MUNDO, OPRESIVO EN MUCHOS MOMENTOS, ES UNA MANERA DE COMPRENDER MEJOR LA VIDA, DE AYER Y DE SIEMPRE.

#ELDESIERTODELOSTARTAROS #DINOBUZZATI

EL AVANCE DEL FASCISMO: SITUACIÓN Y ALTERNATIVAS

EL AVANCE DEL FASCISMO: SITUACIÓN Y ALTERNATIVAS

Encontré esta nota de abajo y me interesó el título: “El neoliberalismo es una de las fuentes del ascenso de las formas fascistas y autoritarias”.

https://www.eldiplo.org/notas-web/el-neoliberalismo-es-una-de-las-fuentes-del-ascenso-de-las-formas-fascistas-y-autoritarias/

Estoy muy atento a este tema del fascismo en la sociedad de hoy, porque creo que –mirando la realidad global y la nacional- es una amenaza para los proyectos democráticos que ha logrado duramente, en forma embrionaria en muchos casos, la humanidad.

Lo que resulta muy evidente es que, en esta tendencia hacia proyectos de derecha –con una gran gama de opciones-, es muy difícil hacer una caracterización que las agrupe razonablemente.

Hay una nota en Página 12 que es un buen ejemplo de lo que digo, es un conjunto de ensayos y entrevistas reunidos en el libro Neofascismo:

Intelectuales advierten sobre el avance de la extrema derecha  (https://www.pagina12.com.ar/426651-intelectuales-advierten-sobre-el-avance-de-la-extrema-derech?utm_source=FB&fbclid=IwAR2IoVjSWcNEZCQgsEBUGv4RVI79o-xTREBRvmxD71A3QZvqNZmCrSOOuw8)

Se lee allí:

“Un libro de reciente publicación reúne una serie de ensayos y entrevistas que tienen como protagonistas a intelectuales como Judith Butler, Chantal Mouffe, Alain Badiou, Alvaro García Linera, Noam Chomsky, entre otros. Se llama Neofascismo, un nombre que es poco preciso para definir el amplísimo arco de la extrema derecha actual, pero sirve para ofrecerle al lector un marco de inteligibilidad. Un punto de partida. Decir de Bolsonaro que es un “neofacho” puede ser una inexactitud en términos de teoría política, pero casi todo el mundo entiende de qué se está hablando.”

Es cierto lo que dice, pero establecer puntos de contacto que nos permitan una comprensión de la situación es muy complejo. Trump, Bolsonaro, el caso húngaro, Milei, por dar algunos ejemplos, expresan una gran gama de modos y pensamientos difíciles de agrupar con coherencia.

La misma nota lo sintetiza así:

“La extrema derecha global asume una doble condición, desconcertante, por cierto: es un cambalache y avanza. Frente a una izquierda o centro izquierda acomplejada, a la defensiva, liberalizada, las fuerzas más reaccionarias crecen en su autoestima y encarnan, para millones de personas en todo el mundo, una ilusoria idea de “progreso”. En sus amplias reden conviven la Biblia y el calefón: los hay globalifóbicos, anti musulmanes, euroescépticos, xenófobos, anti derechos de las minorías sexuales, pro LGTB, ultra católicos, cristianos evangelistas, anti establishment, veneradores de la liberalización total de la economía, etc. La tendencia mayoritaria refleja un cambio de paradigma respecto de la extrema derecha clásica: la cuestión racial va perdiendo peso frente a las más diversas formas de la llamada “batalla cultural”.”

Esa expresión “batalla cultural” es clave, porque esa amplitud –difusa, en más de un sentido- permite que toda esa diversidad aparezca con una consistencia que no es real, aunque eso no disminuya los riesgos que suponen la llegada de alguno/a de ellos/as al poder.

Inclusive es complejo precisar cómo va a seguir el proceso: Milei, que logró algunas importantes convocatorias, ha aumentado en pocos días un 10% su imagen negativa, aparentemente a causa de sus desaforadas, casi cercanas a lo delictivo, declaraciones.

Creo que mucho de esto se da porque esta aceptación de la derecha se monta en el descontento –real, pero también fogoneado por los medios que actúan en función de intereses corporativos y de baja política- que se manifiesta en un gran porcentaje de los países del mundo.

En la nota que mencioné primero, se lee, en relación con EEUU y el libro En las ruinas del neoliberalismo. El ascenso de las políticas antidemocráticas en Occidente, “Tenemos que pensar que la expresión “las ruinas” refiere a algo que ya está viejo pero que, sin embargo, no terminó. Uso el término “ruinas” porque aún estamos viviendo en el neoliberalismo, el neoliberalismo no ha terminado, pero está en un proceso de decadencia. Muchas cosas se están derrumbando o arruinando. En el aspecto económico, el neoliberalismo dispersó y dislocó a las comunidades, las regulaciones estatales desaparecieron y muchas empresas locales fueron sustituidas por empresas globales. Todo esto redundó en que millones de personas en todo el mundo empeoraron su situación, quedaron en la precariedad. Nunca, desde la Gran Depresión, la clase trabajadora estadounidense había estado en una situación de tanta debilidad y con un futuro tan complicado. Estas son las ruinas económicas del neoliberalismo.”

Entonces, si fracasan los partidos políticos en darnos una forma de vida justa y deseable, si “22 hombres tienen más dinero que todas las mujeres de África”, tipos como Milei, que nos ofrecen soluciones incomprobables y sin sentido pueden aparecer como una alternativa viable.

Si no, no se puede entender que haya gente que se embandere en la anulación del Estado, en momentos en que la pandemia ha demostrado que los Gobiernos estatales –y no las corporaciones- son los que han permitido empezar a salir de la mayor tragedia sanitaria que ha vivido la humanidad.

Resulta difícil de entender que se defienda la desaparición de los controles cuando las corporaciones internacionales han abusado de sus posiciones dominantes para enriquecerse escandalosamente y no dudan en, por ejemplo, desforestar el mundo para ganar dinero.

En realidad, esta “liberalización” –casi paradojalmente, la palabra libertad y sus derivados aparecen a cada rato- en realidad no es mucho más que una regresión a etapas superadas por la humanidad. Por ejemplo, los blancos del interior de EEUU temen que van a llegar a ser minoría –la tendencia es esa- y se defienden como en el “Far West”.

Hay un rasgo que atraviesa a estos movimientos: un anticomunismo visceral y violento. Esto es irracional, no estamos en los ’50, no hay casi comunismo, y no hay proyectos geopolíticos que tiendan a establecer esta ideología en el mundo.

El mundo es capitalista, y sí hay proyectos de poder geopolítico, como el de la OTAN, o China, pero no tiene sentido utilizar –o darle valor- al anticomunismo como una bandera de lucha. Lo que sí está claro que esta idea ha sido fogoneada también desde más de un lugar.

Frente a esta situación, creo que es central que, quienes creemos en avanzar hacia un mundo más justo, con acceso a los derechos del hombre que permitan una vida que merezca llamarse así, tenemos que pensar en qué haremos para no seguir perdiendo frente a los poderes concentrados de las corporaciones y su aparato de comunicación.

En la primera entrevista, Wendy Gago responde a las siguientes preguntas:

“En el libro hablás de alimentar perspectivas de izquierda, ¿cómo podría repensarse una noción de libertad que no quede conjugada en términos de una libertad ingenua o rápidamente capturada en términos liberales y que, tampoco, sea absorbida por la idea de libertad que el neoliberalismo ha logrado acoplar con la de seguridad?

¿Cuál sería, entonces, la forma de libertad capaz de escapar a estas dos?

Lo más importante para lxs estadounidenses –y no creo que sea necesariamente el mismo desafío que afrontan brasileñxs, argentinxs o chilenxs, porque ustedes tienen una tradición más robusta en materia de socialismo y de democracia social, tanto en términos intelectuales, como en un nivel más popular– es que la izquierda pueda explicar y hacer circular, en términos muy sencillos, una noción de libertad que conecte con el corazón del socialismo. Una noción de libertad que incluya ser libres de carencias, ser libres de la desesperación y de la precariedad, ser libres del desamparo de no tener vivienda. “Libertad de”, pero también “libertad para”: libertad para realizar nuestros sueños, y no solo sobrevivir; libertad para elegir, no simplemente abortar o con quién dormir –que es importante–, sino también libertad para construir vidas, construir comunidades y mundos en los que todos queramos vivir. Si no trabajamos inmediatamente en la resignificación de la libertad, para hacer de ella un concepto que afirme las visiones de la izquierda, para alejarla de esa clase de iteración libertaria, agresiva, antisocial y antiestatal, perderemos esta batalla.”

La investigadora va más allá, y propone estrategias de acción política y social para ganar la batalla:

“Los movimientos sociales de izquierda, los populismos de izquierda no pueden permitir que toda la energía de los movimientos sociales sea desviada hacia política legislativa y electoral, donde sería neutralizada y diluida. En lugar de eso, los movimientos tienen que volver a las calles, tienen que volver a la organización y a organizar a la gente que todavía no participa. Por ejemplo, la población latinx a lo largo de la frontera de Texas, que apoyó fuertemente a Trump –en parte, porque son familias de segunda y tercera generación que, en muchos casos, trabajan para ICE, nuestra agencia de deportación, o son emprendedores, o tienen negocios por cuenta propia– fue organizada y movilizada por el Partido Republicano, apelando a la idea de libertad, a valores sociales conservadores y al miedo a lo que los demócratas les iban a hacer. Mientras tanto, los movimientos sociales y el Partido Demócrata ni siquiera se les acercaron. Los movimientos sociales necesitan crecer, tienen que salir de sus burbujas, salir a organizar. Hablo de la organización convencional, del tipo de organización que sale de Facebook y de las redes sociales y va al encuentro de los seres humanos en sus barrios, en sus casas, en sus comunidades, donde éstas personas viven y, movilizándolas por mundos mejores, se vuelve parte de esas comunidades. Si esto no pasa, los movimientos sociales seguirán siendo un estímulo eficaz para la política electoral, pero no van a tener realmente poder para hacer valer sus demandas, ni van a crecer más allá de la población básicamente urbana a la que ya llegan hoy.”

Esto vale, aunque no sea la única posibilidad de acción política, y lo hemos visto en Chile. Sería impensable que Boric hubiera llegado a la Presidencia y se hubiera avanzado en la reforma constitucional, sin la lucha –dura y sangrienta- que dio el pueblo chileno en las calles.

Ahora bien, el ejemplo de Chile sirve también para demostrar lo que dije antes: las calles sirvieron para llegar al Gobierno, pero no alcanzan para gobernar: ahora es la política la que debe consolidar un poder rodeado de acechanzas de los fuertes sectores de la derecha chilena, con sus apoyos extra nacionales.

Hay que derrotar al fascismo, cualquiera que sea su versión, con militancia, organización social y acción política.

Esto vale para Argentina, aunque estemos en medio de situación muy crítica, pero llena de posibilidades hacia adelante:

  • el manejo de la pandemia (aunque hay que lograr que los cuatro millones de argentinos/as que tienen una sola dosis se vacunen);
  • la recuperación económica que ha hecho crecer el empleo (aunque la pobreza amplificada por la inflación sea terrible aún);
  • el desarrollo científico tecnológico que nos permite crecer, y producir elementos para mejorar la vida y la economía de nuestro país, y también exportar productos de alto valor agregado;
  • la disponibilidad de riquezas naturales: alimentos, combustibles, minerales altamente requeridos en el mundo de hoy (esto se valoriza más con lo del punto anterior);
  • los avances en el reconocimiento y desarrollo de políticas adecuadas de los Derechos Humanos, tanto individuales como sociales (a pesar de todo, somos un país de avanzada en este tema);
  • las organizaciones de la sociedad, muchas surgidas por las crisis, como la del 2001, y que son garantía de que hay ámbitos de la vida que tendrán que ser respetados, inclusive por los Gobiernos.

Gago desarrolla algo que ya hemos mencionado: el fascismo medra en el desencanto social.

“Porque muchas de estas personas de las que he estado hablando, que viven en la precariedad, sienten que la libertad es lo único que les queda, es lo único que creen tener. Se sienten abandonadas y desechadas; con tantas cosas que pasan en el mundo, se sienten bombardeadas por poderes que no comprenden; sienten que son objeto de desprecio por parte de un mundo más sofisticado; y se aferran a eso que llaman libertad, pero nosotrxs tenemos que resignificar esa libertad. La libertad tiene que cifrar no solo solidaridad social y bienestar social, sino también la capacidad de vivir vidas en un ambiente sostenible y protegido que hoy está en un tremendo peligro. Este es el modo en que nos concierne la libertad.”

Esa sensación de precariedad es muy contagiosa, y los medios la aumentan persistentemente: recordemos la cantidad de notas y entrevistas relacionadas con la gente que se va o quiere irse de país. Tal vez hayan disminuido un poco ahora, porque están dedicados a la escasez de gasoil, pero es difícil para nuestra clase media urbana mantener la esperanza con este bombardeo de noticias desalentadoras.

No hablo que se escondan los problemas, pero también pasan cosas positivas en nuestro país y en el mundo, y conocerlas ayudaría a sobrellevar la dura realidad argentina.

La lucha contra el fascismo y el neoliberalismo que le ha abierto –y lo sigue haciendo- el camino al fascismo, es una lucha por un humanismo contemporáneo que asuma todos los avances de la humanidad y proponga una vida mejor, más igualitaria y justa, para la mayoría de las personas.

TENEMOS QUE TENER UN LUGAR EN ESA DURA LUCHA, SI ES POSIBLE EN LA PRIMERA LÍNEA DE COMBATE, PORQUE NOS JUGAMOS TODO: LO QUE TENEMOS Y LO QUE NOS FALTA.

#neoliberalismo # fascismo